CARTAGENA. Propuesta formalmente por Vox, la idea de que Ramón Tamames lidere la moción de censura contra Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, fue sugerida por el creativo escritor Sánchez Dragó y apoyada por Bermejo, el dirigente de Ciudadanos. En el momento de escribir estas líneas, Tamames se inclina por aceptarla con un escueto Se hará lo que se pueda. Y lo que pretende poder es realizar un diagnóstico de la preocupante situación de la sociedad española, especialmente en lo que se refiere a las recientes reformas del Código Penal, de la ley de protección de las mujeres y de la exagerada influencia de los separatismos. No milita en Vox, pero dice que es un partido plenamente constitucional. Quien avisa no es traidor: como he colaborado políticamente con Tamames desde hace muchos años, no puede ser este un análisis imparcial, sino teñido por la admiración que le profeso.
Según un rápido sondeo entre mis conocidos, nadie quiere que acepte la invitación. De los veinte consultados, solo uno, y de Abarán, desea que siga adelante; todos los demás, independientemente de sus preferencias políticas, concuerdan en que sería una locura que aceptase el órdago. Pero una respuesta sencilla a esas objeciones ya figuraba en el viejo proverbio del dedo y la Luna. Ya saben, cuando el sabio señala la Luna, el necio se fija en el dedo. Bueno, tampoco quiero llamar necios a todos mis amigos, ni siquiera a algunos de ellos, pero el principal argumento que me dan para que Tamames la rechace es que la invitación proviene de Vox. Se capta, ¿no? Vox es el dedo y la moción es la Luna.
Según esa línea, habría que boicotear todo lo que provenga de Vox. No pasa nada si uno pacta con quienes andan diciendo que la ventaja de China es que no celebra elecciones, o con quienes quieren sustituir la nación española por un archipiélago de nacioncitas y, entre tanto, andan espiando a los niños por si hablan en español en los recreos, pero hay que estigmatizar de inmediato a todo el que pacte con Vox. ¿Por qué? Porque son unos fachas. ¿O es que no defendía José Antonio Primo de Rivera la unidad de España y la igualdad de todos los españoles? El problema es que también habría que considerar facha a Manuel Azaña, pues fue él quien encarceló a Luis Companys tras el golpe de IRC contra la República. Conclusión: aunque sea Vox el proponente, acaso pese más que se trata de una moción de censura contra el actual Gobierno.
"El problema es que quizás Vox no desaparezca en el próximo ciclo electoral"
De otra opinión son los afines al PP, para quienes la moción es indeseable porque favorecerá a Sánchez. Como no goza de apoyos suficientes en el Congreso, saldrá derrotada, con la consiguiente sensación de victoria del censurado; por otro lado, puede que movilice al electorado de izquierdas e refuerce la alianza con Sánchez sus las formaciones que lo apoyan, como Podemos, IU, IRC, Más País, Compromiso y Reunirse. Sin resaltarlo, también se oponen a la moción por un deseo apenas disimulado de que Vox desaparezca del escenario político. En efecto, la estrategia del PP se basa ahora en dos ejes: primero, adormecer al electorado izquierdista, huyendo de debates como el del aborto; segundo, absorbida la mayor parte de la parcela antes ocupada por Ciudadanos, aglutinar al máximo al electorado opuesto a Sánchez, dirigiéndose incluso a los socialistas desencantados. Y para esa estrategia, la moción estorba.
El problema es que quizás Vox no desaparezca en el próximo ciclo electoral. Es más, en nuestra Región es probable que se mantenga o que suba. La Alcaldía de Murcia, a pesar del empuje del catedrático pepero Ballesta, puede depender de los concejales de Vox. ¿Y qué decir de la de Cartagena? Esfumado Ciudadanos del consistorio, la alcaldesa pepera Noelia se ha visto perjudicada por la crisis del Puerto, una adinerada institución con la que venía colaborando. En consecuencia, las posibilidades del cantonalista López se han ampliado. La única esperanza de Noelia es que Salinas, el prudente candidato de Vox, logre suficientes escaños para completar el posible tripartito con Ana Belén, la vicealcaldesa socialista que ahora dirige el nuevo partido llamado Cartagena Sí.
¿Puede aspirar el PP a gobernar en Murcia o en España sin el apoyo de Vox, como en Andalucía y en Madrid? Puede, pero no es seguro que lo consiga. Por tanto, procede adoptar una línea resultadista. Los partidarios de la ética de las intenciones hacen énfasis en los motivos de sus actuaciones y tratan de justificarlas mediante los recursos invertidos, pero se desentienden de los resultados obtenidos y se niegan a medir la eficacia del gasto. Si les hablas de educación, medirán el gasto por alumno, pero evitarán evaluar su aprendizaje; si les hablas de sanidad, cuantificarán la relación entre el número de camas y el de posibles pacientes, pero no la proporción de curaciones logradas; si les hablas de protección contra los violadores, se centrarán en el consentimiento, pero obviarán que las agresiones han aumentado y las penas de los agresores han disminuido. Por el contrario, los partidarios de la ética de los resultados prefieren medir si los alumnos aprenden, si los enfermos se curan, si los violadores decrecen y, además, exigen mejorar la eficacia de los gastos, no solo ampliar su cuantía. Pues bien, en el caso que nos ocupa quizás sea prudente esperar al resultado de la moción.
