MURCIA. La pandemia del Covid-19 pone a prueba a los gobernantes, que hacen frente a una situación insólita y sin apenas precedentes en la historia. Sus decisiones marcan el futuro inmediato de España y de la Región; sus movimientos influirán además en el devenir de sus carreras políticas. Tres expertos en política trasladan a Murcia Plaza cuáles son, en su opinión, los principales aciertos y errores que han cometido en la gestión y la comunicación de la crisis tanto el presidente del Gobierno central como el jefe del Ejecutivo murciano. También analizan el papel de la oposición nacional y regional.
En los momentos críticos, "los discursos no funcionan por sí solos, deben estar acompañados de los hechos", apunta Helena Martínez, doctora en Comunicación, profesora e investigadora en Comunicación Política e Institucional. El politólogo Francisco Javier López Carvajal considera que el Gobierno nacional "ha abusado de la figura de Fernando Simón, usándolo a modo de escudo", ya que, a su juicio, "la situación requería de un liderazgo político y no de un investigador". Y para el politólogo Salvador Moreno, Fernando López Miras se anticipa a Pedro Sánchez "hasta dos veces" y le supera "en seguridad y liderazgo".
Francisco Javier López Carvajal, politólogo.
¿Cuáles son los aciertos y los errores que ve tanto en la gestión de la crisis como en su comunicación por parte del Gobierno de España? Puntúela del 1 al 10.
Parece claro, a tenor de los acontecimientos, que hay que comenzar por los errores. El principal es no obedecer a la ley física de Acción-Reacción ya que desde mediados de enero la OMS comenzó a alertar: primero, de una alerta sanitaria internacional para luego declarar la pandemia. En un mundo globalizado parece que lo lógico habría sido actuar, anticiparse a los posibles escenarios, máxime en un mundo tan interconectado.
El segundo gran error fue no cortar de raíz los eventos y grandes concentraciones de personas cuando ya había casos en nuestro país. Y no hablo de uno en concreto. Pero en las últimas semanas de febrero y primeras de marzo se produjeron multitud de eventos deportivos, manifestaciones, conciertos, etc., que no ayudaron a contener la expansión. Por ejemplo, los partidos de fútbol en los que participaron equipos italianos. La declaración del estado de alarma podemos considerarla un acierto, pero pese a decretar el confinamiento masivo y permitir que la mayoría de actividades económicas prosiguiesen no frenó el avance tan rápido como hubiese sido deseable.
En cuanto a la gestión, es un hecho que ha dejado claro una de las vergüenzas de nuestro modelo territorial. El Estado no ha sido capaz de articular de una forma rápida y acertada el denominado mando único sanitario. La estructura de la Administración General del Estado no tiene el músculo necesario para ello, de ahí la tardanza en las compras de medicamentos, equipos de protección, respiradores, etc.
En cuanto a la comunicación, ha sido probablemente el aspecto en el que más ha fallado. Se ha abusado de la figura de Fernando Simón, usado a modo de escudo. La situación requería de un liderazgo político y no de un investigador. Y ahí está otro de los errores, las comparecencias del presidente Sánchez, excesivamente largas, a destiempo, unas sin preguntas de la prensa y otras con un 'excesivo filtro'. Junto a esto, las ruedas de prensa de los ministros nos invitan a pensar que ha existido una mala coordinación y una falta de transparencia en los momentos más críticos de nuestra historia reciente.
Por todo lo anterior, mi valoración no puede superar el aprobado raspado. Máximo un 5.
¿Cuáles son los aciertos y errores que ve tanto en la gestión de la crisis como en su comunicación del Gobierno regional? Puntúela del 1 al 10.
El Gobierno de la Región tuvo la 'suerte' de ser la última CCAA en la que detectaron casos de Covid-19, eso le permitió un aprendizaje y preparación previos. Además, la incidencia de la pandemia ha sido menor que en otras comunidades. No obstante, en el plano sanitario, más allá de la carestía de los EPIS y sobre todo de tests, parece que la gestión regional de la pandemia está siendo bien llevada. Y ahí emerge la figura del consejero Villegas, del gestor gris al médico que antepone sus conocimientos y convicciones a la política y transmite esa seguridad en cada rueda de prensa.
Aun así, se han percibido errores de gestión sociosanitaria como en el caso de las residencias de mayores, que pese a ser uno de los principales focos de vulnerabilidad han suscitado la mayor polémica durante la gestión de la crisis. Otro de los puntos débiles lo encontramos en las medidas económicas para paliar la crisis, con una comunidad altamente endeudada y sin unos Presupuestos aprobados que han propiciado que las medidas adoptadas hasta el momento queden por detrás de las anunciadas por otras CCAA.
