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Cuenta atrás para las urnas: pros y contras de los partidos a falta de un año para las elecciones

En la primera imagen, Fernando López Miras (PP) y José Vélez (PSRM-PSOE), junto con la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en octubre en Murcia. Foto: EDU BOTELLA (EP)

24/04/2022 - 

MURCIA. Salvo sorpresa (algo que no se puede descartar en esta insólita legislatura), Fernando López Miras firmará dentro de un año el decreto para convocar las elecciones autonómicas en la Región de Murcia. La cuenta atrás ya ha empezado para los partidos, que despliegan toda su artillería para llegar en la mejor posición a la campaña electoral. ¿Cómo afrontan las formaciones el sprint final? Murcia Plaza analiza los pros y los contras de las fuerzas políticas: sus puntos fuertes y también sus debilidades.

PP: el favorito de las encuestas

Fernando López Miras (PP), en Sevilla. Foto: JOAQUÍN CORCHERO (EP)

A favor. El PP parte en la pole de salida. Todas las encuestas pronostican que los populares conseguirán la victoria en 2023. Es una tendencia que se repite desde que se inició la pandemia. En julio, apenas tres meses después de la fallida moción de censura, el PP llegó a situarse a un escaño de la mayoría absoluta, según el barómetro del Cemop. Además, el viento de cola nacional también le beneficia, pues los sondeos han bendecido la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia del partido. Y ser el caballo ganador en las encuestas suele pesar en la opinión pública. Asimismo, su líder, Fernando López Miras, salvo giro de los acontecimientos -el partido tiene que celebrar un congreso regional-, goza de un grado de conocimiento cercano al 95%, muy cerca del nivel de Pedro Sánchez y Santiago Abascal. Este elevado porcentaje, fruto de su bagaje de cinco años en el Palacio de San Esteban (pandemia incluida, con toda la visibilidad televisiva que le concedió el confinamiento), le otorga una enorme ventaja con respecto a sus adversarios, pues el segundo líder más conocido en la Región es José Vélez, con un 28%. 

En contra. Las mismas encuestas también reflejan una pérdida en los apoyos en los últimos tiempos. Ya no ven tan cerca la mayoría absoluta, lo que certifica un cierto desgaste. Su gran némesis es, sin duda, Vox, un partido cuyas ideas calan en la Región de Murcia. A nadie se le escapa que el partido de Abascal crecerá en 2023. Y su techo condicionará a los populares: un Vox fulgurante y disparado restará votos al PP. Los populares han optado en todo este tiempo por no combatir las ideas de Vox (más bien al contrario, no han dudado en pactar con ellos cuando se ha dado el caso, e incluso gobernando con ellos, como así sucede con Mábel Campuzano en Educación). Otro factor importante es la delicada situación del Mar Menor. En las filas del partido, aunque públicamente no lo reconozcan, tiemblan ante cada agresión del Mer Menor, pues consideran que les perjudica electoralmente. Si la laguna vuelve a resentirse (y su salud es quebradiza), los argumentarios del partido (enredados en las competencias y en criticar al Gobierno central) apenas podrán resistir el golpe.

PSOE: la remontada es su meta

José Vélez y Francisco Lucas (PSOE). Foto: PSRM

A favor. Es el partido del Gobierno central, lo que de antemano es una ventaja por su capacidad para anunciar inversiones e infraestructuras. Es también la primera fuerza en la Asamblea Regional, fruto de su victoria en 2019, lo cual puede ser utilizado políticamente. Y es también la formación política con más Alcaldías en la Región (gobiernan un total de 22 municipios frente a los 20 del PP), con cabezas visibles en ciudades tan importantes y pobladas como Murcia, Lorca y Molina de Segura. Siendo una doble cita autonómica y municipal, ligar el nombre del alcalde a unas siglas también influye. Además, si los partidos del bloque conservador se dividen, fragmentando el voto, el PSOE puede aprovechar la coyuntura para sacar tajada. Los socialistas también pueden erigirse en el voto útil del centro izquierda. A ello se aferran como alternativa al Gobierno del PP.

