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tribuna libre / OPINIÓN

Querida amiga

8/07/2021 - 

MURCIA. Querida amiga:

Tiempos revueltos para ti, para todos.

Volver a los círculos de empresarios… Ya se me olvidaba cómo era eso de los chismes empresariales, digitales, políticos y actuales.

La pregunta que siempre nos hacen: ¿Cómo va todo? Te veo muy activa, ¿bien? Hoy soy yo la que hace las preguntas. Te ha servido para tu fin el camino…

Esta tarde he cogido mi libro, releído las primeras y las últimas páginas, y de nuevo la dicotomía del y el no. De apostar por ti misma, obviamente sí hemos de hacerlo. Pero fíjate, amiga: sin dejar cadáveres en el camino, porque la sangre es puñetera y el rojo sangre, el rojo toro no se borra de la camisa blanca con facilidad.

"conozco a no pocos idiotas que SE creEn QUE son los mejores, cuando en realidad no saben de qué va la vida"

Hoy pensaba que me voy a volver una tiburón. Voy a ser dejar de ser una insulsa y me voy a volver como cualquiera una querida de todos, la moneda de cambio, el pacto que se quiebra, como queráis llamarlo. Y zas, de repente tengo tiempo para leer, pensar y escribir, por ese orden además; y me asaltas tú a la memoria, mi querida amiga. Hoy me voy a proponer seguir estando en el bando adecuado, en el de las buenas personas. Para que un día puedan decir de mí que seguí apostando por los buenos, aunque no sea perfecta, aunque me vetaras, me olvidaras, me negaras, pero al menos lo habremos intentado.

Cómo no hablar de política, en el que los colores marcan con quién se juega el partido. ¿Qué se consigue con esta filosofía?, qué inversiones salen adelante y cuáles se postergan porque no son homogéneas en los tonos? Qué pena no tener valores. Como decía aquel, "estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros"… Casualidad que hoy luchemos por el es , por el no es no, y de color violeta o con el marxismo por bandera.

Creí que podíamos ser holandeses, hacer gobiernos de alianzas, de pactos, pero me olvidaba de que los españoles somos muy de España, de un rojo y gualda que no es naranja, ni es verde, ni de azul, sino de sangre, porque sí, somos más pasionales que los Países Bajos, vamos ellos de autoestima no tan alta como nosotros.

Pero no siempre se ganan las batallas con ego, o por obra de la Inmaculada como en el año 1585, con la pica en Flandes, no. Olvidémonos de esto, las cosas se hacen con un sentido: el sentir que podemos hacer un país mejor, de mejores oportunidades para nuestras empresas, para la inversión internacional en nuestro país.

Para que las CC.AA. no ganen o pierdan proyectos estratégicos dependiendo de Europa o del color que tengamos en la bandera, sino porque el talento nos abandere, diga de nosotros que somos grandes. Pero conozco a no pocos idiotas que creen que son los mejores, cuando en realidad no saben de qué va la vida. Querida amiga: no podemos dejar muertos en el camino, porque a veces aparecen los fantasmas, ya os digo (además hay muchos).

Por favor, ruego a Dios que nos dé fuerza para liderar unos principios y no los cambiemos, que apostemos por el talento de nuestras gentes, de nuestras empresas, de nuestros gobernantes; para que no dependa del color de nuestro bando que el éxito sea según los colores de una bandera igual o contraria. Mi sino, seguir luchando por la injusticia, muy a pesar de que creo que no hay justicia regia, sino la misericordia. Me compadezco, al igual que un día tú lo podrás hacer si eres capaz de ver, cual refrán dice: "Cuando veas las barbas de tu vecino mojar…"

En serio, el futuro lo forjamos a cada paso, decide en qué bando quieres jugar… Mira a tus compañeros de tú a tú, y no de arriba abajo.

Os planteo otra opción, espero más sensata: ¿Y si nos ponemos todos la misma vara de medir? Y planteamos el éxito por el esfuerzo, el talento y la buena gente… Creo que en esta vida todos queremos ser felices sin tener que pasar por el dilema del matar para sobrevivir, porque la luz cuando se comparte no apaga otras, sino que las enciende…

Queridos lectores: encendamos las velas porque según parece no podremos pagar la factura de la luz, pero sí podremos decidir quiénes queremos seguir siendo.

Macarena Perona

Abogada y Consultora estratégica

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