MURCIA. Un paisaje del Mar Menor que nunca volverá. Esto es lo que captó con su cámara estereoscópica al finales del siglo XIX y principios del XX el político murciano Luis Federico Guirao Guirada (1848-1921). Son imágenes que no volverán, pero que se pueden rememorar gracias al trabajo de conservación llevado a cabo por la fotógrafa e investigadora María Manzanera, a quien pertenece la extensa colección de fotografías que realizó el que fuera diputado en las Cortes y senador del Reino. El pasado mes de mayo, la investigadora quiso compartir una selección de tan valiosos documentos a través de una exposición en la Sala Glorieta Uno del Ayuntamiento de Murcia, comisariada por Laura Cano, que llevó por título Lo llamaron Mar Menor. Ahora, gracias a un libro del mismo nombre, firmados por las dos y editado por Diego Marín, que fue presentado este martes en el Centro Cultural Las Claras de la Fundación Cajamurcia, este viaje al pasado de la laguna salada también está al alcance de aquellos que no pudieron visitar la muestra en la capital murciana en su momento.
La publicación incluye las cuarenta fotografías de la exposición y otras añadidas, entre las que se pueden contemplar, con las huellas que ha dejado el tiempo en ellas, molinos de vela latina, los barcos conocidos como falúas, el desarrollo de la actividad de las salinas, los baños en los balnearios o la única imagen que se conserva de la torre vigía de la Encañizada... La investigadora murciana muestra estas fotografías en un momento en el que el estado del Mar Menor sigue generando preocupación, para reivindicar "la recuperación de este patrimonio" de la Región. "Son fotografías -dijo durante la inauguración de la exposición- que hay que mirar con cariño, para ver lo que nos muestra, pero también aquello que ya no existe".
Y es que la mirada de Guirao no era la de un científico, sino la de un murciano alejado de su tierra que disfrutaba reencontrándose con el Mar Menor y con escenas que añoraba desde su despacho de Madrid. Así, fotografió a los pescadores, humildes y trabajadores; los barcos que faenaban en estas aguas, así como las embarcaciones de recreo. "No hay imágenes de playa", señalaba Manzanera, para aclarar a continuación que por aquel entonces no las había, aunque sí hay escenas familiares como una llena de encanto que acontece en una orilla llena de conchas de La Chapineta.
"Las imperfecciones de imagen que se ven en las fotografías son debidas a la huella que dejó el tiempo en las placas originales, que no fueron conservadas en las condiciones indóneas", advertía un cartel en la exposición.
Luis Federico Guirao fue un enamorado de la fotografía que, cuando sus obligaciones en Madrid se lo permitían, regresaba a su amado Mar Menor para practicar otra de sus pasiones, la navegación a vela. Esa confluencia de intereses y una mirada curiosa ante escenas que no se podían contemplar en la capital dio como fruto una serie fotográfica que gira en torno a la laguna salada -sus gentes, construcciones, costumbres y oficios-. Manzanera conserva un total de 60 fotografías de Guirao sobre el Mar Menor, que forman parte de una colección mucho más extensa, compuesta por cerca de 600 imágenes captadas por el político murciano.