En el plano de la comunicación, el Gobierno de la Región ha ido por delante también al nacional o a otras CCAA, siendo al principio quien proporcionaba mejores datos. Sin embargo, se ha cometido el error de no facilitar los datos en formatos abiertos que permitiesen a la comunidad científica realizar mejores modelos o a la consejería de Transparencia facilitar información más detallada como sí se hace en Castila y León o Aragón. Pese a esto, en líneas generales la comunicación desde el Ejecutivo autonómico ha sido bastante aceptable, destacando la apertura de las ruedas de prensa frente al Gobierno nacional. Ponderando gestión y comunicación, y destacando en este plano a la consejería de Salud, la nota media roza el notable, casi llegando al 7.
¿En qué posición cree que saldrán Pedro Sánchez y Fernando López Miras de esta crisis?
La figura del presidente Sánchez durante esta crisis se está viendo afectada y así lo demuestran las encuestas que hemos conocido estos días. No le correspondía a él ser la cara del día a día frente a la crisis, pero, cuando ha sido su turno, sus intervenciones excesivamente largas, en las que el anuncio de medidas a adoptar ocupaba menos de una cuarta parte del tiempo invertido, con respuestas a la prensa ya preparadas previo filtro de la secretaría de Estado de Comunicación, le han restado valor por lo artificioso.
A ello hay que sumar los desajustes palpables desde el inicio de la crisis entre sus ministros del PSOE y los de Podemos, la ausencia de autocrítica y la tardanza en la publicación de los decretos. Sirva como ejemplo el último decreto de estado de alarma, anunciado un día antes, aprobado por el Consejo de Ministros a las tres de la tarde y publicado en el BOE a las 23.38 horas con cientos de miles de trabajadores esperando para saber si al día siguiente debían o no acudir a su puesto de trabajo. Y hay que añadir que no se ha sometido al control parlamentario desde el 24 de febrero hasta el 9 de abril.
Todo esto ha mellado su figura justo en el inicio de una legislatura que se preveía dura, pero no tanto por la aparición de un invitado no deseado como ha sido el Covid-19. Ahora, con unos nuevos Pactos de la Moncloa sobre la mesa, podremos ver su verdadero talante y capacidad de negociación, aunque sus propios socios de Gobierno y apoyos parlamentarios son los que más difícil se lo van a poner. No obstante, si hay algo que caracterice a Pedro Sánchez es su capacidad para resistir y resurgir.
Por el lado autonómico, tenemos la figura de López Miras, que ha centrado su actuación en tomar decisiones anticipándose al Ejecutivo nacional, lo que le valió críticas y se tildó de oportunismo. No obstante, el tiempo le ha dado la razón. Son valorables sus reclamaciones al Gobierno de la nación; es tiempo de unidad, sí, pero también de exigencias, siempre que estas sean lícitas y sirvan para salvaguardar la seguridad y bienestar de los habitantes de la Región.
Pese a encabezar un Gobierno de coalición, López Miras parece haber sido capaz de coordinar la unidad de acción de su Ejecutivo, hecho que ahora tendrá que demostrar con la elaboración exprés de unos nuevos Presupuestos destinados a la reconstrucción socioeconómica postcovid. Una vez levantado el estado de alarma y con la plenitud de las competencias autonómicas en su mano, le espera seguir la senda mostrada e intentar llegar a acuerdos con la oposición para llegar a pactos que permitan superar los momentos económicos más críticos que están aún por llegar.
¿Cómo valora el papel que está desempeñando la oposición, tanto en la Región como en España? ¿Cree que saldrá mejor parada que el Gobierno en esta crisis?
A escala nacional, la oposición se ha fragmentado a lo largo de este tiempo. Empezando por los socios de investidura del Gobierno que han aprovechado para sacar a relucir sus reivindicaciones territoriales, incluso negando la entrada del Ejército en sus comunidades. Los partidos de ámbito nacional comenzaron mostrando mayor unidad, fundamentalmente Ciudadanos y populares, pero a medida que el Ejecutivo ha ido adoptando medidas y avanzando la gestión de la crisis sanitaria este apoyo ha saltado por los aires.
