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Paloma Sánchez-Garnica inaugura 'Río de Letras' este jueves en Blanca: "No hemos conocido un estado de guerra, pero puede volver a pasar"

La ganadora del Premio Planeta 2024 hablará de su novela 'Victoria' en la Fundación Pedro Cano

  • La escritora Paloma Sánchez-Garnica
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La escritora Paloma Sánchez-Garnica narra en su novela Victoria, ganadora del Premio Planeta 2024, el impacto de las decisiones políticas en la vida cotidiana de las personas de a pie. La historia se inicia recién terminada la II Guerra Mundial, en un Berlín arrasado, contexto sociopolítico en el que se fraguaba la Guerra Fría. Victoria es el nombre de una de las protagonistas, pero una palabra con muchas connotaciones, porque una victoria supone siempre que hay un vencedor y un vencido. “¿Qué significado tenía la victoria para los vencedores?”, se pregunta la autora, quien inaugura este jueves (19.30 horas) el ciclo literario literario 'Río de Letras', organizado por el Ayuntamiento de Blanca, que se celebra en la Fundación Pedro Cano.

No ha pasado ni un siglo y, salvando las distancias, el mundo parece dispuesto a repetir muchos errores del pasado. ¿Es algo que tuviste en cuenta que podía suceder cuando comenzaste a escribir esta historia?

Lógicamente. Si no aprendemos, la historia se repite. Ya lo dijo Primo Levi, que nos puede volver ocurrir. Tal vez no de la misma forma o con los mismos métodos, pero sí con las mismas trágicas consecuencias. Ese es el peligro que tiene el ser humano: olvidar. Las generaciones como tú y como yo no hemos conocido un estado de guerra. Hemos conocido crisis, hemos conocido la covid-19, pero no tragedias como la II Guerra Mundial, por ejemplo, que es el último gran conflicto que hubo en Europa y que nos tocó de lleno, como la Guerra Civil española unos años antes.

No tenemos conciencia de eso. En algún momento nos llegamos a creer que a nosotros no nos puede pasar nada de aquello, que estamos libres de todo eso, y es un gran error. Yo trato de poner mi grano de arena para alertar a través de mis historias. Para alertar a la gente de que estas cosas pasaron y que pueden volver a pasar.

¿Te imaginabas un contexto sociopolítico similar al que estamos viviendo ahora?

Nunca te lo imaginas exactamente. Estamos viviendo un cambio geopolítico mundial que, sobre todo, nos afecta en el ámbito occidental, englobando Europa y América. Un momento crucial que depende de cómo lo gestionemos, de cómo lo gestionen los dirigentes. De todo lo que está ocurriendo ahora va a depender nuestro futuro, pero no sé quién está al mando. Estamos en un momento muy complicado.

  • La escritora Paloma Sánchez-Garnica -

Estudiando ese mundo de aquel entonces, ¿crees que has podido entenderlo?

Trato de hacerlo y pongo mucho empeño. Se trata de lectura, de todo lo que tengo a mi alcance referente a esa época, porque la literatura da mucha información de la intrahistoria, de esas historias pequeñas, corrientes y cotidianas, que es lo que a mí me interesa. También a través de películas, documentales, artículos, ensayos, etcétera. Todo lo que me ayude a meterme en la mente de esa gente de la que nos diferenciamos muy poco.

Los seres humanos, en cualquier lugar y en cualquier época, buscamos lo mismo. Todos queremos que nos quieran y que nos reconozcan. Todos queremos encontrar nuestro lugar en el mundo. Todos sentimos en algún momento envidia y, como seres humanos, nos condiciona el entorno en el que nos encontramos. Entonces, se trata de entender ese entorno en el que viven o van a vivir los personajes que voy a crear en mi mente, para tratar de mostrar cómo actuaría en ese contexto histórico un ser humano como yo. Cómo gestiona su vida, cómo decide, cómo actúa, qué destino puede tener su vida. Esas contradicciones y complejidades que tenemos los seres humanos.

Hoy en día tenemos unas leyes que nos condicionan en nuestros derechos y en nuestras obligaciones. Tenemos unos principios morales y unas normas sociales que nos condicionan igualmente, pero han evolucionado. En algunos casos hemos cambiado esos principios por otros. Es decir, que siempre es igual, pero siempre es diferente. Lo que sí es igual es que todo eso nos condiciona.

Con todo ello, creo que sí he entendido lo que sucedió en el ámbito más cotidiano, más de la gente a pie de calle. Después de la II Guerra Mundial, la gente tiene que volver a reconstruir sus vidas, no solamente los edificios, las infraestructuras, las carreteras o las calles, sino sus propias vidas, que estaban destruidas, y en eso están los personajes de la novela. Hay otros, que son los vencedores, que tratan de poner ‘orden’ en esa destrucción. Y, luego, si pasamos al otro lado del Atlántico, en Estados unidos, resulta que había gente que, por su raza, por su color de piel o porque defendían a esa parte de la sociedad, se veían hostigados, violentados y coaccionados de la misma forma en que se había visto a los judíos por parte los nazis en los años treinta y cuarenta.

