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mola ser profE / OPINIÓN

Rectificar es de… sabios

3/06/2020 - 

Recuerdo con cierto sopor los veranos de la niñez, cuando salía a la calle a jugar al jardín de mi puerta casi todo el día. Muchas veces mi madre me indicaba la hora a la que tenía que volver (para comer, merendar o cenar). El problema venía cuando no cumplía ese horario. Intentaba retrasarme, claro, a ver si así podía quedarme más tiempo. Y suerte que el que escribe tiene ya unos años y no habían móviles: en ese caso poco o nada podría haber hecho y me hubieran localizado muy pronto.

Cuando la situación era tan confortable para mí que pensaba que podría hacer lo que quisiera, me retrasaba aún más. Y entonces ahí venía la consecuente bronca. Y rectificaba. Porque rectificar es de sabios. O de necios que piensan que, de no hacerlo, la cosa será peor, aunque no sepan muy bien por qué.

Hemos visto cómo el poder de la alpargata de las urnas y los pactos volaba a lo largo de esta pandemia. También hemos visto que, la mayoría de las veces, se intentaban “quedar más tiempo a jugar” haciendo lo que les daba la gana.

En el ámbito educativo, por poner un ejemplo entre muchos, se pretendía estos días devaluar la asignatura de matemáticas con motivo de la puesta en marcha de la nueva Ley de Educación que promoverá el gobierno en los próximos meses. Siempre es una tristeza devaluar una asignatura y los profesores lo hemos vivido otras veces con motivo de los cambios que, gobierno tras gobierno, introducen para cruzarse con nuestra labor docente.

Pero, como rectificar es de… bueno, sabios, este Gobierno a través de su ministra Celaá, ha vuelto a envainársela por enésima vez. En esta ocasión en el ámbito de las matemáticas. Supongo que, tirando de humor fácil, no le salían las cuentas. Ahora contará con las asociaciones matemáticas para que haya una “voluntad de diálogo y de trabajo conjunto entre ambas partes, especialmente para mejorar la enseñanza de las matemáticas en los futuros planes de estudios”. Yo, que soy más bien de ciencias, despejo esta ecuación como que “vale, sí, os oiré pero haremos lo de siempre”.

Será una buena noticia que finalmente esta reforma educativa no contemple que se elimine la obligatoriedad de las matemáticas en el bachillerato. Podríamos enumerar la cantidad de ocasiones en las que las matemáticas son necesarias, como la triangulación de los sistemas de localización para no extender la covid-19, pero no es el momento. Ahora toca mover la ficha de la rectificación.

Francisco Mateo es doctor en Ingeniería y doctorando en Ciencias Sociales y de la Educación. Profesor universitario y de Formación Profesional.

@molaserprofe / www.molaserprofe.com


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