una novela de desafíos

Pérez-Reverte presenta 'Revolución' en Murcia: "La violencia proporciona una amarga lucidez"

Fotos: MARCIAL GUILLÉN (EFE)

15/12/2022 - 

MURCIA. (EFE). Dice el escritor cartagenero Arturo Pérez-Reverte que él no deja de ser "un escritor profesional que cuenta historias". Y que Revolución, su última novela, "es una más". Eso sí, diferente al resto de las que ha escrito durante los últimos 35 años, porque "yo no soy como otros escritores que siempre escriben la misma novela, que es muy respetable. Pero, me aburriría; necesito desafíos". Y con esta historia ambientada en el México de Emiliano Zapata y Pancho Villa eran muchos los que se le planteaban. Así lo ha contado este jueves en el Centro Cultural Las Claras de Cajamurcia durante un acto para presentar el libro, previo al encuentro de la Cátedra de la UMU que lleva su nombre. Es por eso que le acompañaba como anfitrión Pascual Martínez (director de la Fundación Cajamurcia) y Alexis Grohmann, director de la citada cátedra y catedrático de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Edimburgo.

Esos desafíos eran diversos, desde la documentación y ambientación -se trata de la primera novela del cartagenero que transcurre completamente fuera de Europa, como le hizo observar Grohmann-, el recibimiento por parte de los lectores mexicanos -ante la osadía de que un 'pinche' español escribiera sobre su historia- y, sobre todo el lenguaje. Porque sus personajes tenían que hablar mexicano, del que se practicaba en el primer tercio del siglo XX, distinguiendo las expresiones que podía utilizar un terrateniente de las que eran propias de un campesino analfabeto. Pero ahí entra, ha explicado, la tarea de "un escritor vivo", que no deja de "observar, aprender y emprender cada novela como una aventura nueva". "Si no fuera así, si no hiciera cosas diferentes, terminaría muriendo como escritor".

Lo que no puede, o no quiere, evitar Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) es esa "amarga lucidez" con la que mira al mundo, fruto del "master de violencia" que realizó como periodista en un sinfín de conflictos bélicos. Por eso, la mirada de su protagonista, un joven ingeniero de minas que se ve envuelto en una revolución que no es la suya, es también la mirada del autor. Porque como le pasó a él -que tenía 22 años cuando se enfrentó a su primera guerra como reportero en Beirut en 1974-, "la violencia se presenta como un aprendizaje clave de la vida y el chico del principio de la historia no es el hombre que la termina". 

"La violencia real sapica, Twitter solo irrita"

Y es que "la violencia, aunque tiene muy mala prensa y es algo horrible, puede ser muy educativa. Permite comprender mejor a los seres humanos, a no amar ni despreciar a los hombres, solo a intentar entenderlos". Ante todo lo que él ha vivido en primera persona -se pierde unos segundos en sus recuerdos-, Pérez-Reverte se ríe de lo que pueda pasar en Twitter. "La violencia de verdad salpica, lo de Twitter solo puede llegar a irritar. Lo que pasa es que hemos pervertido el lenguaje". A él, además, le divierte y le parece interesante sociológicamente la red social en la que es muy activo. "Yo tiro la piedra y se crea una onda que se va haciendo más grande mientras me limito a observar", explica el académico de la RAE.

Pérez Reverte ha contado que Revolución guarda sus orígenes en las historias que le contaba un amigo de su bisabuelo, ingeniero de minas que trabajó en México en aquella época. Y como tantas historias que ha ido atesorando a lo largo de su vida, encontró el momento de sacarla a la luz.

El escritor considera que tiene sentimientos encontrados sobre las revoluciones, porque entendiendo que hay que hacerlas, sabe por experiencia que suelen perderlas quienes las empiezan. "Quien sale a la calle, quien da la cara, quien pelea, vierte la sangre, se la juega y se destroza la vida por cambiar el mundo… cuando termina todo, entonces llega el otro, el que estaba detrás o el que no estaba y dice, apártate que ya me encargo yo de gestionar esto". "Tengo esa melancolía de que las revoluciones terminan siempre con un Daniel Ortega en su finca". Así que "esa película no me la cuenten, que ya sé el final", apunta, aunque insiste en que "no por ello hay que dejar que pelear".

Pérez-Reverte fue reportero de guerra durante 21 años y cubrió 18 conflictos bélicos para prensa escrita y Televisión Española, y tras retirarse de su profesión de periodista se dedicó a la creación narrativa, que aglutina más de 40 obras. Sus obras, traducidas a más de 40 idiomas, le han hecho ganarse más de 20 millones de lectores en todo el mundo y convertirse en miembro de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón T, y formar parte de la Asociación de Escritores de Marina de Francia. 

     

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