MURCIA. ¿De qué pueden estar hablando el robot de Star Wars R2-D2 y un antiguo dios mexicano de piedra? No se lo creerán, pero parece que de algo bastante serio. Esto es lo que representa una de las obras de la exposición que ha inaugurado en México el alcantarillero Antonio Navarro Menchón, quien recién llegado del país azteca se enfrenta a una escena bastante insólita en el estudio de un pintor. "No tengo obra ahora mismo, tengo las paredes peladas", cuenta este artista que ha instalado su lugar de trabajo en el paseo marítimo de Roquetas de Mar, donde los paseantes pueden verle a través de un cristal en plena faena pictórica.
Es la tercera vez que va a México en año y medio. "Expongo mis colecciones y mantengo entrevistas para encargos de retratos", explica el pintor, cuya técnica ha sido bautizada como 'microimpresionismo'; un poco más adelante desvelaremos en qué consiste. Porque ahora conviene destacar que el murciano suele dejar casi toda la obra que expone en el país azteca, porque es adquirida (así pasó en su anterior exposición sobre las Catrinas) y que vuelve con un montón de encargos bajo el brazo. Ahora, por ejemplo, va a hacerle un retrato a un mexicano mundialmente conocido cuyo nombre, de momento, prefiere no desvelar.
En esta ocasión, Navarro Menchón ha llevado al otro lado del charco la exposición Intrusos: la llegada a América, en la que los personajes de Star Wars se mezclan con otros de la cultura mexicana, como ya hiciera en anteriores series con grandes obras de la pintura como La fragua de Vulcano. Todo tiene su explicación y el artista resume que "a través de los cuadros se recorre la historia de México, terminando en un gran mural donde confluyen todos los personajes, como metáfora de un país acogedor e integrador". Respecto al uso de los conocidos protagonistas de la saga galáctica, el artista considera que hacen llegar la pintura a un espectro más amplio de espectadores, ya que conectan con varias generaciones.
Las pinturas de Navarro Menchón son de un gran realismo y se las ha calificado de 'microimpresionistas', porque según relata el artista "uso una técnica diferente a lo que podría ser el hiperrealismo. Si te acercas a la pintura se pueden apreciar cientos de pinceladas que son, junto a las veladuras, con las que consigo la variedad de tonalidades y la transparencia que puede tener, por ejemplo, la piel". También destaca la importancia de la luz en su obra, sobre todo la del Mediterráneo: "Me apasiona la luz, la sombra, las luces que esconden en las sombras, el color...".
Antonio Navarro no es un pintor al uso que busque especializarse en una temática que haga mas fácil el ser reconocido, dice; pero su faceta como retratista ha trascendido a raíz de los retratos que le ha hecho al Rey Felive VI, habiéndole entregado uno de ellos personalmente. "Estuvo muy amable y me sorprendió que estuviera tan bien informado sobre mi trayectoria. Estuvimos media hora hablando de pintura y dijo que se le buscaría al retrato un lugar preferente en el Palacio Real". Allí está, de hecho.
En este sentido, el artista destaca que le gusta conocer personalmente a la persona que va a retratar, entrevistarse con ella y hacerle él mismo la sesión de fotos porque, además de la importancia que pueda tener la técnica, "es importante captar la esencia del retratado". Le gusta alternar estos trabajos que hace por encargo con el resto de su obra, que es muy diversa y en la que puede abordar desde paisajes o bodegones hasta escenas históricas. "El retrato es más encorsetado y resulta más estresante, así que el cambio es relajante y luego lo vuelvo a coger con más ganas".
Además de en México, el pintor murciano, que anteriormente fue militar, ha expuesto en Alemania y en las principales capitales españolas. Cuenta con obra en el Palacio Real de Madrid, el Museo Histórico Militar de la Coruña, en la Casa Consistorial de Pozuelo, el Museo H. M. de Ceuta y el Real Casino de Murcia, entre otros, además de en numerosas colecciones particulares alguna de ellas en lugares como San Miguel de Allende, Queretaro y Michoacán (México) y Aquisgrán, (Alemania). En Murcia trabaja con la galería Babel.
Sobre si se siente más conocido fuera que en su propia Región, Antonio Navarro echa mano de aquello de que "nadie es profeta en su tierra", para después añadir que "tampoco me puedo quejar. Trabajo bien en Murcia y fuera también". De hecho, asegura que "no he perdido ni un solo día durante el confinamiento, he estado pintando todos los días, de siete de la mañana a nueve de la noche".
Ahora, ya de vuelta en Roquetas de Mar, el pintor de Alcantarilla tiene que ponerse manos a la obra para preparar una colección sobre los Rostros del mundo, que de la mano de la Fundación Trino Tortosa se podrá ver en Moscú, Dubai, China y Estados Unidos. También ha vuelto con el compromiso de una gran exposición en Ciudad de México para el año que viene. Así que si pasean por el paseo marítimo de la localidad almeriense, es muy posible que lo vean a través de un cristal manos a la obra.