Loki, el gato murciano que se ha colado en doce casas japonesas de la mano del ilustrador Miguel Herráiz

MURCIA. Si te gustan los gatos, la cultura japonesa, la ilustración, la arquitectura, las cosas hechas con mimo y con delicadeza... si te gustan todas estas cosas o alguna de ellas, este es el libro. Porque Loki y las casas japonesas es una de esas virguerías editoriales que sorprenden... por su cuidada estética oriental, por las ilustraciones llenas de colorido y equilibrio de viviendas del país nipón y por el juego que plantea con un siamés, que se integra en estos espacios como solo un gato sabría hacerlo. Porque él es, por si no lo habían adivinado, Loki, la "estrella" y "la musa" de este libro gráfico realizado por el arquitecto e ilustrador amateur de 25 años Miguel Herráiz. 

"Hay que encontrar a Loki en las ilustraciones, porque en algunas se le ve a la primera y en otras tienes que esforzarte y buscarlo concienzudamente porque está escondido. Es lo que tiene vivir con un gato, que unas veces sabes dónde está y otras no hay forma de encontrarlo", explica Miguel Herráiz, quien ha autoeditado este libro gráfico recurriendo al micromecenazgo, después del trabajo realizado este verano. "Después del confinamiento, necesitaba hacer algo que me relajase sobre temas que me gustan, como es la cultura y la arquitectura japonesa. Busqué referencias y encontré diseños curiosos. Luego pensé cómo estaría Loki, mi gato, en cada uno de estos sitios", cuenta este joven ilustrador, que hasta ahora había destacado por sus trabajos sobre personajes de Marvel. 

Así, Loki y las casas japonesas narra el viaje del gato de Herráiz por doce viviendas del país del sol naciente, modernas y de lo más peculiares. Cada una de las viviendas corresponde a un mes del año y, por lo tanto, se suceden a lo largo de las distintas estaciones, presentando una variedad en las formas, los entornos, las luces y la gama cromática. Además, cada ilustración incluye un haiku original (género poético de origen japonés) que cuenta "cómo Loki experimenta la arquitectura, cómo la percibe o cómo las edificaciones interactúan con su entorno". "Esta otra narración paralela, que se apoya en la narración gráfica, es un complemento perfecto para transmitir la esencia japonesa y el viaje 'espiritual' de Loki", explica Miguel Herráiz.

Estética nipona en todos los aspectos

Otro de los atractivos de Loki y las casas japonesas es que el libro mantiene la estética tradicional japonesa en prácticamente todas sus facetas. Se ha editado en dos formatos, uno de tapa blanda y otro deluxe con una encuadernación artesanal y de edición limitada. En este caso, la publicación de 60 páginas incluye 14 ilustraciones originales impresas en papel milskin y papel vegetal, con sentido de lectura japonés y encuadernado completamente a mano con hilo siguiendo el estilo de la encuadernación KangXi. Las ilustraciones son reproducciones escaneadas de gran calidad de las 14 ilustraciones hechas a mano con la técnica gouache; lo que también supone una novedad en la trayectoria del dibujante, más habituado a la ilustración digital.

Para financiar este trabajo tan meticuloso y tan lleno de detalles, Miguel Herráiz recurrió al sitio web de micromecenazgo para proyectos creativos Kickstarter y asegura orgulloso que en pocos días había superado el objetivo marcado para poder sacar adelante el libro. Es más, adelanta que si consiguen más fondos realizarán una edición en inglés.

Entre la ilustración y la arquitectura

Miguel Herraiz estudió arquitectura en la Universidad Politécnica de Cartagena, una vocación que comparte con la que siente por la ilustración y que en este trabajo ha podido compaginar, con unas imágenes en las que el espacio es tan protagonista como la idea, y en las que combina "la simplicidad y abstracción geométrica propia del diseño arquitectónico con los recursos gráficos de la pintura tradicional y del mundo del cómic y el arte urbano". 

Cuenta Herráiz que la idea para Loki y las casas japonesa surgió también como respuesta al interés que existe por la cultura la oriental. "Es una aproximación a  la cultura japonesa indagando en conceptos como la contemplación, la cotidianidad, el amor por la naturaleza, así como una ejemplificación de lo que supone la vida con un gato y su relación con los espacios domésticos".

En el sentido arquitectónico destaca que "las casas japonesas deben adaptarse a su difícil contexto generado por la superpoblación en Japón y la necesidad de fundirse con la arquitectura tradicional, de marcado estilo. Como consecuencia, surgen edificios reducidos con curiosas formas de resolver la entrada de luz o la preservación de la privacidad que mantienen la esencia de la filosofía de vida japonesa más tradicional. Debido a estos desafíos, las casas japonesas son un gran referente de la arquitectura que quiere diseñar simplemente lo necesario".

Entre estas ilustraciones figuran las siguientes viviendas: Forest Villa de Kazuyo Sejima, Tokyo Apartment de Sou Fujimoto, JIkka House de Issei Suma, Reflection of mineral House de Yasuhiro Yamashita, NA House de Sou Fujimoto, NYA Housede aat + Makoto Yokomizo, N House de Sou Fujimoto, House before house de Sou Fujimoto, Okurayama Apartmentsde Kazuyo Sejima, House in Horinouchide Mizuishi Architects, O House de Hideyuki Nakayama Architecture y Love2 House de Takeshi Hosaka.

Un modelo con mucho arte

Miguel Herráiz ha participado en diversas exposiciones en la ciudad de Murcia y ha publicado un fanzine autoeditado llamado She Marvel, que ilustraba las superheroínas más relevantes de esta factoría. Su trabajo actualmente se centra en el desarrollo de ilustraciones basadas en la cultura geek o en ilustraciones cotidianas de su gato. Dividido como está entre la arquitectura -donde dice que es difícil trabajar en la actualidad- y la ilustración, el artista murciano se muestra muy interesado en el 'concept art', que se encuentra en un punto intermedio, ya que se trata de la representación visual de un diseño, idea y/o estado de ánimo para su uso en películas, videojuegos, animación..

Por su parte, Loki es un gatito siamés de tres años adoptado en 2017 en la Fundación Kiwoko (CC Thader), que ha sido criado con mucho cariño. "Cuando lo vi supe que me lo tenía que llevar conmigo", cuenta Herráiz, quien añade que este gato tan especial "ha desarrollado mucho interés en el posado fotográfico y artístico".