El submarino S-82, denominado ‘Narciso Monturiol’, ha dado un paso muy importante en su proceso de construcción con la vista puesta en su puesta a flote, prevista para este verano en aguas de Cartagena. No siempre llegan buenas noticias del programa S80 en el que Navantia Cartagena ha puesto toda la carne en el asador como empresa que ha construido y diseñado uno de los sumergibles con mayor capacidad de desarrollo en el panorama internacional.
Los retrasos en los procesos de construcción y entrega de cada uno de los cuatro submarinos que Navantia construye para la Armada española han sido un auténtico quebradero de cabeza tanto para la empresa pública española, consciente que este proyecto -además de pérdidas millonarias- es una piedra de toque para evaluar su capacidad para vender el producto al extranjero, como para la defensa de España, que se encuentra demasiado limitada en recursos del arma submarina.
Hace tan solo unos días el S-81 'Isaac Peral' inició su primera navegación nacional desde el Arsenal de Cartagena.Se trata de la consecución de un hito clave dentro del Programa S-80, que sigue cumpliendo las fases establecidas para la entrada en servicio de la nueva generación de submarinos de la Armada Española. El S-81 fue puesto a flote el 7 de mayo de 2021 y tras su fase de pruebas, fue entregado oficialmente a la Armada el 30 de noviembre de 2023.
No quieren que esto suceda con el 'Narciso Monturiol' puesto que el propósito es que el buque pueda ser entregado a la Armada para el segundo semestre del próximo año 2026. La propia ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró hace ahora un año estar "preocupada por los retrasos" porque "nos jugamos mucho con este programa".
En este contexto, el S-82 está dando pasos con mayor celeridad que el mayor de sus hermanos, fruto, además de la experiencia de Navantia en la construcción del S81 y ha superado recientemente su primer hito de seguridad con la puesta en tensión de sus sistemas eléctricos. Este procedimiento consiste en la activación de las redes principales y de socorro de distribución eléctrica, permitiendo que los distintos equipos del submarino se alimenten de un modo seguro desde su cuadro de distribución. Para garantizar la fiabilidad del proceso, se han llevado a cabo exhaustivos controles tecnológicos y funcionales sobre las redes de corriente continua, corriente alterna y socorro del buque.
Con la puesta en tensión completada, el submarino entra en una nueva fase dentro del Plan de Gestión de Hitos de Seguridad del Programa S-80, cuyo objetivo es asegurar que la construcción y pruebas de los submarinos se realizan bajo estrictos estándares de seguridad y minimizando riesgos.
De forma complementaria, el S-82 ha iniciado también sus primeras pruebas de puerto, conocidas como Harbor Acceptance Tests (HAT), un paso fundamental antes de su puesta a flote. Estas pruebas forman parte de un plan que contempla más de 1.500 verificaciones, incluyendo ensayos de aceptación del constructor, pruebas de puerto, navegación e inmersión.
Estos avances reflejan el progreso satisfactorio del programa S-80, que ya cuenta con el S-81 ‘Isaac Peral’ en servicio, mientras que el S-82 avanza en su hoja de ruta hacia la navegación. Su futura puesta a flote será un paso decisivo para la incorporación del submarino a la Armada, permitiéndole iniciar pruebas de mar y evaluar su rendimiento en condiciones reales.
Los submarinos de la serie S-80 cuentan con un diseño innovador, con una eslora de 80,8 metros, un diámetro de 7,3 metros y un desplazamiento en inmersión de aproximadamente 3.000 toneladas. Entre sus principales innovaciones destaca el sistema de propulsión anaeróbico BEST-AIP, desarrollado por Navantia, que le permitirá generar energía eléctrica a cualquier profundidad sin necesidad de salir a superficie. Esta tecnología, basada en pilas de combustible procedentes del sector aeroespacial, le proporciona una autonomía de inmersión significativamente superior, aumentando su capacidad de sigilo, un aspecto crucial en operaciones submarinas.