En contra. El partido está muy estancado en las encuestas. Ningún sondeo le da una posibilidad de gobernar, ni siquiera sumando con Unidas Podemos. Necesitan movilizar unos 50.000 ciudadanos desencantados que, a día de hoy, no confían en el PSOE (ni tampoco en otras siglas). Existe la sensación de que el PSRM perdió dos oportunidades históricas en esta legislatura: al no prosperar el pacto con Ciudadanos en 2019 y también al fallar la moción de censura de 2021. Su líder, José Vélez, pese a que es el delegado del Gobierno en la Región, todavía no es muy conocido, y tampoco tiene la ayuda del altavoz de la Asamblea, donde el portavoz parlamentario es otro. El Gobierno central es una ayuda, sí, pero esconde un doble filo: si las decisiones no calan en la Región y sólo trascienden errores puede ser un lastre para el PSRM. Verbigracia: los recortes en los trasvases anunciados por el Ministerio.

Ciudadanos: el reto de resistir

 María José Ros Olivo. Foto: OMEGA

A favor. Ciudadanos forma parte de los gobiernos locales de Murcia, Cartagena y Lorca, tres urbes que abarcan más de la mitad de la población de la Región. Deberían aprovecharlo: tomar medidas y 'venderlas' políticamente es siempre mejor punto de partida que figurar en la oposición. Es un partido que, si la campaña se polariza, puede hacer gala de la moderación y el centro como arma política. Tienen igualmente argumentos para criticar el bipartidismo. Y el partido cuenta todavía con suelo político (un mínimo de afiliados, bases y seguidores) como para al menos obtener representación en la Cámara.

En contra. Lo cierto es que Ciudadanos reúne muchos más aspectos negativos que positivos. El partido lucha contra el terrible augurio de su desaparición. La cita de 2023 será clave para su futuro. Un mal resultado los condenará para siempre. Los errores del partido han sido muy evidentes, como también sus enormes contradicciones. La moción de censura, que pudo catapultarlos con toda una presidenta al frente de la Comunidad, acabó como el rosario de la aurora. Y, para más inri, la maniobra tampoco fue bien acogida entre sus votantes, a tenor de las encuestas. Ese recuerdo puede pesar a la hora del voto. El partido, además, quedó relegado en la Asamblea, al perder el control del grupo parlamentario, en manos de los autodenominados liberales (los "tránsfugas"). Y por si fuera poco, Vox les castiga en la Región, dejándole sin apenas espacio: si hubo un tiempo en que podían decantarse como alternativa al votante del PP, esa etapa pasó, difuminada por Vox. Si obtienen representación en 2023, será todo un éxito, dadas las circunstancias.

Vox: el asalto de los cielos

José Ángel Antelo (Vox). Foto: VOX

A favor. Vox pone toda la carne en el asador en la próxima cita electoral. Si 2019 fue el año del despegue, 2023 es el año del gran salto. En ninguna zona de España penetran tanto las ideas de Vox como en la Región, donde sus principales consignas (batalla contra la inmigración ilegal, el patriotismo, negación de la violencia de género) encuentran su caldo de cultivo. Recordemos: su única victorial electoral se produjo en la Región de Murcia (generales de noviembre de 2019). Encima es un partido indemne a sus propias crisis: hubo una batalla interna durísima en la Región, resuelta con tres diputados expulsados, que no ha tenido ningún coste demoscópico ni ha mermado apoyos significativos. Las visitas de Abacal a Murcia son todo un éxito de movilización y convocatoria. En una tierra tradicionalmente conservadora (el 60% del voto suele serlo frente al 40% progresista), la debilidad del PP empuja a Vox.

En contra. ¿Cuál es el techo de Vox? ¿Hasta qué punto tiene opciones de ganar? ¿Cuánto hay de poderío mediático y cuánto hay de votantes reales? Porque una cosa es ganar adeptos y otra muy diferente es vencer unas elecciones. Lleva ya más de tres años en el escaparate nacional y hasta la fecha sólo ha logrado ser socio clave en lugares como Madrid (además de la Región) y socio de Gobierno en Castilla-La Mancha. Pero no ha sido primera fuerza. Da la sensación de que hasta el momento vive a la sombra del PP. El sorpasso aún no se ha producido (ni en Andalucía, ni Galicia, ni el País Vasco, ni Cataluña, ni Madrid ni tampoco en Castilla y León). Nunca han igualado el 28,16% de los votos que obtuvieron en Murcia en 2019. Los populares cuentan además con la baza de su implantación territorial, mucho más potente que la de Vox. Y sus candidatos, salvo que anuncien fichajes, son menos reconocidos e inexpertos (para lo bueno y para lo malo).