"Tamames se comprometió con la democracia cuando era un riesgo hacerlo"
Para predecirlo conviene repasar el historial de Tamames. Nacido en 1933, se inició a la política en los años 50 del siglo XX como activista estudiantil a favor de la democracia. Según célebre descalificación de una autoridad franquista, fue uno de los precoces jaraneros y alborotadores que empezaron a minar la hegemonía franquista. A diferencia de tantos demócratas sobrevenidos, que ahora alancean con bravura un franquismo desaparecido hace medio siglo, él se comprometió con la democracia cuando suponía un riesgo hacerlo.
A continuación, se insertó el Partido Comunista de España, donde jugó un gran papel en la evolución hacia el eurocomunismo, esa ambición de conseguir lo imposible: conciliar el pecio del comunismo estalinista con la democracia. Aunque ese intento fue vano, pues no tardaron en surgir los llamados leninistas, que nos recordaron a todos que los comunistas españoles seguían siendo comunistas, el efímero movimiento eurocomunista contribuyó de forma importante a la transición a la democracia en España. Fueron líderes como Ramón Tamames los que lograron que el PCE apoyase la naciente Constitución, aceptase la monarquía parlamentaria y se comprometiese con la ley de amnistía, gracias a la cual tantos etarras y todos los presos políticos recuperaron la libertad.
Cuando el PSOE celebró el centenario de su fundación con el lema Cien años de honradez, Tamames apostilló y cuarenta de vacaciones. Se refería a que el peso de la oposición democrática al franquismo lo soportó el PCE, siendo bastante más escasas las aportaciones socialistas. Prestaron Felipe González y Alfonso Guerra un gran servicio a España cuando, apoyados por los socialdemócratas alemanes y el sector más lúcido de los liberales estadounidenses, refundaron el PSOE, pero Tamames ya llevaba por entonces muchos años luchando por esos ideales.
"¿En qué se parece el PCE de Tamames, que apostaba por la reconciliación, la Constitución y la amnistía, con el actual Podemos"
En un segundo intento, de nuevo fallido, de renovar el anticuado programa comunista, Tamames participó en la fundación de Izquierda Unida, volviendo a ocupar un escaño en el Congreso. No tardó en percatarse de que los comunistas seguían siendo comunistas y, en un doloroso gesto de coherencia, los dejó por imposibles. A partir de entonces se concentró en su labor intelectual. Ya había despuntado en ese papel con su libro La estructura económica de España, que tantas ediciones actualizadas lleva en su haber. Pero es que sigue produciendo sin parar. Todavía no he podido abordar su más reciente obra, La mitad del mundo que fue España, una loa al importante papel de nuestra nación en el contexto mundial, pero en el momento de escribir estas líneas estaba leyendo su Buscando a Dios en el Universo, un enciclopédico tratado sobre las religiones muy apropiado para los eurocristianos tibios.
Es posible que Tamames reciba críticas por su evolución política desde su jaranera juventud a su lúcida ancianidad. Lo que nadie se pregunta es si acaso no han cambiado más los partidos políticos que este tipo de personas. ¿En qué se parece el PCE de Tamames, que apostaba por la reconciliación nacional, las libertades democráticas, la Constitución y la amnistía, con el actual Podemos, que dice que la Constitución es un cerrojo y apuesta por modelos sociales parecidos al cubano y el venezolano? ¿Qué tiene que ver el PSOE de Felipe González, que desechó el marxismo, y de Alfonso Guerra, que modificó sustancialmente el Estatuto de Autonomía anticonstitucional, con el de Sánchez, que ha eliminado el delito de sedición y abaratado el de malversación para beneficial a los separatistas? A ver si va a resultar que han cambiado más las formaciones censuradas que su impugnador. Después de todo, la permanencia de las siglas puede ocultar la mutación de las políticas que defiendan. En suma, acaso este catedrático jubilado de la Universidad Autónoma de Madrid no salga derrotado de su contienda parlamentaria con el doctor Sánchez. Es más, acaso logre dar voz a los múltiples españoles descontentos con el actual Gobierno español. Solo sabremos si acertó una vez celebrada la moción. ¿Será capaz de ofrecer un programa de Gobierno ilusionante? De eso depende todo.
JR Medina Precioso
"El PP de la Región usa la infrafinanciación como comodín igual que la izquierda con Franco"