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crecen los altercados durante el verano

La preocupación crece entre los comerciantes de Cabo de Palos ante la violencia en los botelleos

21/07/2021 - 

CARTAGENA. Tras más de un año de pandemia, se albergaba la esperanza de que este año el verano fuera mucho más parecido al de 2019 que al de 2020. El buen ritmo de vacunación y la tendencia a la baja de los casos positivos por covid-19 vislumbraban un periodo estival ilusionante. Sin embargo, llegó la quinta ola, empezando por la gente más joven (entre 15 y 30 años) y todo se ha frenado un poco. Expectativas y esperanzas. Además, desde que empezaron las vacaciones hay un tema en La Manga y Cabo de Palos, en esa fina ‘frontera’ que separa ambas zonas, que preocupa especialmente. Los episodios violentos se han encadenado cada fin de semana sin que, de momento, se haya logrado poner remedio.

El último episodio de violencia fue especialmente grave y ha colmado la paciencia de los vecinos y comerciantes, que exigen al Ayuntamiento una solución ante un problema que venían avisando que existía. Por ello, a principios de verano se produjo una reunión entre los vecinos y el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan Pedro Torralba, para intentar atajar unos botelleos y episodios de violencia. La paliza que varios jóvenes propinaron a unos vecinos de Cabo de Palos el pasado fin semana ha sido la gota que ha colmado el vaso. “Estamos asustados, preocupados. Porque esa gente que viene no es de aquí, no son los chavales de toda la vida. Son gente que viene a armar follón, a robar y a buscar problemas. Esto va a acabar mal”, afirma Antonio Plaza, presidente de la asociación de comerciantes de Cabo de Palos. “Este tipo de situaciones, en este momento del año, no ayudan para nada”, añade por su parte Víctor González, gerente del Consorcio de La Manga.

Lo cierto es que estos episodios amenazan con frenar el buen verano que vaticinaban tanto hoteles como hosteleros de la zona, en un año especialmente clave para el resurgir del turismo de Cartagena tras un 2020 aciago. El regreso paulatino de los cruceros (de momento solo ha llegado uno de carácter internacional), se antoja por el momento insuficiente, por lo que es el turismo nacional el que debe tirar del impulso económico a los negocios de la zona. “Hay bares que ya se están pensando el cerrar si esto continúa así. Una forma de solucionarlo es poniendo cámaras e iluminando más la zona. De esta manera, se vacían esas zonas donde se producen la mayoría de altercados, por Las Dunas. Claro, todo eso cuesta dinero”, explica Plaza.

“Además de la violencia, se genera una cantidad de suciedad insoportable para los bares de la zona. Hay que meterle mano a este tema desde ya. La Policía Local nos dice que hace lo que puede, pero que faltan efectivos. La solución que puso la discoteca Trips, en una zona habilitada para el botelleo, registrando a todo el que pasa con un pago por entrar y el DNI, es una solución muy válida”, pone como ejemplo el presidente de los comerciantes de Cabo de Palos.

Tanto Hostecar como la Asociación de Comercio Ambulante de la Región de Murcia y UGT Servicios Públicos Región de Murcia, emitieron un comunicado este martes en el que pedían una solución a los problemas que se viene sucediendo en la zona de Las Dunas y las Amoladeras desde que comenzó el verano. "Lo que no puede ser es que queramos alardear de municipio turístico y delante de nuestras narices y en concreto en las inmediaciones de Cabo de Palos, zona turística por excelencia, permitamos reuniones multitudinarias organizadas por redes sociales, ausentes de medidas de contención para la propagación del virus donde la ingesta de alcohol y la falta de control desencadenen en altercados públicos e incremento de la tasa de contagios", ha afirmado Juan José López, presidente de Hostecar. Los hosteleros y comerciantes temen que estos altercados manchen la imagen de la zona en un año clave para la recuperación.

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