MURCIA. Un alojamiento turístico distinto, singular, con historia o en un enclave natural único. Es lo que muchas veces se busca a la hora de hacer una escapada rural para olvidar el bullicio de las ciudades y desconectar del trabajo. No hace falta irse muy lejos para ello, ya que en la Región de Murcia se puede encontrar una oferta muy interesante de establecimientos hoteleros con mucho encanto que ofrecen, por ejemplo, alojarse en un histórico convento en Caravaca, donde aún vive una pequeña comunidad de religiosos, o en un gran monasterio del siglo XVI rehabilitado en la Santa de Totana. El incomparable paisaje de Sierra Espuña también acoge en el término de Alhama una exclusiva hospedería para olvidarse del mundanal ruido, parte de la cual fue un antiguo molino harinero. Es el caso también de otro antiguo molino del siglo XVI convertido en un colorido hotel rural en Mula -Hotel del Molino de Felipe-; mientras que en Cieza el visitante puede alojarse en una casa señorial de principios de siglo XX que perteneció a un obispo.
Queda claro que lo rural tiene mucho encanto en la Región de Murcia.
La primera propuesta consiste en, nada menos, que alojarse en un convento de frailes Carmelitas Descalzos fundado en 1587 por San Juan de la Cruz en Caravaca de la Cruz, donde actualmente sigue viviendo una pequeña comunidad de religiosos. La Hospedería Nuestra Señora del Carmen ofrece a sus huéspedes un edificio de más de 400 años, en pleno corazón de la ciudad, para disfrutar de "una estancia entrañable y confortable, en un ambiente de paz y tranquilidad, con un absoluto respeto por las creencias personales, y la vivencia religiosa de cada huésped". Todo ello en un clima de acogida y sencillez. El monasterio del siglo XVI está totalmente restaurado y rodeado de tranquilos claustros y jardines, a sólo 10 minutos a pie del santuario de la Santísima Cruz. Ofrece habitaciones luminosas con aire acondicionado, conexión wi-fi gratuita y baño privado. El alojamiento, con capacidad para 60 personas, incluye visitas gratuitas al monasterio.
La Hospedería Nuestra Señora del Carmen es, sin duda, una opción diferente para visitar Caravaca de la Cruz y al mismo tiempo muy acorde con el carácter medieval de la ciudad santa (una de las siete que hay en el mundo). El Santuario de la Vera Cruz, el Templete, el barrio medieval o el Torreón de los Templarios son algunos de los muchos atractivos que ofrece para el visitante.
De un convento a un monasterio del siglo XVI. Una vistas impresionante, un paraje en el que disfrutar de la naturaleza, actividades deportivas, la quietud del entorno y todas las comodidades es lo que ofrece el Hotel Jardines de la Santa, situado en Totana, entre las montañas de Sierra Espuña. El Monasterio Santa Eulalia se compone de varios edificios típicos que antiguamente formaban uno de los conventos más grandes de la Región. Estos edificios han sido cuidadosamente reformados para ofrecer todas las comodidades de un hotel moderno, incluido restaurante, gimnasio, piscina y salón infantil.
El establecimiento fomenta la conservación del medio ambiente, apoya las actividades económicas tradicionales, apuesta por la mejora de la calidad de vida local, fomenta el trabajo colaborativo y la promoción conjunta de un destino turístico sostenible y de calidad, como es el Parque Regional de Sierra Espuña.
La Hospedería Bajo el Cejo (en El Berro, Alhama de Segura), situada en un espectacular paraje de Sierra Espuña, no podía faltar en esta selección de hoteles rurales con encanto. Cuenta con 12 habitaciones dobles: 8 habitaciones en edificio principal y 4 en molino harinero. En la construcción se han usado materiales naturales, como el barro, la madera y el vidrio. Cuenta, además, con un amplio jardín, unas magníficas vistas y una piscina, perfecta para refrescarse tras una ruta de senderismo, sauna-solárium y un restaurante exclusivo. Baste decir que en el desayuno se puede disfrutar de mermeladas realizadas con sus propias cosecha de higos, ciruelas..., además de elaborar bizcochos y pasteles tradicionales y zumos de naranjas y mandarinas de su huerta.
Las habitaciones cuentan con balcón o amplios ventanales que permiten ver el amanecer y disfrutar de las vistas espectaculares y los sonidos que llegan del Parque Regional. Ofrece un entorno ideal para los fotógrafos de naturaleza, la práctica y disfrute de deportes de naturaleza como senderismo, bicicleta de montaña, escalada, parapente, piragua, espeleología y orientación, entre otros, sin olvidar el descanso y la contemplación del paisaje.
¿Se imaginan alojarse en lo que en otro tiempo fue la casa de un obispo? Lo puede hacer en la Región de Murcia, en el Hotel Rural Casa de la Campana de Cieza, casa señorial que data del año 1919 y fue adquirida por el obispo de Astorga Jesús Mérida Pérez. Situada en el Paraje de 'El Ginete', conserva, integrada a la hospedería, una pequeña capilla coronada por una campana que ha prestado su nombre al histórico edificio y ahora a la hospedería rural. Muy demandada para la celebración de eventos, este singular hotel -que ya de por sí es una joya del patrimonio local- se ha restaurado con mucho mimo para convertirse en un establecimiento que conjuga tradición y modernidad en consonancia con su entorno. "Hemos tratado, en todo momento, de respetar todo lo existente, la arquitectura y el estilo del lugar. Se han recuperado todos los muebles y objetos posibles y estamos encantados de ofrecer un homenaje a las cosas de nuestra región", señalan en su web.
La casa cuenta con 10 acogedoras habitaciones , exquisitamente decoradas, rodeada de naturaleza, con preciosos jardines, un huerto de árboles frutales y una piscina al aire libre.
Este hotel rural con encanto se encuentra en una villa de Mula, en un antiguo molino harinero restaurado. "Podrás leer un libro en nuestro jardín con el ruido de fondo del canto de los pájaros, dar un paseo por los alrededores contemplando la sierra, darse un baño en nuestra piscina, tomar el sol en el solárium. En nuestro cobertizo, situado en el jardín, encontrará una zona lúdica con cocina, horno moruno de leña y una mesa para compartir la comida con familiares y amigos", señalan desde el alojamiento.
El molino de Felipe data del siglo XVIII aunque está construido sobre otro del siglo XVI, próximo al viejo 'Martinete', lugar donde antaño se trabajaba y fundía el cobre. Más de 450 años, llevan las piedras del actual molino de Felipe rodando para convertir el trigo en harina. Desde su inicio no ha dejado de funcionar y producir este molino harinero, que se construyó en el corazón de la huerta alrededor del año 1523, y el agua que ha dado vida a la huerta hace girar a las piedras.