quejas vecinales

Vecinos de La Manga estallan contra los botellones: ruidos, basura y olor a orines de ¿una batalla perdida?

Fotos: Vecinos a través de Facebook

25/08/2022 - 

CARTAGENA. Ruidos, suciedad, olor a orines... Vecinos de algunas de las zonas de La Manga del Mar Menor y Cabo de Palos donde son habituales los botellones estallan en redes sociales y en escritos dirigidos a las autoridades ante una situación que califican de "lamentable" e "insostenible". Y aunque la imagen de jóvenes que se reúnen para beber se puede encontrar a lo largo de toda La Manga, es sobre todo en la zona perteciente al Ayuntamiento de Cartagena donde se producen las mayores concentraciones... y, en consecuencia, las quejas más frecuentes. No es, sin embargo, una situación nueva, ya que se lleva repitiendo durante muchos años, aunque ha ido cambiando de ubicación. Es además un problema difícil de combatir al entrar en juego distintos intereses: el de los vecinos, de descansar; el de los jóvenes, de divertirse; y el de los locales o chiringuitos cercanos, de poder trabajar durante dos meses al año.

Actualmente, son los botellones en la zona de Marina Center y el Eurospar, los alrededores de algunos chiringuitos del Mar Menor o El Palmeral de Cabo de Palos los que más indignación despiertan entre vecinos, que se quejan de no poder dormir y de la basura que se genera en estos espacios. 

"Es lamentable, pero que tengamos que movilizarnos vecinos y negocios para que el Ayuntamiento de Cartagena haga su trabajo es grave", aseguran los promotores de una recogida de firmas en Cabo de Palos, con un escrito que se puede rubricar en el Eurospar y negocios colindantes; "para que vean que no somos tan pocos"En dicho texto aseguran que "somos muchos los que estamos hartos de que cada noche haya botellones en varias zonas de Cabo de Palos y alrededores. De pasar noches sin poder dormir porque los decibelios son insoportables. Así como de la suciedad que, por mucho que intenten eliminar bien temprano, permanece enredada para siempre en la vegetación de descampados de alrededor (o en el propio mar). Y qué decir del olor de orines que llega el domingo hasta el mercadillo. Cuando llamamos a la policía nos dicen que no tienen efectivos suficientes".

Manifiestan, igualmente, el "hartazgo vecinal" al ver que "los vicios de los menores de edad estén permitidos por encima de los principios básicos de convivencia". También temen que esta situación pueda desembocar en el abandono de viviendas en busca de zonas más tranquilas. Por todo ello, reclaman al Ayuntamiento de Cartagena mayor presencia policial; impedir el vandalismo y la contaminación; y que estas medidas sean efectivas cuanto antes.

Un vecino también comenta en un grupo de Facebook: "Qué lujo tener un palmeral en Cabo de Palos. Qué lástima el uso que se le está dando. En lugar de que sea un parque para que todo el mundo lo pueda disfrutar, ha sido convertido en el escenario del botellón y así se ha quedado todo el día (las palabras van acompañadas de imágenes)".  "Jaleo por la noche, gritos y chillidos. El sábado es insoportable, pero todas las noches están. Hasta reventaron la puerta para entrar", responde otro.

También muestran con fotografías como amanece la zona de Marina Center y el Eurospar tras un botellón. "Luego se ponen fotos de que se limpia el pueblo, pero los vecinos de Cala Flores estamos dejados de la mano de Dios", se quejan. Y algunos hasta consideran que deberían ser los propios jóvenes los que estuvieran obligados a limpiar el desaguisado. "Qué poco respeto hacia los demás y qué poca vergüenza", exclaman.

Una vecina de la zona de Nuevo Puerto Bello, que tampoco puede más, escribe: "Por desgracia, a estas alturas de verano ya no me queda otra que denunciar esto por redes. La Guardia Civil dice que esto no le compete, que es la Policía Local, que también me dice que a ellos no les compete. Que no tienen medios para tomar medidas de volumen en los chiringuitos y no pueden controlar el botellón por ser un fenómeno social. Que para ello debería de contratar un abogado y procurador y llevar a cabo una denuncia a través de juzgados". 

Asegura que alrededor del chiringuito de esta zona se reúnen cientos y cientos de personas y se producen actos de vandalismo. "El sábado por la noche un majo grupito se metio en propiedad privada e incendiaron un pequeño edificio. El domingo por la noche tiraron y deplazaron el wc publico de la playa. ¿Hablamos de la basura? Mejor dejamos el tema del estercolero en que se ha convertido la zona y el pie de playa...". También protesta por "el coche con altavoces de discoteca que se pone en marcha una vez que apaga la música del chiringuito y que sigue allí hasta las 3 o las 4 de la madrugada". 

Desde la Asociación de Empresarios de La Manga ven difícil encontrar una solución a un problema que es endémico a una zona turística como es La Manga. ¿Cómo evitar que los jóvenes se junten para divertirse? o ¿cómo poner trabas a unos negocios que están teniendo éxito durante dos meses al año? "Esto lleva ocurriendo siempre, aunque no en los mismos lugares. Antiguamente, era el Zoco, por ejemplo, donde tenían lugar", recuerdan.

Lo que sí que sostiene su presidente, Antonio Plaza, es que deberían de incrementarse los servicios municipales durante los meses de veraneo para evitar la acumulación de basura (instalación de más contenedores en los lugares donde se sabe de antemano que se producen las concentraciones), una mayor limpieza de las zonas afectadas e incrementar los efectivos de seguridad para evitar el vandalismo. 

Igualmente, se muestra contrario a culpabilizar a los locales de moda que atraen estos botellones, porque "lo que quisieran todos los negocios es que la gente estuviera dentro y no fuera".

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