La similitud está ahí. Además, era un racismo amparado por las leyes de segregación racial, sobre todo en los estados del sur. Había una impunidad prácticamente absoluta para los que violentaban y asesinaban a los negros, porque se consideraba que, por el hecho de ser negros, eran culpables o podían ser culpables de algo, de forma muy similar a lo que pasaba en la Alemania nazi con los judíos.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y en esta era entran en juego nuevos factores como armas nucleares plenamente desarrolladas o el islamismo radical ¿Por dónde crees que irán esta vez los ‘tiros’?

La amenaza nuclear está desde 1945, cuando Estados Unidos tira las dos bombas atómicas en Japón. En el 49 se equilibra, porque la Unión Soviética tiene su propia bomba atómica, y en ese impsse de equilibrio hemos sobrevivido como civilización durante estas décadas, todos estos años. La potencia de las armas nucleares sí ahora es mucho mayor y, si uno tira, sabe que el otro lo puede tirar también, así que en ese equilibrio estamos igual que hace setenta años.

En cuanto al tema islamista, pues, es el azote que tenemos ahora mismo y no sé exactamente cómo nos podemos defender ante esa amenaza, porque hay que reconocer que es como en la II Guerra Mundial con Stalin y los norteamericanos. A Stalin le importaba poco la vida de sus de sus soldados, por eso llegaron a Berlín y le dejaron avanzar del este al oeste, mientras los Estados Unidos y los ingleses se quedaban a la espera, porque para ellos un muerto sí era importante. No querían muertos. Y yo creo que aquí pasa un poco lo mismo.

Al islamismo radical le da igual la vida de la gente y eso choca con nuestra cultura, con nuestra forma de ver el mundo. Es una amenaza. Esa es la amenaza que tenemos ahora, pero yo creo que la humanidad está en constante amenaza todo el tiempo, ya sea por la amenaza islamista o por un virus que paralizó el mundo entero y supuso la muerte de muchísimas personas a las que no les tocaba morir. De todas formas, creo que estamos viviendo en la mejor época de la historia, a pesar de todos los pesares. En el ámbito en el que estamos, en Occidente, estamos viviendo la mejor época. No sé cuánto nos durará, pero ojalá sea mucho, porque tengo nietos y quiero que vivan una vida feliz con los sobresaltos justos, pero bueno, esto es filosofar.

Lo de Stalin fue más brutal, porque fueron veinte millones de muertos en una guerra abierta, una guerra cruel y destructora, y aquí no estamos en eso. La amenaza está ahí, pero bueno, tenemos mecanismos de defensa todavía. Hasta eso no hemos llegado. Tengamos confianza.

En la novela, la compleja relación entre las dos hermanas protagonistas es como si simbolizara a los dos bloques que parten la dinámica política internacional…

Sí, sí. Victoria va en busca del sueño americano y de la tierra prometida. Quiere sacar a su hermana y a su hija de ese estado miserable para llevarlas a lo que ella considera que es la tierra de la libertad, de las oportunidades. Por otra parte, Rebeca considera que el sistema socialista, el sistema soviético, es el que realmente cubre las necesidades de un ser humano y se convence de ello.

En ambos casos, se quiebran los sueños. El sueño americano se le quiebra totalmente a Victoria por lo que encuentra y por las bofetadas que se lleva en esa tierra prometida y de oportunidades. Por otro lado, a Rebecca no solo se le quiebra ese sueño, sino que lo sufre, y no solamente ella, sino también la persona a la que más quiere en el mundo.

  • La escritora Paloma Sánchez-Garnica -

El coraje y la defensa de lo que se ama es lo que guía esta historia en el libro, pero esos valores no parece que orienten el devenir de la historia que nos espera en la realidad…

Pues no lo sé. Podemos tener unos principios, una dignidad y unos valores muy claros. Cuando te ves atacado, incluso das la vida por ellos, pero cuando no te atacan directamente a ti para doblegarte en esos principios y en esos valores, sino que atacan a las personas que más quieres, entonces te coges los valores, te los metes en el fondo del bolsillo, te olvidas de ellos y te sometes. Ese es el gran problema de los autoritarismos, los sistemas que pasan por encima de una democracia, porque una democracia tiene la capacidad de transformarse y cambiar, pero no es perfecta, y una dictadura generalmente es perfecta porque nada cambia si no lo quiere el líder.

Soy humanista. Creo en la independencia del ser humano y en su capacidad transformadora a través de la democracia, pero es un sistema imperfecto. Entonces, creo que a lo que tenemos que aferrarnos es a ese sistema imperfecto que nos da la oportunidad de cambiar, de asumir las mayorías, para jugar con esas mayorías y minorías.

Victoria, además de ser el nombre de una de las dos hermanas, ¿es un canto de victoria que llevas al título del libro?

El título lo tuve claro prácticamente desde las primeras nebulosas de esta historia, porque quería contar precisamente las consecuencias de esa victoria. después de la II Guerra Mundial, esos años posteriores, ¿qué significado tenía la victoria para los vencedores?

Cuando empecé a escribir, en un principio Victoria era Rebeca, pero en las primeras líneas se me impuso como Victoria y le cedí el nombre, por supuesto. Yo soy muy respetuosa con los personajes y le dejé que asumiera su nombre, que tiene muchas connotaciones. Una victoria supone siempre que hay un vencedor y un vencido, alguien que ha ganado y otro que ha perdido.

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