Hay que hacer un ejercicio de crítica constructiva, pero el Gobierno tampoco ha ayudado mucho a ello, es más sencillo tratar de mostrarse 'solo ante el peligro' y cargar contra las críticas para tapar los errores propios. Luego está Vox, que en su línea ha sido y será el más beligerante, si bien sus críticas, aun siendo fundamentadas, son simplistas y efectistas y sigue desplegando mensajes de alto calado en la población.
Con este panorama nos adentramos ahora en una nueva fase, con la invitación del Gobierno a una reedición de los Pactos de la Moncloa que se antoja complicada llevar a buen puerto dadas las posturas dogmáticas de unos y otros. Esos 'Nuevos Pactos de la Moncloa' deberán marcar el inicio de un nuevo paradigma en los planos político, social y económico y, como sucedió en 1977, requerirán de un esfuerzo y generosidad por parte de todos los actores implicados; no pueden sustentarse en la imposición ideológica, sino en la búsqueda del bien común.
En la Región hemos tenido también conatos de enfrentamiento entre la oposición y el Ejecutivo, pero a una escala mucho menor y los partidos de la oposición han sido menos beligerantes que en el ámbito nacional, si bien es cierto que la 'batalla' se ha jugado más a escala nacional y eso ha contribuido a una cierta pacificación de las guerras partidistas en la Región.
Ahora bien, tras el anuncio del Gobierno regional de la elaboración de unos Presupuestos regionales, el papel de la oposición volverá a tener un papel fundamental, puesto que la aprobación de estos ha de ser pactada con la oposición debido a la precariedad parlamentaria del Ejecutivo. Y, como en el caso nacional, se deberá optar por la objetividad frente al dogmatismo ideológico y el oportunismo. Será clave el papel del PSRM para aportar estabilidad social y económica en un momento de crisis en el que la altura de miras debe anteponerse a cualquier otro escenario.
Dada la magnitud de la pandemia y la crisis social y económica a la que nos enfrentamos, es aventurado decir quién saldrá mejor parado. Lo importante es que la sociedad española salga reforzada por encima de intereses partidistas. Es momento de generosidad, altruismo y patriotismo por encima del interés electoral. Los perdedores serán aquellos que no sepan estar a la altura.
Helena Martínez. Doctora en Comunicación, profesora e investigadora en Comunicación Política e Institucional.
¿Cuáles son los aciertos y los errores que ve tanto en la gestión de la crisis como en su comunicación por parte del Gobierno de España y del Ejecutivo regional?
Aún es pronto para emitir puntuaciones y valoraciones cerradas sobre la gestión de una situación que sigue en desarrollo; sin embargo, podríamos destacar algunos primeros puntos sobre la comunicación de crisis del Covid-19.
Entre las claves de la gestión de comunicación en situaciones de crisis, se encuentran el ser proactivos teniendo claro que estamos en una situación variable continuamente y que eso exige prudencia, por lo que las predicciones arriesgadas y la minimización de riesgos en el comienzo de la crisis han pasado factura después.
Es fundamental transmitir transparencia, a lo que la gestión de las ruedas de prensa del Gobierno y el control de las preguntas de los periodistas no ha favorecido. Las comparecencias y emisión de información constante son útiles para transmitir seguridad, pero no en el formato excesivamente extenso y carente de información relevante y novedosa sobre la situación que se ha dado en varias de ellas.
Los discursos no funcionan por sí mismos, deben estar acompañados y respaldados por los hechos. Informar sobre decisiones que se van a tomar y tomarlas y aprobarlas días después desconcierta y genera intranquilidad y dudas, al igual que el desorden de datos con algunas comunidades y la rectificación de diferentes informaciones. El discurso institucional tiene que ser riguroso y apoyado en datos, pero las pérdidas deben ser algo más que cifras; es necesario incorporar la parte humana de esta crisis, visibilizar y empatizar con la tragedia que muchos ciudadanos están viviendo en sus casas.
¿En qué posición cree que saldrán Pedro Sánchez y Fernando López Miras de esta crisis?
El liderazgo es uno de los indicadores de evaluación de esta gestión, que podremos ver con detalle a partir de los análisis que vendrán más adelante. Nos fijamos en la capacidad de gestión, la competencia profesional, y la personalidad del líder, su actitud y personalidad al frente de la crisis. Son situaciones en las que los liderazgos se reafirman y otros emergen, como en los casos de Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, Giuseppe Conte, primer ministro italiano, y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que han combinado la firmeza serena, la empatía y humanidad y el optimismo y apelación a la responsabilidad y la acción de la ciudadanía.
