MURCIA. Roberto Lifante es un emprendedor atípico, casi excepcional, con una historia que recuerda a la de los genios que crecen aislados y algo incomprendidos. Con 21 años, es dueño de dos empresas, TK Analytics y Tecnologyk, que van a cerrar este ejercicio con una facturación de 1,5 millones de euros. Cómo en tan poco tiempo ha llegado tan lejos lo convierten en uno de los casos más singulares de joven emprendedor en la Región.
“Me puedo considerar un poco diferente", admite con sinceridad. "Me crié en un pueblo muy pequeño, en medio del campo, entre cabras y perros, y mi único amigo era un ordenador con Windows 95. Así que la informática fue mi vía de escape”.
Ese pueblo, Barinas, una pedanía de Abanilla, y esa casa “en medio de la montaña” que no le permitía relacionarse demasiado, le hizo desarrollar un talento informático inusual muy pronto y de forma completamente autodidacta. Con 14 años ya hacía pinitos por su cuenta. A los 16 se dio de alta como autónomo y empezó a trabajar por su cuenta para distintas empresas. A los 18 años creó las dos empresas que dirige. Una carrera fulgurante que le ha aportado una madurez y conocimientos sorprendentes en alguien de su edad.
“Desde niño me he formado online, con mucho autoaprendizaje de prueba-error. Empecé robótica industrial pero solo estuve un año. Me di cuenta de que los conocimientos que estaba adquiriendo eran casi inservibles. Lo que daban en un año de carrera, lo podía aprender en dos meses por mi cuenta”, asegura.
A su autoaprendizaje le ha sacado petróleo a través de TK Analytics, una empresa con ocho empleados y varios partners que se dedica a los servicios de desarrollo tecnológico: páginas webs, desarrollo de software a medida, bases de datos, CRM, RP, marketing digital, desarrollos de app. En la actualidad, y después de casi dos años, su cartera alcanza los 400 clientes, tanto en la Región como a nivel nacional o internacional. Telefónica, Urdecon o Navantia, están entre ellos.
"Nos basamos en poder economizar estos servicios para que sean accesibles a un emprendedor, un autónomo o una pyme", destaca. Para Lifante el futuro pasa por la computación en la nube. “Los servicios cloud harán que las empresas ya no necesiten una infraestructura informática in situ para poder funcionar. Y tiene muchas ventajas: no requiere una gran inversión, ni un mantenimiento, no te lo pueden robar ni se puede perder, y siempre está actualizado y a disposición desde cualquier sitio. Todas las tecnologías están migrando a eso”.
TK Cloud es el último servicio que ha puesto en marcha sobre computación en la nube para que los clientes puedan alojar su domino, página web y correo electrónico con “un servicio de seguridad informática muy alto. Lo hemos desarrollado con open source, un código abierto, para que los clientes puedan tenerlo desde 10 euros al mes. Para las pequeñas empresas, autónomos y pymes es importante, algo que antes no podían conseguir”.
Sostiene que su objetivo es democratizar la ciberseguridad. “Desarrollamos un entorno en el que hemos podido economizar los servicios para que cualquiera se pueda permitir competir en el mercado laboral, en cuanto a tecnología, con una multinacional. Un desarrollo que podía costar hace 4 años 10.000 euros, nosotros lo podemos hacer en un 90% menos", asegura.
Como emprendedor joven aunque con bastantes años ya a sus espaldas le gustaría “seguir creciendo y desarrollando proyectos. Mucha gente piensa que para los emprendedores el fin es conseguir dinero y no es así. El medio es el dinero y el fin disfrutar con tu trabajo”.
Recomienda a cualquier joven que quiera comenzar un negocio que busque asesoramiento como el que él recibió de AJE, la Asociación de Jóvenes Empresarios, del que fue finalista al premio a la mejor startup este año. "Te orientan en todo. Es muy importante cuando empiezas y estás un poco perdido”. Y tiene claro cual es el secreto para no perder el norte y crecer en los negocios. "Haz algo que le apasione. Lo más importante es ser feliz y disfrutar de la vida”.