MURCIA. La Navidad y el fin de año para muchas personas puede suponer una vorágine emocional al mirar hacia atrás y ver el camino recorrido durante estos 365 días. En muchas ocasiones nos preguntamos ¿cómo es posible que ya haya llegado la Navidad? Como si la sensación del paso del tiempo se hubiese relativizado y parece que fue ayer cuando volvíamos de las vacaciones de verano. Por el contrario, en otras ocasiones, la sensación del tiempo puede parecer un recuerdo lejano. Es curioso cómo nuestra mente distorsiona el paso del tiempo, siendo aquellos momentos que hemos vivido con emociones positivas aquellos que tenemos la sensación de que han pasado volando, mientras que en los momentos emocionalmente más duros la sensación es que el tiempo pasa muy lento.
En el día a día entramos en un piloto de vida automático, en el que llevamos las mismas rutinas, y en el que nuestra mente tiende a ir siempre un paso hacia delante, siempre pensando en el mañana, en el "y si…" y en pocos momentos con el foco puesto en lo que tengo hoy. Para mirar hacia adelante e ir dando pasos en nuestro camino, metiendo en nuestra mochila todas las experiencias vividas para aprender y seguir creciendo. Por ello, es interesante hacer un alto en el camino, dedicarnos un tiempo para estar tranquilos, mirar hacia dentro, y tener consciencia de qué ha supuesto este año para mi, hacer balance de todo lo vivido.
Por eso, es muy importante esa mirada introspectiva, amable, para ponernos frente al espejo y preguntarnos: "Las experiencias que he vivido este año… ¿Qué me han enseñado? ¿Qué he aprendido sobre mi a través de ellas? ¿Hacia dónde me han dirigido? ¿Qué impacto han tenido en mi vida? Si este año fuese un capítulo más de la 'historia de mi vida', ¿cómo se titularía este capítulo vivido?".
Desde el grupo de Psicología Positiva proponemos hacer un balance emocional de lo que ha supuesto este año que dejamos atrás, hacer un cierre desde el aprendizaje, para mirar hacia el futuro con la motivación de seguir proponiéndonos metas y superando los nuevos retos que el nuevo año presenten.
Escribe una carta a mano a una persona que haya sido importante para ti este año. Detalla las cualidades que tiene esa persona, y por qué son importantes para ti. Qué ha aportado este año a tu vida y cómo ha impactado su presencia en tu vida, para mejor.
Si tienes tiempo, dile estas palabras en persona, dedica un ratito de tu tiempo, para ir a visitar a esta persona, y poder leerle tu carta.
Si deseas escribirle esta carta a alguien que ya no está en tu vida, te invito a que puedas dedicar un tiempo para ti, para decirle todo aquello que sientes, qué ha supuesto o está suponiendo su ausencia para ti, recordar vivencias que hayan sido importantes y agradecerle a esa persona todo lo que ha aportado en tu vida. Puedes terminar tu carta con un pequeño cierre, con lo que hemos vivido y aprendido con esa persona y por el legado emocional que deja ese ser querido en tu camino.
Podemos realizar una línea del tiempo de este año vivido, en el que iremos detallando aquellos acontecimientos que han sido importantes para nosotros en este año, tanto eventos que hayan marcado ese camino de manera positiva como de manera negativa.
Una vez realizada esta línea, iremos analizando cada acontecimiento con las siguientes preguntas: ¿Qué ha supuesto para mi vivir esta experiencia? ¿Cómo afronté esta situación? ¿Qué fortalezas personales puse en marcha en esta situación? ¿Qué he aprendido?
Sin duda son herramientas que nos pueden servir para cerrar un año generando aprendizajes, emociones positivas y nos permita iniciar con ilusión un nuevo año.
M.ª José Botía Fernández
Coordinadora del Grupo de trabajo de Psicología Positiva del Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia