MURCIA. La Sardina ya espera, paciente, su final entre las llamas, como colofón de las Fiestas de Primavera en Murcia. Este año, el artista que ha creado la representación de la protagonista de la gran celebración de los sardineros ha sido el molinense Pepe Yagües, quien durante la noche del Día del Bando de la Huerta comenzó a instalar el catafalco que arderá este sábado 26 de abril en la intersección de la Gran Vía de Murcia con Plano de San Francisco. Allí se puede contemplar desde este miércoles, como una obra de arte efímera que solo podrá ser disfrutada unos días.
De hecho, numerosos viandantes aprovechaban esta mañana del miércoles para fotografiarse junto al catafalco, escena que se repetirá hasta que el sábado la Sardina sea quemada. Se trata del segundo catafalco realizado por un artista -el año pasado fue Nicolás de Maya-, en una apuesta de la Agrupación Sardinera por los creadores de la Región y en una innovación respecto a la tradición fallera de esta figura.
El catafalco de la Sardina de este año lleva el personalísimo sello de Pepe Yagües, quien ha bautizado su obra 'Sardina crisálida hacia Nereida'. La escultura mide 6 metros de alta, 7 metros de ancha y 3 metros de profundidad. Estará realizada con mil kilos de madera de abeto y pino (la mitad reciclado) y acero galvanizado. En su interior se puede ver una nereida de dos metros y medio de acero, "hecha con la milenaria técnica del repujado", señala el artista, quien apunta que "no hay que confundir este personaje con una sirena". Y es que "las nereidas eran unos seres mitológicos benefactores (las 50 hijas de Nereo) que ayudaban a los naúfragos que intentaban atravesar el Mediterráneo (las Open Arms de la Antigüedad)", explica Yagües, quien suele establecer paralelismos entre la mitología y el mundo actual.
También hay en el catafalco un elemento móvil con forma de Selene (Luna), "símbolo arcaico de la mutabilidad de la existencia, que recuerda que la sardina de madera se convertirá en cenizas, pero su parte bondadosa y solidaria con forma de Nereida de metal (como si de su alma se tratara) va a sobrevivir a la quema", explica el siempre inquieto creador molinense.
