MURCIA. Con las entradas agotadas en menos de una hora nada más ponerse en venta y hasta la reventa funcionando, la cita prometía. Y cumplió de sobra. El estreno de Carlos Alcaraz como profesional ante sus paisanos hizo vibrar a las más de 7.500 personas que llenaron el Palacio de los Deportes y que disfrutaron con golpes mágicos que eran respondidos con suspiros desde las gradas. Ver jugar al número 2 del ranking ATP fue un sueño para los niños y un golpe de ilusión para los adultos en una noche mágica y solidaria.
Pero no solo en tenis consistía la primera Copa Carlos Alcaraz, repartos de regalos como camisetas o pelotas de tenis, actuaciones musicales y de baile y el televisivo Fran Sáez como maestro de ceremonias divirtieron a un entregado público con gente llegada desde todos los puntos de la Región y localidades vecinas.
Nadie quiso perderse la primera edición de una cita que sentó las bases para repetirse en años venideros y que no solo consistía en el partido estrella. Para abrir boca el encuentro de tenis en silla de ruedas enseñó a muchos espectadores que el deporte no tiene barreras.
Caras conocidas en las gradas como el dueño de la empresa El Pozo, Tomás Fuertes; el director general de Deportes, Fran Sánchez; la consejera de Cultura, Turismo, Juventud y Deportes, Carmen Conesa; el alcalde de Murcia, José Ballesta, o el presidente regional, Fernando López Miras, disfrutaron tanto como los miles de murcianos congregados en una noche que tardarán mucho en olvidar.
Deportistas ilustres como los ciclistas Alejandro Valverde o Luis León Sánchez, el piloto Fermín Aldeguer y el extenista Nico Almagro pusieron también color a la grada y no pararon de jalear los puntos de todos los partidos.
Divertirse era el objetivo y los jugadores lo hicieron y engancharon al público. Rafael Segado, Pablo Martínez, Alba Rey y Adriana Geerlings, las jóvenes promesas del tenis regional, dejaron boquiabiertos a todos con la garantía de que hay cantera en la Región. Las anécdotas no faltaron como un pelotazo a un recogepelotas, que se lo tomó con humor, o gestos de complicidad cuando ganaban un punto.
Todo era buen rollo en una cita de ensueño para todos y que no se convirtió en una inocentada pese a darse el 28 de diciembre. Con buen ritmo el deporte dejó pasó a la música de Serial Killers y el baile. Porque el espectáculo se mueve a base de ritmo e ilusión.
Pero el plato fuerte tenía que llegar y llegó. Jaleado desde nada más pisar la pista y sabiendo que era el centro de atención, Alcaraz quiso agradar y sus piernas no pararon de moverse pese a venir directamente desde Arabia tras jugar y ganar un partido de exhibición ante Djokovic. Y es que la ilusión del niño que es marca al de El Palmar y quizá por eso tiene el tirón que lo hace único.
Tras ganar el partido y recibir el trofeo de ganador no paró de firmar autógrafos y saludar a sus fans, sobre todo los más jóvenes. Los gritos de Carlitos, Charlie o Alcaraz brotaban de las gargantas de decenas de chavales que requerían la atención de un ídolo que les intentó corresponder con su firma hasta que pudo y que dejó un gran sabor de boca y una noche para recordar en miles de personas. La 'Alcarazmanía' se ha desbordado y llega para quedarse hasta el infinito y más allá.