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exposición en el museo arqueológico de Cartagena

Un viaje a los 'Pacíficos' con el 'capitán' Charris: "Pintar siempre es una aventura"

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| 03/08/2021
3/08/2021 - 

CARTAGENA. "No me pidan cuentas si viajan por allí y aquello no se parece en nada a lo que vieron en esta exposición", advierte Ángel Mateo Charris sobre Pacíficos, ya que el artista cartagenero no pretende ofrecer una visión fidedigna sobre los paraísos perdidos que han sido destino de sus viajes y que él ha reinterpretado y concebido en plural. "No puedo imaginar que haya un sólo Pacífico, uno en el que científicos, antropólogos, geógrafos o sociólogos pudieran ponerse de acuerdo", explica. Así, en esta muestra -que se encuentra en el Museo Arqueológico de Cartagena hasta el 30 de septiembre, dentro de La Mar de Arte- las figuras de los tikis (ídolos) y los paisajes representados son reales, aunque no siempre se corresponden los unos con los otros, conformando un viaje por una arqueología de sitios imposibles, de lo imaginado, que evoca a los libros de Sven Kirsten, a las pinturas de Gauguin y a los viajes del capitán Cook.

"Pintar ya de por sí es siempre una aventura", asegura Charris, quien en esta exposición -compuesta por 34 papeles, un lienzo grande y unas vitrinas con cerámicas españolas de inspiración oceánica de mediados del siglo XX- muestra un estilo "híbrido" entre lo que hacía antes (más realista) y la nueva dirección a la que ahora apunta su brújula, sin referencias visuales y recurriendo más a una memoria que no siempre es exacta o fidedigna. Esto es así porque la exposición fue originariamente un encargo para una institución en Manila, que el pintor terminó en 2018 y que finalmente no se realizó, quedando inédita hasta ahora. "En 2020 y 2021 empecé a intervenir las piezas con las nuevas claves que utilizo ahora, con muchas capas de tramas y un enfoque menos verosímil", explica. 

Le pareció muy oportuno recuperar la serie para exponerla en el Museo Arqueológico de Cartagena, dentro del proyecto artístico de La Mar de Músicas que cada año organizan los galerístas Nacho Ruiz y Carolina Parra (Galería T20) y que en esta edición ha aglutinado siete exposiciones en seis espacios diferentes de la ciudad bajo el nombre de 'Nova'. Esto es porque existe el paralelismo de que el museo cartagenero está construido sobre una necrópolis romana y que "muchos de los tikis que aparecen en la exposición tenían su emplazamiento en los maraes o lugares de enterramiento de los pobladores del Pacífico". Además, añade el artista, también la muestra enlaza con el espíritu de La Mar de Músicas, un festival que trae las culturas del mundo a la ciudad.

Los paisajes y tikis que aparecen en la serie fueron visitados y fotografiados por Charris en sus viajes por Hawai, la Polinesia Francesa o Nueva Zelanda, aunque también "en las colecciones pacíficas de los museos occidentales (Londres, París, Nueva York) o de capitales bañadas por ese océano  (Sidney, Melbourne, Auckland, Wellington, Honolulu)". Algunos de ellos nacen de "la recreación imaginativa de los mares del Sur hecha por el Tiki Pop (fenómeno de la cultura pop que tuvo lugar en la Norteamérica de mediados del siglo pasado) y pertenecen a lugares míticos para los fans de esta corriente como el Mai-Kai de Fort Lauderdale, el Trader Vic’s (Londres y Tokio) o la Tiki Room del Disneyland de Orlando". El artista añade otro lugar mítico, aunque más local, a esta lista, como fue el bar polinesio Waikiki de Cartagena que, según dice, "seguramente tuvo mucho que ver con mi enganche con esta ensoñación transoceánica del tiki y del que se pueden ver algunas de sus vasos de cócteles en las vitrinas del museo". 

Ángel Mateo Charris (Cartagena, 1962), un viajero que no ejerce como tal en verano, lleva a sus pinturas la contemporaneidad a través de la mezcla de referencias e iconografías que, en muchas ocasiones, tienen como punto de partida el viaje. Definido por la crítica como neometafísico, afterpop o metarrealista, construye sus exposiciones mediante ficciones literarias, mezclando líneas geográficas y temporales, y entrecruzando lo foráneo (África, los territorios nevados, los mares del Sur, América…) con lo local; y lo real con lo imaginario, todo ello con una línea clara y una paleta luminosa y variada. 

Sus obras están en colecciones tan importantes como las del Museo Reina Sofía, IVAM, ARTIUM, CAC, Patio Herreriano, CAAM o el CAB.

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