La derecha, reducida al PP y Vox tras la traición de Ciudadanos, anda a la defensiva. Así no vencerá al maniquí, que ha cumplido dos años en el poder. Pueden ser muchos más si la derecha sigue presa de sus complejos, sin atreverse a dar la batalla cultural y de las ideas. La unión de esos dos partidos es imprescindible para desalojar a la izquierda del poder