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cuando los edificios hablan

La historia de la Cárcel Vieja: de símbolo de la represión a espacio para la ciudadanía

6/09/2020 - 

MURCIA. La historia también se cuenta a través de los edificios. Y aunque la Cárcel Vieja de Murcia está destinada a convertirse en algo muy distinto a lo que sus muros vieron en el pasado, lo que será "un gran espacio público de referencia en el corazón de Murcia" -en palabras del alcalde, José Ballesta- antiguamente fue un símbolo de represión.

Según las investigaciones del murciano Francisco J. Medina publicadas en Anales de la UMU, la cárcel fue ideada en 1922 e inaugurada finalmente en 1929 para sustituir la prisión de la calle Vara del Rey, donde los presos malvivían en una especie de caserón en malas condiciones. Entonces, se compraron terrenos al norte de la ciudad, que pertenecían a la marquesa de Salinas, para aprovechar una torre que había en aquel lugar. Sin embargo, tardaron en comenzarse las obras puesto que no se disponía del dinero suficiente en los presupuestos.

Al fin, se construyó la cárcel, que según las consideraciones y el espíritu carcelario de Miguel Primo de Rivera sería un centro de rehabilitación moral. Así, se conseguiría aumentar los detenidos por razones políticas ya que comunistas y anarquistas fueron duramente perseguidos durante su dictadura.

Después, durante la II República y la Guerra Civil, la prisión continuó ejerciendo de principal centro penitenciario republicano. Pero, será después, con la victoria del bando sublevado, cuando esta cárcel se convertirá en un símbolo de la represión del nuevo régimen, uno de los principales centros de internamiento de republicanos en Murcia, junto a los conventos de Las Isabelas y Las Agustinas.

En esta época, el centro llegó a dar cabida a 3.000 presos, con un aforo preparado para 400. De ello, se desprende que las condiciones de vida y el hacinamiento era insostenible. Los presos dormían en los patios y la escasez de alimento e higiene provocó enfermedades como tracoma, tifus, gastritis, hepatitis, etc.

Fusilamientos en el patio

Además, como también confirman otros historiadores como Escudero Andújar, tuvieron lugar numerosos fusilamientos en los patios de la propia prisión, delante del resto de presos que pasaban por encima de los cadáveres. No obstante, no fueron los fusilamientos los únicos hechos terribles en esta cárcel, las violaciones colectivas por parte de los falangistas, las vejaciones, las humillaciones y la tortura también manchan los muros de la cárcel. Según diversos testimonios, fue uno de los regímenes carcelarios más duros de toda la posguerra española.

Lo que ahora se convertirá en un espacio para disfrute de la ciudadanía, durante la posguerra albergaba a presos en celdas de castigo de hasta 60 días, según la gravedad de la falta. Según recoge el Archivo de la Prisión Provincial de Murcia, uno de los presos fue castigado a aislamiento por considerarse inmoral lavarse en el sumidero del patio vistiendo únicamente una camisa.

La vida de los presos no era dura solo por las circunstancias, sino por las fuertes medidas de adoctrinamiento moral, religioso y político al que eran sometidos. Así, la correspondencia privada era revisada y censurada, y se recurría a castigos cuando se sospechara algún indicio de ideología política izquierdista.

Respecto al ámbito religioso, existía una hora de oración y debían acudir obligatoriamente a misa diaria, además, se celebraban las festividades religiosas, donde se permitía que los hijos menores los visitaran. También, para realizar actividades que redujeran pena tenían prioridad aquellos que contaran con el visto bueno del capellán.

Una vez que finalizó la posguerra, la cárcel se normalizó como institución penitenciaria, formando parte del conjunto urbano durante los 60 y 70 (cuando tuvo lugar el ensanche de la ciudad); antes se encontraba aislada en zona de huerta. Ya en 1981 dejó de cumplir funciones como centro penitenciario y se inauguró una Prisión Provincial en Sangonera.

Actualmente, se están llevando a cabo las obras de recuperación del edificio que permitirán que la antigua Prisión Provincial de Murcia se convierta "en un espacio luminoso, abierto y participativo, respetuoso con el pasado y proyectándose hacia el futuro para devolver a los murcianos lo que es suyo", ha asegurado el alcalde de la ciudad, quien añadía que "la nueva configuración dará protagonismo al peatón, habilitando nuevas plazas y jardines para la estancia y espacios y accesos peatonales". 

    


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