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Bemyvega, la startup cartagenera para una educación más inclusiva

8/02/2021 - 

CARTAGENA. Hay proyectos que nacen del afán emprendedor, otros por la lucidez de una idea explorada por otros pero que no lograban hacer viable y otros que nacen directamente de la necesidad de dar solución a un problema sin más afán que del hacer mejor el día a día de las personas. Bemyvega pertenece a este último caso. Nace de la necesidad de facilitar la vida a Vega, hija de Antonio Sánchez y Mónica Hernández, albinismo oculocutáneo, una condición genética que afecta a la capacidad de visión (apenas tiene un 5% de visión).

Desde 2013, cuando nace Vega, Sánchez empezó a trabajar en este proyecto, pero fue en 2019 cuando vio que se podía impulsar. “La ONCE, la UCAM, la consejería de Educación, vieron que se podía ayudar a mucha gente. Es un proyecto que va creciendo poco a poco. Se ha ido sumando también a colaborar la UPCT, la UMU… Tuvimos ese sueño de poder ayudar y hemos encontrado este hueco para ello”, afirma Sánchez.

Vega nos cambió la perspectiva de las cosas. Nos ayudó a empatizar. Y es la razón por la que empezados esto. Yo compatibilizo mi trabajo en la UPCT con este proyecto, que no tenía ningún afán de ganar dinero”, señala Sánchez. “Bemyvega es una manera de darle a aquellos alumnos con determinadas dificultades, una ventana al mundo. El 93% de la comunicación es no verbal por lo que es importante tener acceso a esa información. Con nuestros dispositivos tienes la experiencia total de una clase en la palma de una mano. Además de para aquellas personas con alguna dificultad, también ayuda en aquellos casos en los que estés hospitalizado y no puedas acudir a clase”, añade.

El ‘paquete’ (una especie de proyector) permite acceder a la visión del profesor, la pizarra o la presentación que esté exponiendo en esos momentos. Toda esa información la envía a cualquier dispositivo en tiempo real. “Capta todo lo que sucede en el aula, a diferencia de una cámara convencional que solo tiene un momento fijo”, señala Sánchez sobre como funciona su producto. “La idea en la que estamos trabajando es tener una plataforma propia desde la que te puedas conectar independientemente de donde te encuentres. Ahora, ese producto genera una propia red para tener un mejor funcionamiento. Si no te encuentras en el aula, te puedes conectar a través de Zoom o Met, aunque en este caso es el profesor quien controla lo que se ve. La idea es que, a través de la plataforma propia, sea el usuario el que controla la información que ve, si la pizarra, al profesor o la exposición”, explica Sánchez.

Una tecnología que reivindica la necesidad de contribuir a una educación más inclusiva siempre que sea posible, simplificando algo esa polémica sobre la educación especial a raíz de la última ley educativa. “Habrá situaciones en las que será necesario tener un centro adaptado. En mi caso, mi hija tiene un 5% de visión y he apostado porque sea muy abierta y muy capaz. En otros casos, si será necesario tener un centro que le pueda proporcionar las condiciones para el desarrollo del alumno”, afirma Sánchez, aclarando que es un tema complicado.

Bemyvega nació de una necesidad y ha terminado siendo una herramienta con un objetivo social: ayudar a los demás. “Si da beneficios, mejor. Pero yo tengo mi trabajo y no tengo la necesidad de que esto de muchos ingresos. El motor es dar soluciones a la gente con dificultades”. Es la tecnología al servicio de la inclusión. 

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