MURCIA. El libro de un autor murciano, con una portada de un intenso azul, tiene desde ahora su hueco en el universo multicolor de la colección Compactos de Anagrama, compartiendo estantería con la obra de muchos de los grandes de la narrativa contemporánea. "Llevo un rato acariciando la portada y pasando las páginas embobado, como un crío, intentando asumir el regalo", decía en sus redes sociales el escritor Miguel Ángel Hernández sobre la reedición que Anagrama ha realizado de la que fue su primera novela, Intento de escapada, que ya se puede encontrar en las librerías, recién salida del horno. Sólo hay que buscar el más bonito de los azules de la colección.
La alegría del autor está más que justificada, ya que "la reedición en Compactos es la culminación del sueño de cualquier escritor. Es una colección mítica para mí. Forma parte de mi educación literaria y también afectiva. Ahí he leído a los más grandes. Auster, Nabokov, Hustvedt, Bolaño, Vila-Matas... muchos de esos libritos de colores me han transformado y no me entiendo sin ellos. Así que ver mi Intento de escapada ahí, entre esos titanes, me hace feliz y dichoso", aseguraba a Murcia Plaza el autor de la aclamada, y todavía novela murciana del año, El dolor de los demás (con la que además ha sido finalista del Premio Mandarache).
Una reedición que, además, ha supuesto para Miguel Ángel Hernández un viaje al pasado y a los recuerdos que traen a su memoria el que fue su primer proyecto como novelista. "Mientras la releía para esta edición (algo que no había vuelto a hacer desde que se publicó), he vuelto a recorrer la historia y también las circunstancias de la escritura. Me he vuelto a ver en el verano en que me encerré a escribir, en los lugares en los que corregí las versiones... Y, claro, han regresado todas las imágenes y las historias de los personajes. Marcos, Omar, Helena, Jacobo Montes...". Igualmente, el escritor reconoce que "ha sido extraño; tenía la sensación en muchas ocasiones de que el texto no lo había escrito yo, que esos personajes vivían más allá de mi cabeza. Había tomado demasiada distancia con la historia. Al terminar la corrección, sin embargo, lo he sentido todo más cerca, casi como en el momento original de la escritura".
"No he terminado de dar forma a los problemas que aparecen en Intento de escapada. Sigo escribiendo el mismo libro"
"Han pasado siete años desde la publicación, pero más de diez desde que comencé a escribirla -cuenta Miguel Ángel Hernández-. En estos años, muchas cosas han cambiado, en lo literario y en lo personal. Pero hay muchísimo que sigue en el mismo lugar. Creo que he evolucionado como escritor, he trabajado más el estilo, la estructura... el oficio. Pero sigo obsesionado con las mismas cosas: la memoria, el cuerpo, la pérdida, la imagen, la ética del arte... En ese sentido, no he terminado de dar forma a los problemas que aparecen en Intento de escapada. Sigo escribiendo el mismo libro".
Esta primera novela supuso un antes y un después en la trayectoria como escritor de Hernández, "primero por el hecho de haberla podido escribir. Después de haber publicado ensayos y cuentos, y de haberme embarcado en proyectos de novela que se quedaban en las primeras páginas, con Intento de escapada sentí que debía llegar hasta el final, saliese como saliese. Por la historia que quería contar, pero también por la necesidad de terminar ese proyecto que había comenzado a tomarme en serio".
Además, este profesor de Historia del Arte en la UMU explica que "una primera novela es importante siempre porque te muestra que puedes escribirla –mejor o peor–, que eres capaz de sentarte durante años, perseverar y terminar algo. Si ese algo, además, tiene la suerte de acabar en una editorial con la que uno siempre ha soñado, como Anagrama, la satisfacción es incomparable". En este sentido, todavía recuerda "la tarde de septiembre en la que recibí la llamada de Jorge Herralde. Había leído el manuscrito y quería publicar la novela. Tengo el momento grabado a fuego en la memoria. Es posible que sea la llamada más importante de mi trayectoria literaria. Luego, la novela funcionó y llegó a muchos más lectores y lugares de los que jamás había imaginado mientras la escribía sin saber si quiera si la acabaría o se llegaría a publicar".
A pesar del tiempo pasado, el escritor murciano cree que la historia que relata en Intento de escapada "sigue siendo muy pertinente". "El libro habla sobre los límites del arte contemporáneo, pero especialmente sobre las injusticias y las desigualdades que son invisibles porque no las queremos ver, sobre la migración, sobre los que no tienen nada y lo arriesgan todo por poder comer. Desafortunadamente, esa situación de injusticia social no sólo no ha desaparecido, sino que se ha ido haciendo más sangrante día tras día", explica el autor.
Destaca, por ejemplo, que "una de las escenas más reconocibles del libro muestra una gasolinera llena de inmigrantes sin papeles que se suben a trabajar sin saber nada en la primera furgoneta que llega. Es una escena que en el libro tiene lugar, supuestamente, en 2003. En 2020 esa escena sigue sucediendo, día tras día, y continúa siendo invisible".