MURCIA. (EP) El Banco Central Europeo (BCE), como supervisor del sector bancario, la Junta Única de Resolución (JUR) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) han recordado que en una eventual intervención en caso de crisis serían los instrumentos de capital ordinario de las entidades los primeros en soportar las pérdidas, separándose así de la línea aplicada por las autoridades suizas en el caso de Credit Suisse.
"En particular, los instrumentos de capital ordinario son los primeros en absorber pérdidas, y solo después de su pleno uso se requeriría la amortización del capital de nivel 1 adicional", apuntan las instituciones en un comunicado conjunto Este enfoque se ha aplicado sistemáticamente en casos anteriores y "seguirá guiando" las acciones de la supervisión bancaria de la JUR y el BCE en las intervenciones en caso de crisis, puntualizan.
De este modo, defienden que el Tier 1 adicional es y seguirá siendo un componente importante de la estructura de capital de los bancos europeos.
Con esta aclaración, si bien acogen con satisfacción el conjunto de medidas adoptadas este domingo por las autoridades suizas para garantizar la estabilidad financiera, los supervisores de la UE se distanciarían de la fórmula implementada por sus homólogos en el país helvético.
Asimismo, las tres instituciones europeas han defendido la solidez de la posición de capital y liquidez de la banca del Viejo Continente.
"El sector bancario europeo es resistente, con sólidos niveles de capital y liquidez", han subrayado, después de que este domingo UBS acordara comprar Credit Suisse en una transacción impulsada por el Gobierno de Suiza.
La Autoridad de Supervisión de los Mercados Financieros de Suiza (Finma) indicó este domingo que las medidas de apoyo desplegadas por el Gobierno suizo para que UBS adquiera Credit Suisse provocarán una amortización completa del valor nominal de toda la deuda AT1 de Credit Suisse, cuyo montante rondaría los 16.000 millones de francos (16.185 millones de euros).
De su lado, el Banco de Inglaterra (BoE) ha aclarado también que el orden de prelación aplicado en el marco de resolución bancaria del Reino Unido establece que los bonistas gozan de una mayor jerarquía que los instrumentos de capital ordinario de las entidades a la hora de soportar potenciales pérdidas.
"El marco de resolución bancaria del Reino Unido tiene un orden legal claro en el que los accionistas y acreedores soportarían pérdidas en un escenario de resolución o insolvencia", ha apuntado la Vieja Dama de Threadneedle Street en un comunicado.
En este sentido, ha recordado que los instrumentos AT1 o CoCos se ubican por delante de los instrumentos CET1 en la jerarquía, señalando que los tenedores de tales instrumentos deben esperar estar expuestos a pérdidas en resolución o insolvencia en el orden de sus posiciones en esta jerarquía.
Este fue el enfoque utilizado para la reciente resolución de Silicon Valley Bank UK, en la que todos los instrumentos de nivel 1 adicional (AT1) y T2 de SVB UK se amortizaron en su totalidad y la totalidad del capital social de la empresa se transfirió por una suma nominal de una libra.
Por otro lado, los bancos de la eurozona apenas han solicitado liquidez en dólares en la primera de las adjudicaciones celebradas a través de la facilidad anunciada este domingo en coordinación con otros grandes bancos centrales para prevenir tensiones en los mercados financieros.
Según los datos publicados por el BCE, la primera de estas operaciones se ha saldado con una mínima demanda de 5 millones de dólares, el mínimo estipulado, por parte de un único banco solicitante.
Tras el rescate este domingo de Credit Suisse, los bancos centrales de Canadá, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Suiza y la eurozona anunciaron una acción coordinada para mejorar la provisión de liquidez a través de los acuerdos permanentes de líneas de 'swap' de liquidez en dólares.
Para mejorar la eficacia de dichas líneas, los bancos centrales acordaron aumentar la frecuencia de las operaciones con vencimiento a 7 días, pasando así a celebrarse diariamente en vez de una vez por semana "al menos hasta finales de abril".
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha subrayado que la institución sigue de cerca la evolución del mercado tras la intervención de las autoridades suizas en ayuda de Credit Suisse y ha asegurado que el banco central de la zona euro está preparado para responder "según sea necesario".
"Estamos siguiendo de cerca la evolución del mercado y estamos preparados para responder según sea necesario para preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona euro", ha afirmado en su intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.
En este sentido, la francesa ha acogido "con beneplácito" la rápida acción y las decisiones tomadas por las autoridades suizas, señalando que estas fueron fundamentales para restaurar las condiciones ordenadas del mercado y garantizar la estabilidad financiera.
En cualquier caso, tal y como ha venido defendiendo en los últimos días, para Lagarde el sector bancario de la zona del euro "es resistente", con fuertes posiciones de capital y liquidez.
En cualquier caso, ha recordado que el conjunto de herramientas del BCE está completamente equipado para brindar apoyo de liquidez al sistema financiero de la eurozona si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria.
La reciente desaparición de Silicon Valey Bank (SVB) y la posterior crisis de Credit Suisse auguran un ciclo de crédito más restrictivo, en un escenario en el que los responsables políticos afrontan la tarea de equilibrar la lucha contra la inflación con la ralentización económica y los crecientes riesgos financieros.
Según se desprende de un informe de Crédito y Caución, los dos principales episodios financieros de las últimas semanas han provocado unas mayores ventas de valores bancarios fuera de Estados Unidos, principalmente en países de la zona euro.
En este sentido, la firma apunta que aunque los balances del sector financiero en Estados Unidos y la zona euro están más capitalizados que en 2008, los responsables políticos afrontan la "difícil tarea de equilibrar la lucha contra la inflación con la ralentización económica y los crecientes riesgos financieros". "El efecto inevitable del endurecimiento monetario es un crédito más caro para familias y empresas", apostilla el análisis.
Sin embargo, dada la fortaleza económica actual de Estados Unidos, la firma considera "poco probable" que la Reserva Federal (Fed) dé marcha atrás en su política monetaria y prevé un incremento de 25 puntos básicos. El Banco Central Europeo ya se adelantó con una subida de 50 puntos básicos el pasado jueves.
En lo que se refiere a la desaparición de SVB, Crédito y Caución cree que esto provocará la restricción de las líneas de crédito de muchas empresas de tamaño medio y marcará, posiblemente, el fin del modelo de capital riesgo que ha impulsado el desarrollo del sector en la región estadounidense durante la última década.
Y es que la desaparición del banco ha supuesto la mayor quiebra bancaria desde la crisis financiera de 2008. No obstante, y pese a tener el SVB el efectivo de casi la mitad de las empresas de nueva creación estadounidenses respaldadas por capital riesgo, el análisis augura con este episodio unos efectos "limitados" sobre la economía.
"Esperamos que la inquietud se disipe a medida que se restaure la confianza por las medidas de apoyo a la liquidez de la Administración", apunta la economista Atradius Dana Bodnar, quien ve "garantías implícitas" y "evidencias" de que el contagio no está afectando a los bancos de importancia sistémica.
Lo que sí se prevé, según la analista de Crédito y Caución, es una mayor restricción en la concesión de crédito, el cual ya estaba de por sí condicionado por unos elevados tipos de interés.
En este contexto, dice el informe, las empresas se verán obligadas a elegir entre repercutir los nuevos costes financieros en sus precios finales o asumirlos a costa de reducir sus márgenes, lo que mermaría su rentabilidad e impactará en su riesgo de crédito.