MURCIA. Como una de las instituciones más arraigadas entre las empresas de la Región, la Cámara de Comercio de Murcia busca mantener su puesto como actor imprescindible en la recuperación económica. Su presidente, Miguel López Abad, se muestra optimista, aunque cauto, ante los retos de desabastecimiento y crisis energética en los que está enfrascado el comercio murciano. De hecho, esta misma actitud es la que le mueve hacia las elecciones para su reelección en el puesto que tendrán lugar en la próxima primavera.
-¿Cómo se ha adaptado la Cámara de Comercio al coronavirus?
-Lo primero de todo quería felicitar a los miembros de la Cámara que han hecho una labor impoluta. Al principio estuvimos trabajando de manera presencial bajo mínimos y luego comenzamos con el teletrabajo. Eso ha hecho que no tuviéramos que llevar a cabo ningún ERTE. También es señal de que la Cámara siempre estuvo ahí, ayudando en todas las necesidades que presentaban las empresas.
-¿Ha crecido el número de empresas que integran la Cámara?
-Para mi gratitud y sorpresa, no ha decrecido. Hemos sacado el censo y eran unas 92.700, un número muy alineado con la época precovid. A todos nos hubiera gustado que hubiese crecido, pero viniendo de donde venimos es un dato positivo.
-¿Cuál es la posición actual del comercio murciano en la situación de crisis energética?
-Agónica y sufriente. Hay que recordar que la iluminación es esencial en la puesta en escena del pequeño comercio para dar una imagen atrayente, pero todos los sectores están sufriendo mucho este coste.
"La iluminación es esencial en el pequeño comercio"
-¿En qué posición les deja este contexto?
-La confianza de los empresarios es positiva. Hay ganas de consumir, hay ganas de estar y hay ganas de trabajar. Habría que esperar al siguiente índice para ver si esto se mantiene pero los datos actuales son positivos. En todo caso, no hay que olvidar que estamos reiniciando una actividad en un momento en el que hay carencia de materias primas y en una situación en la que o eres muy competitivo o puedes tener más problemas de la cuenta.
-¿Cuáles son las mejores armas del comercio murciano en la batalla por la recuperación?
-Nuestra propia naturaleza. Lo que es la Región de Murcia y lo que significa vivir aquí con la temperatura que tenemos y con los días de sol que tenemos. Murcia invita a salir a la calle, a vivir en la calle. Creo que son muy buenas armas parar ponerlas en juego pero tienen que ir acompasadas. Por eso necesitamos una hostelería que dé un buen servicio para que la gente quiera salir, tomarse unas cervezas, irse de compras. Tampoco podemos olvidar la naturaleza de comerciantes y de emprendedores que heredamos de nuestros antepasados fenicios y que nos hace ser bastante lanzados.
-¿Y sus mayores debilidades?
-La parte logística y de infrafinanciación. No tenemos las mismas reglas de juego que otras comunidades y tenemos que competir con armas distintas. Somos la Comunidad que más exporta a Europa pero tenemos unas carreteras como las que tenemos, estamos amenazando con cerrar la agricultura porque nos van a quitar el trasvase, tenemos el Puerto de Cartagena que podría tener una proyección a nivel mundial con un puesto estratégico que sería El Golguer y llevamos 20 años esperando al AVE.
-¿Qué retos ofrece la vuelta a la presencialidad?
-Con la pandemia apostamos por el modelo online porque creíamos que era importante y claramente lo ha sido. No obstante, también somos seres humanos que necesitamos vernos, tocarnos y compartir. El comercio tiene que seguir estando presencialmente, como quisimos destacar en el Murcia Shop Forum. Ahora el resto es aprender a compaginar el mundo online con el presencial.
-¿Qué podemos esperar de la campaña de Navidad?
-Hay que estar pendiente de la provisión de materias primas. No sabemos qué material va a llegar y qué no va a llegar. Eso es lo primero, pero las ganas de consumir están. La gente tiene ganas de salir a disfrutar de la Navidad. Si no hay repuntes de coronavirus, va a ser una campaña animada.
"No tenemos las mismas reglas de juego que otras comunidades"
-¿Qué le pediría a las Administraciones?
-Que se pongan las pilas con todos los aspectos negativos que he destacado antes. Además, en estos momentos están sonando unos ruidos que no son buenos. Me refiero a la derogación de la reforma laboral, que hoy no toca. Estamos en una situación de reinicio, que no es ni mucho menos estable, entonces reformar cualquier ley estructural que pueda hacer tambalear a las empresas no es apropiado. Asimismo, hace falta un acuerdo total ya entre Gobierno regional y nacional para salvar el Mar Menor. Eso hay que exigirlo ya.
-¿Cómo se explica que el porcentaje de mujeres en puestos de gerente sea tan solo del 16% en las empresas familiares?
-Hay que ver de dónde venimos. Se han hecho muchos cambios para mejor que han contribuido a la incorporación de la mujer al mercado laboral, pero en los datos esto se reflejará más con el tiempo y el paso de las generaciones. No se hace de un día para otro. No obstante, estas cosas no hay que hacerlas forzadas, eso va surgiendo de forma natural.
-Aunque de momento no haya ningún otro candidato anunciado, ¿cómo afronta las elecciones para su reelección?
-Los estatutos contemplan un máximo de dos mandatos de cuatro años y yo me veo bien, me encuentro con fuerzas. Creo que vamos a poder terminar todo lo que nos propusimos en nuestra hoja de ruta.
-¿Qué podemos esperar de la Cámara en los próximos cuatro años si sale reelegido?
-Aunque no creo que haya muchos cambios resaltables, sí haremos alguna modificación para acercar la Cámara a la calle con un acceso distinto. De esta forma, buscamos darle un lavado de cara y hacerla más actual sin perder su encanto tradicional. No obstante, el principal objetivo es concienciar a la Administración de que la Cámara es un ente que debe utilizar porque resulta muy útil y ágil. Queremos dejar claro que podemos ser un aliado al que se le puede sacar más el jugo.
-¿Qué se podría haber hecho de otra manera en estos cuatro años de mandato?
-Nada. Los resultados son positivos y sería egoísta querer mejorar más. En la vida no puede perderse la incertidumbre.