La formación, que renovó su dirección, aspira a volver a la instituciones y ya trabaja para conseguir la confluencia con Podemos
MURCIA. Izquierda Unida-Verdes es una histórica formación que resiste al paso del tiempo. El partido lucha por avivar la llama de la izquierda más pura a pesar de los últimos varapalos electorales. La formación no consiguió volver a la Asamblea Regional, cuyo escaño dejó en 2015 -poniendo fin a la trayectoria política del malogrado dirigente José Antonio Pujante- y en mayo de 2019 perdía también su representación en el Ayuntamiento de la capital murciana. Cambiemos Murcia, la candidatura en la que se integró IU, cerraba un mandato fructífero, después de ejercer en la oposición con tres concejales en un Consistorio que por primera vez en veinte años no estaba dominado por una mayoría absoluta.
Cambiemos Murcia se disolvió en noviembre y los tres ediles comenzaron una nueva etapa. Nacho Tornel regresó a CCOO y es ahora el máximo responsable del área de enseñanza del sindicato; Sergio Ramos y Margarita Guerrero iniciaron una andadura por Latinoamérica: el otrora portavoz municipal se marchó a Bolivia y ahora se mueve por Chile, mientras que la exconcejala viajó a Ecuador para visitar a su familia y después recorrió Perú. Guerrero, que ha regresado a Murcia, es la única de los tres que ahora forma parte de la dirección de IU y ejerce como responsable de Movimientos Sociales.
Antes, en octubre, Izquierda Unida abría un proceso de votación para renovar su dirección. Se convocó una asamblea extraordinaria y se presentaron dos listas: una encabezada por John David y otra liderada por Alicia Martínez, que representaba un sector más crítico. Finalmente, se impuso la candidatura de Martínez, pero ambas listas se han integrado en la coordinadora local. John David es ahora el responsable de comunicación.
Alicia Martínez afronta el desafío de ser la voz del partido después de muchos años trabajando en la segunda línea como militante y como miembro de órganos colegiados. Enfermera de profesión, trabaja en el área de gestión del SMS y vive en la pedanía murciana de Torreagüera, aunque nació en Aledo. "Más que miedo, siento mucha ilusión", confesaba a Murcia Plaza sobre su labor al frente de la coordinadora local. "Es una gran responsabilidad", añadía.
Izquierda Unida ha hecho balance del año que acabó, marcado por el chasco de las urnas, y se ha fijado los objetivos para este 2020. En el horizonte, no hay dudas, está el deseo de volver al Ayuntamiento. "No es la primera vez que vivimos esta situación; acumulamos experiencia y miramos al futuro con criterio e ilusión", reivindicaba Alicia Martínez. El partido ya vivió un paréntesis entre 2003 y 2007, pero regresó a la Corporación de la mano de Esther Herguedas y se mantuvo en el Consistorio durante doce años consecutivos, hasta mayo de 2019.
El partido presume de tener un modelo de municipio muy definido: derechos, igualdad y cultura. Los jóvenes son otro aspecto fundamental. "No puede ser que tengan como referencias visibles las casas de apuestas; ese patrón no puede prevalecer en un municipio que destaca por sus centros culturales y sus espacios artísticos y deportivos", lamentaba Martínez. También abogan por una ciudad accesible, que no aísle ni discrimine a los vecinos de las pedanías y que impulse políticas de movilidad sostenibles.
Su gran objetivo es construir una alternativa real al PP "y a la derecha en todas sus versiones, incluso la más radical". Quieren ser la oposición a "la política del espectáculo, de las flores y de los pasteles de carne del actual equipo de Gobierno" para desatascar "proyectos eternamente inacabados que impiden el progreso del municipio, como La Paz, el yacimiento de San Esteban o la vía Verde que conecta Los Ramos con Los Dolores, que es inaccesible". Ese es el leitmotiv de la formación: "Queremos superar la visión institucional que se tiene de la política para acercar la política murciana a los vecinos: ese es el camino que nos va a devolver a la Glorieta", sostiene la coordinadora.
La hoja de ruta también contempla impulsar la confluencia con Podemos, que resultó fallida en 2019. "Para nosotros, la unidad de la izquierda es una prioridad", defiende Martínez. Asegura que ahora es el momento de tejer las bases para una futura alianza, aunque aclara que ya colaboran con Podemos Murcia -que sí está en el Consistorio con dos concejales-, además de otros movimientos sociales. En el ámbito autonómico, la coordinadora regional de Izquierda Unida ha mejorado sus relaciones con la actual dirección de Podemos, tras el distanciamiento que se produjo en la etapa final de Óscar Urralburu al frente la formación morada. Las doble cita electoral de las generales, en las que IU y Podemos sí concurrieron juntas en la lista de Unidas Podemos, estrechó lazos entre ambos partidos.
Izquierda unida celebra este domingo su tradicional Roscón Republicano, que llega esta vez con el contexto nacional más favorable en mucho tiempo. La formación comienza el año con "alegría" como miembro del Gobierno de España: un éxito para la militancia de izquierdas "a pesar de las maniobras de la ultra derecha", como así apunta Martínez. En su opinión, es un momento histórico, dado que desde 1936 nunca "hubo un gobierno más a la izquierda de la socialdemocracia", y es también un periodo esperanzador: "Es la última gran oportunidad para revertir las políticas de la derecha; es el momento de la clase trabajadora y de acabar con el patriarcado".