La toma de iniciativa y la firmeza en la toma de decisiones equilibrada con una comunicación empática ha sido un punto favorable para el presidente López Miras y el consejero Villegas, que además mantienen una presencia constante en medios y redes.
¿Cómo valora el papel que está desempeñando la oposición, tanto en la Región como en España? ¿Cree que saldrá mejor parada que el Gobierno en esta crisis?
Respecto a la oposición, lo cierto es que, sin dejar de ser una lucha de relatos, la gestión de la comunicación le corresponde al Gobierno. La capacidad de los líderes de conseguir la colaboración e implicación de todos, por encima de partidos e ideologías, es un aspecto muy valorado frente al intercambio de descalificaciones, acusaciones y bulos al que asistimos. La discusión entre partidos es útil si contribuye a hacer mejor algo que puede ser mejorado, pero no como otra batalla con sesgo ideológico y partidista para atribuir la culpa favoreciendo la desinformación y la manipulación.
La gestión de la comunicación de crisis requiere, por encima de todo, ser capaces de generar confianza. Es necesario prestar atención a los datos y a las personas, conseguir el equilibrio entre firmeza y empatía y anticiparse a las preguntas. Los gestores necesitan combatir los rumores con seguridad, apoyándose en las fuentes de mayor confianza para los ciudadanos, como son los científicos, el personal médico de cabecera, los expertos sanitarios y las instituciones. El riesgo es la confianza: las percepciones crean crisis, por lo que es preciso ser coherentes y consistentes con la realidad y el discurso.
Salvador Moreno. Politólogo por la Universidad de Murcia.
¿Cuáles son los aciertos y los errores que ve tanto en la gestión de la crisis como en su comunicación por parte del Gobierno de España? Puntúela del 1 al 10
Un 6. No supo anticiparse. Tarde y con errores. Poca contundencia a la hora de comunicar. Demasiados portavoces (los ministros). Lo más salvable es la gestión económica encontrando la clave para proteger a los trabajadores sin comprometer a las empresas. Veremos cómo avanza y cómo gestiona la crisis, que se anticipa dura y difícil.
¿Cuáles son los aciertos y errores que ve tanto en la gestión de la crisis como en su comunicación del Gobierno regional? Puntúela del 1 al 10.
Un 8. Se anticipa al Gobierno de España hasta dos veces, gana López Miras en seguridad y liderazgo. El presidente murciano se anticipa al Ejecutivo central, primero, para decretar el confinamiento, concretamente empieza con los municipios turísticos; y segundo, a la hora de prohibir los trabajos no esenciales, algo que no era de su competencia y Pedro Sánchez rechazó en primer término, pero acabó implementando.
Miras contrasta con Pablo Casado, que ha puesto en evidencia el papel del PP en esta crisis. El problema de Casado es su uso excesivo de la comunicación negativa contra la gestión gubernamental de la crisis. Algunas formas como por ejemplo intervenir a los segundos de decretarse el estado de alarma, como criticar por encima de todo o no proponer de forma constructiva. Estas cosas en momentos duros se castigan porque la gente entiende que debemos ir todos a una. Miras, Ayuso o Almeida, por ejemplo, han contrastado con Casado por su gran responsabilidad. La oposición es fácil, pero a veces se paga cara.
¿En qué posición cree que saldrán Pedro Sánchez y Fernando López Miras de esta crisis?
Pedro Sánchez se verá perjudicado, pero el foco de las críticas en el futuro será sobre la gestión de la crisis económica, que todavía está por ver. López Miras verá reforzado su liderazgo, ha conseguido presentar una imagen de mayor responsabilidad y eso siempre es positivo para un presidente. No obstante, la percepción de la gestión seguramente acabe teniendo un sesgo ideológico tremendo, lo cual acabe reforzando los alineamientos previos.
¿Cómo valora el papel que está desempeñando la oposición, tanto en la Región como en España? ¿Cree que saldrá mejor parada que el Gobierno en esta crisis?
La oposición en España está actuando generalmente mal. Entendiendo que los partidos que más voz tienen son PP y Vox, están teniendo actuaciones y críticas muy duras en momentos que se critica duramente a quien no arrime el hombre. No obstante, por diferenciarles, Vox es peor que el PP por no sumarse a alargar el confinamiento, aunque esto no va a perjudicar a los de Abascal porque su voto es enfadado y protesta, un sector que no castiga las malas formas.
En la Región, la oposición se verá perjudicada por -primero- el refuerzo del liderazgo de Miras y -segundo- las críticas al Gobierno de España, extensibles al PSRM.