MURCIA. El siempre impresionante espacio de la Sala Verónicas se ha convertido en el escenario donde la artista italiana Ludovica Carbotta presenta sus narraciones en forma de esculturas, en una muestra que, bajo el título Growing pains (Dolores de crecimiento), se podrá contemplar en el antiguo convento murciano hasta el 9 de enero.
La muestra que la turinesa expone en un marco que constituye un reto para todo artista está comisariada por Ana García Alarcón, quien apunta que Ludovica Carbotta "nos adentra en las pequeñas historias". "Aquí no hablamos de grandes narraciones", añade, al tiempo que explica que las esculturas expuestas forman parte del relato que la artista crea en torno a dos series: Die Telamonen y Paphos.
García Alarcón señala que las narraciones de la artista italiana "cobran vida tras la producción de cada obra: primero es la escultura y después su caracterización. Tras la parte formal y matérica viene la de imaginar y construir las características y las memorias de los personajes, estableciendo una conexión entre la condición humana y la creación artística".
Así, considera la comisaria que se pueden hablar dos fases: la de la producción del objeto, donde Carbotta trabaja como escultora; y la de dar 'vida' a sus personajes, donde actúa desde el campo de la escritura. Además, "la artista crea sus piezas desde el relato. Su producción opera desde la escultura, pero también desde la instalación, el dibujo, el video, la performance y la escritura", analiza.
Destaca, además, que Carbotta dota a sus esculturas de una "personalidad, son humanizadas". Los Telamonen, por una parte, "invitan a pensar en la idea de familias a la vez que establecen un paralelismo entre los sistemas de reproducción escultórica y biológica". El origen y punto de partida de esta familia es Faustine Telamon, quien toma su nombre de la novela La invención de Morel de Bioy Casares (1940). "Carbotta ha creado para cada escultura de la serie un papel, una historia y una personalidad que posiciona y define a cada personaje dentro de la estructura familiar", comenta la comisaria.
Por otro lado, la voz de la artista adquiere en la serie Paphos un carácter autobiográfico, ya que habla de su experiencia durante el confinamiento; un momento en el que, además, la propia creadora estaba experimentando una serie de cambios en su cuerpo como consecuencia de su embarazo. "Se plantea de una forma natural un paralelismo entre el cuerpo y la materia, una correspondencia entre las fases de desarrollo y de crecimiento del cuerpo humano y de la pieza", escribe Ana García Alarcón.
Como continuación de esta serie, "una de las piezas que se han producido de forma específica para esta exposición irá creciendo y transformándose a lo largo de la muestra". La Sala Verónicas se convierte así, asegura la comisaria de la muestra, "en espacio de producción, en escenario donde las obras van evolucionando a la vez que interactúan y dialogan con la arquitectura de la sala".