MURCIA. "El cine me ha apasionado desde que era muy pequeñico. Ahora lo que quiero es contar historias y hacer que la gente se sienta cómo yo cuando veo las películas que me gustan". Así de claro lo tiene el cineasta lorquino Javier Lizarán López, que con 22 años ha terminado de rodar el cortometraje Última noche, con el que espera darse a conocer en festivales y comenzar una carrera profesional. Porque aunque esta cinta es el Trabajo Fin de Grado del joven director, ha contado para su desarrollo con un equipo de unas quince personas que se dedican profesionalmente a los distintos oficios que confluyen en una película.

"Al final, el único que no era profesional era yo", señala con humor Lizarán.Tiene que ver el hecho de que este inquieto lorquino esté haciendo prácticas en la productora murciana Twin Freaks, donde dice que está aprendiendo mucho y donde ha ido conociendo a gente que se ha sumado a este proyecto, cuyo rodaje duró dos día en un piso de Murcia y para el que ha contado con la financiación de algunas empresas murcianas. Actualmente, se encuentra en fase de postproducción.

Apunta el cineasta y guionista lorquino, que con el thriller-drama Última noche quiere que el espectador esté constantemente involucrado en la historia, como si estuviera en el piso y lo hubieran invitado a la cena llena de sorpresas que se va a tener lugar. "Ese es el cine que a mí me gusta", afirma. Para ello, ha contado con "tres grandes actores de Murcia como son Víctor Montesinos, Roberto Hernán-Gómez y Alejandro Rodríguez".

¿Hasta dónde conocemos a las personas?

En este corto, Javier Lizarán plantea una pregunta: "¿Hasta que punto llegar a conocer a una persona aunque estado muy próxima a ti? La respuesta se podrá encontrar en la cena de despedida que Martín organiza con sus dos mejores amigos de la infancia, Rafa y Nico, antes de marcharse del país por temas de trabajo. La noche transcurre entre risas y recuerdos, pero todo cambia cuando un suceso inesperado golpea la puerta, alterando la calma y revelando verdades que nunca debieron salir a la luz. "Lo que debía ser una velada de celebración se convierte en un punto de inflexión donde la amistad, la confianza y el miedo chocan en un espacio del que quizás no todos salgan igual", describen los responsables del filme.

El cortometraje busca trasmitir la idea de que "las personas nunca llegamos a conocer completamente a las personas que nos rodean. A través de esta historia de tensión y revelaciones inesperadas, el cortometraje explora los límites de la confianza, las consecuencias de las decisiones tomadas en un pasado y el peso de los secretos a aquellas personas que más queremos. Más allá del suspense, a través del personaje de Martín, el espectador tiene la posibilidad de reflexionar sobre la doble cara de la moneda de las relaciones. Y más importante la manera en la que todo puede cambiar con un simple golpe en la puerta".

Javier Lizarán López había trabajado hasta en distintos departamentos con el objetivo de entender de la mejor manera posible el puesto de director. Además de dirigir proyectos fuera de lo cinematográfico, ha dirigido cortometrajes universitarios y personales como El Castillo de Arena (Presentado a la Sección Murcine en el FICC). Aparte, ha trabajado como primera ayudante de dirección en Metamorfosis (2025), cortometraje producido por Twin Freaks Studios; y en el departamento de producción de Negro Azabache (2024) de la mano de Sagra Films. "Mi objetivo ha sido estar siempre en contacto con el cine", apunta el joven director, a quien le gustaría presentar este cortometraje en la Filmoteca Regional y que ya está pensando en los festivales a los que lo presentará.