Unidas Podemos: mantener viva la llama morada

Rafael Esteban y María Marín (Podemos). Foto: ABEL F. RO

A favor. Los sondeos premian el denuedo de Podemos en la Asamblea, con su portavoz, María Marín, al frente. Los dos diputados morados se han erigido en una oposición firme e implacable contra el Gobierno regional, al que no da tregua nunca. Su último informe rastreando los contratos de la Comunidad es una prueba de su trabajo. Podemos, fiel a la tradición de la izquierda, ha sabido capitalizar las grandes movilizaciones sociales, como lo es la lucha por el Mar Menor, tanto en la calle como en la ILP. La formación tiene además sello propio, con su rechazo claro contra las empresas que contaminan el entorno del Mar Menor, a diferencia de otros partidos, menos contundentes en esta denuncia. La unión con Izquierda Unida le ayudará a ganar fieles votantes. IU siempre ha tenido una pequeña masa de irreductibles que a buen seguro ayudarán a sumar a Podemos, máxime ahora que las cúpulas de ambas fuerzas mantienen buena sintonía. Tal vez no le alcance para lograr la notoria representación de 2015 (seis diputados), pero sí están en el buen camino para obtener grupo propio... y quién sabe: si saliera una hipotética suma con PSOE, su voz podría ser relevante.

En contra. Los tiempos felices de Podemos ya pasaron. Es muy difícil que regrese la ola que impulsó a este partido a cosechar 83.000 votos en la Región (dato de 2015). La coyuntura nacional, en su caso, les merma, con Unidas Podemos cosechando malos resultados electorales, sin el faro de su antaño tótem, Pablo Iglesias, y obligada cada vez más a recluirse en la figura de Yolanda Díaz. Tampoco es propicio el clima político de la Región, escorado a la derecha, con una dura pugna PP y Vox. Desde los comicios de 2019, ningún estudio demoscópico presagia una mayoría para las fuerzas de izquierdas. Y es posible que, ante este escenario, el elector progresista prefiera al PSOE por el voto útil. Además tiene competencia por el flanco izquierdo: Más Región, con Óscar Urralburu, captará votantes que en condiciones normales apoyarían a los morados. La actual dirección regional tiene bastante cohesionado al partido (a diferencia de otras épocas), pero soporta un frente interno en un territorio sensible como es Murcia, donde la relación con los dos concejales de Podemos no es la mejor.

Bonus track: los exCs y los exVox

Isabel Franco (exCs) y Juan José Liarte (exVox). Foto: A. R. M.

¿Qué pasará con los diputados 'apátridas'? Una de las incógnitas es el futuro de los diputados repudiados por sus formaciones (aunque relevantes en la política regional): son los cuatro diputados expulsados de Ciudadanos y los tres parlamentarios readmitidos de Vox. Ninguno de ellos ha dejado claras sus intenciones. Aunque hay algunas pistas: Isabel Franco, Francisco Álvarez y Alberto Castillo se han prodigado en la celebración de foros liberales, en los que reivindican sus políticas y las ideas del liberalismo. ¿Crearán un partido político o se afiliarán en una formación afín como es el PP? Álvarez llegó a reconocer incluso que no descartaba afiliarse al PP. Valle Miguélez, por otro lado, no se ha dejado ver en los foros liberales y su futuro es todavía más desconocido. Sus adversarios le recuerdan la caída en desgracia de Fran Hervías, quien fue su mentor en Ciudadanos. Ella, por su parte, no opina al respecto, centrada en su labor como consejera y portavoz.

Quien también sigue concentrada en su función como consejera es Mábel Campuzano, a pesar de sus diputas internas con sus todavía compañeros de grupo parlamentario, Juan José Liarte y Francisco José Carrera. Los tres, que recibieron el espaldarazo de la Justicia al declarar un juez nula su expulsión de Vox en 2020, tampoco han revelado sus planes de cara al 2023. En enero Liarte contaba a Murcia Plaza que no decidirán su futuro hasta que se disuelva la Cámara. "Cada uno dirá si desea continuar en política y, si lo hace, tendrá que valorar en qué partido lo hace o si crea uno". Cuesta creer que las carreras políticas de los siete, que empezaron en 2019, acaben dentro de un año. Habrá que esperar, expectantes, pues a buen seguro que se guardan un as bajo la manga.

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