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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

La cara oculta de Odiseo

5/06/2020 - 

En economía se define externalidad como la situación en la que los costos asociados a la producción de un servicio no se reflejan en su coste de producción. Es sencillo incardinar esta definición con la actividad de la industria del juego y su oferta desmedida. En sus costos de producción, la industria del juego no se plantea incluir los costes sociales externos (sanitarios, judiciales y tratamentales) que ella misma genera y que nos empobrece a todos como sociedad, ya que obliga a las administraciones públicas a realizar esfuerzos adicionales en materia de gasto para que la función de bienestar social del país no se vea perjudicada.

En el año 1996 los economistas Earl Grinols y David Mustard en su estudio “Evaluando correctamente la economía del juego” analizaron toda una serie histórica de datos sobre delitos cometidos en Estados Unidos durante los años 1977 a 1996 prestando atención a la evolución de las tasas delictiva antes y después de la apertura de uno o varios casinos en cualquiera de los condados que conforman el país. Una de las conclusiones a las que llegaron es que de media los delitos contra la propiedad tras la apertura de un casino se habían incrementado, para el condado en que se encontraba, un 136% tras haber transcurrido cinco años. Ambos identificaron una serie de externalidades negativas asociadas al juego, lo que en el párrafo anterior he identificado con los costes sociales externos, y que son perfectamente adaptables a cualquier economía, por supuesto a la española, y que pasamos a enumerar: pérdidas de empleo, enfermedad (depresión, enfermedades relacionadas con el estrés, ansiedad, trastornos psicóticos inducidos por el consumo de tóxicos), quiebras societarias, violencia de género, incremento de los costes asociados a los Servicios Sociales, me refiero a los costes derivados del desempleo y tratamiento y el más dramático de ellos, el suicidio. Otra de las conclusiones que se desprendió fue que por cada unidad monetaria que entra en un centro de apuestas otras seis han de ser gastadas por la comunidad (entiéndase Estado) para paliar sus secuelas. Vemos pues que el juego es mal pagador.

Según datos de la Federación Española de Jugadores Rehabilitados, los jugadores patológicos presentan altas tasas de trastornos comórbidos, en concreto un 57% de los mismos presentan adición a varias sustancias estupefacientes. Por otra parte, la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria establece una cifra estremecedora, el 79’7 % de los internos de los centros penitenciarios españoles consumió drogas en el mes anterior a su ingreso, en un contexto de policonsumo.

A la luz de tales datos cabría analizar cómo se comporta la fiscalidad del juego, veámoslo. Los Presupuestos de la Comunidad de Murcia dentro de su capítulo de Impuestos indirectos prevé una recaudación de los impuestos relacionados con el juego de 36.766.404 euros, diseccionando esta cifra podemos ver que representa un escaso 3% del total de la imposición indirecta. Es la propia Consejería de Hacienda y Administración Pública la que en el análisis económico del proyecto tras destacar el peso de la imposición indirecta y el crecimiento de la recaudación previsto en figuras impositivas como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (incremento del 1,7% respecto a 2019) e Impuestos Especiales (incremento del 1%) y tras subrayar el buen comportamiento de las entregas a cuenta del IVA, añade respecto a los impuestos al juego (literal) “...el resto de componentes de este capítulo, con una importancia relativa muy escasa dentro del mismo se mantienen estables respecto a 2019”.

Sorprende la escasa capacidad recaudatoria de un impuesto (el del juego) que ha visto cómo crecían de forma exponencial el número de obligados tributarios con respecto al mismo, como ejemplo más reciente citaremos al megacasino Odiseo en la zona norte de la capital; escasa capacidad que viene explicada por los “regalos fiscales” que sin lógica alguna se realizan desde San Esteban, siendo el más llamativo de ellos la exención del impuesto durante los dos primeros años al megacasino (Disposición Adicional decimotercera Ley presupuestos Comunidad Autónoma 2019) o la reducción del mismo, para el resto de empresas operativas del sector, en una media de 20 puntos porcentuales.

En La Odisea, Ulises (Odiseo en griego) narra que tras finalizar la guerra de Troya atacó por sorpresa Ismaro, allí saqueó la ciudad llevándose sus bienes como botín. Espero que la aparición en Murcia de este coloso del juego no nos traiga las mismas desgracias que a los habitantes de Ismaro. Izquierda Unida en Murcia siempre avisó. Desde este artículo he pretendido que ustedes, amigas y amigos, reflexionen sobre la cara oculta del juego, la que se esconde tras las fascinantes luces de Odiseo y lo que realmente representa.

Nota del autor.- Justo cuando finalicé de escribir este artículo, el Gobierno de España acababa de decretar el estado de alarma como consecuencia de la pandemia de la covid-19. El reciente conocimiento de que el Ejecutivo regional quiere conceder nuevas licencias para la apertura de casas de apuestas pese al duro dictamen del Consejo Económico y Social ha reabierto el debate; creo necesario poner, ahora sí, este artículo en conocimiento del público en general para que juntos reflexionemos sobre la fiscalidad del juego en la Comunidad de Murcia.

Miguel Ángel Pagán Navarro, Economista, miembro del Grupo Economía y Trabajo de Izquierda Unida en el municipio de Murcia


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