MURCIA. Un gran clamor sobrevuela en el sector de la hostelería a raíz del cierre de sus negocios durante los próximos 15 días. ¿Por qué suspenden la actividad de bares, cafeterías, restaurantes, así como locales de apuestas, y, en cambio, sí permiten abrir a los centros comerciales y otros espacios cerrados como los gimnasios? ¿Por qué se obliga a parar a la hostelería si no encabeza los principales orígenes de contagios? ¿Por qué se centran en la restauración si es un ámbito que, según cifras del Ministerio de Sanidad, apenas supone el 3,2% de los positivos en España?
El consejero de Salud, Manuel Villegas, hizo alusión a este asunto un día después de conocerse la medida del Gobierno regional. Justificó que el gran motivo es el uso de la mascarilla. O mejor dicho: por el no uso de este material protector. Es decir, "el momento en que nos quitamos la mascarilla". El titular de Salud defendió que "el sector hostelero no hace las cosas mal" pero sí es un lugar en el que se produce "una situación de riesgo" al quitarse los clientes la mascarilla.
Según los datos de la propia Consejería, dos de cada tres brotes (el 66%) se deben al contacto social, al desencadenarse la infección en el seno de la familia y las reuniones con amigos. Sin embargo, el contagio, en realidad, se produce cuando entran a un local y se despojan del barbijo -como así se llama en Latinoamérica a este material de protección-. En cambio, el 22,5% de los casos se suceden en el ámbito laboral y el resto surge en otros ámbitos, principalmente en el ocio.
Villegas sostiene que las cifras de positivos en la hostelería no reflejan con precisión el origen del contagio. "No es exactamente el 3%", señaló. "Familiares, hermanos, primos... se contagian todos porque han quedado y eso queda registrado como un brote familiar cuando el hecho se produce en la hostelería", ilustró el consejero. "El contagio no se produce en la calle, se origina cuando entramos y comemos. Y eso se registra como contagio en ocio", agregó.
¿Y por qué no se cierran los centros comerciales? A esta cuestión también respondió el titular de Salud. "Son espacios muy seguros", porque, "salvo que se produzcan grandes aglomeraciones, la gente, que acude con menos compañía, se lava constantemente las manos y no se quita la mascarilla en ningún momento", manifestó.
La pandemia es un continuo aprendizaje con el que lidian los técnicos y los científicos. "Al principio, teníamos miedo de los centros comerciales. Pero hemos descubierto que el riesgo salta cuando nos quitamos la mascarilla. Por eso los centros educativos también son seguros y no son el foco de los brotes", adujo.
"En cambio, estamos desprotegiéndonos cuando comemos, cuando quedamos con amigos". El consejero, que es médico de profesión, remachó apelando a la responsabilidad de usar siempre la mascarilla. "Estoy cansado de ver a gente que no se la pone correctamente, al no tapar la nariz, o que se la quita para hablar, o para llamar por teléfono...".
El titular de Salud también argumentó otra razón: la tasa de incidencia ha descendido en aquellos municipios que se aplicaron restricciones contra la hostelería. En concreto, en lugares que regresaron a la fase 1 -lo que supone sólo servir en terrazas- han descendido, de media, un 8% sus positivos frente al aumento del 14% en las localidades sin restricciones.