Olivo planea construir casas y un hotel, pero aún no ha pedido licencia al Ayuntamiento, que amplía la protección del terreno
MURCIA. Son varias naves de gran tamaño con jardines situadas en la calle Acisclo Díaz de Murcia, justo detrás del jardín del Salitre y junto al museo de la Ciudad, y llevan años abandonadas o al menos sin un uso concreto. Se trata de la antigua Fábrica Nacional de Pólvora y Salitres, cuyos terrenos fueron comprados por el empresario cartagenero Tomás Olivo tras una subasta pública del Estado hace más de dos décadas, sin que se haya actuado sobre ellos a día de hoy.
Los vecinos de la zona y asociaciones para la protección del patrimonio como Huermur, han denunciado en más de una ocasión que el techo de los pabellones y parte de los muros se han venido abajo. La situación ha llegado a tal punto que el Ayuntamiento de Murcia ha tenido que pedir en varias ocasiones a su propietario que realice obras de urgencia sobre ellos. Las principales tras los episodios de lluvias de junio, los de principios de septiembre e incluso la semana pasada. Pero nada parece cambiar en unos edificios en los que se paró el tiempo hace décadas.
Olivo tiene proyectado construir en ellos dos bloques de viviendas, establecimientos comerciales y un hotel, como ha explicado en más de ocasión. De hecho ya hay un equipo de arquitectos trabajando en ese proyecto desde hace tiempo. Pero 15 años después de recibir el visto bueno del Ayuntamiento de Murcia para edificar, el empresario no ha pedido aún las licencias en la Gerencia de Urbanismo, como ha podido saber Murcia Plaza de fuentes de la Administración municipal.
Como no se avanza en la urbanización de la conocida como Fábrica de la Pólvora y sin perder la perspectiva de que sus miles de metros cuadrados están en una importante zona residencial y económica del centro de Murcia . Esta misma semana, el Ayuntamiento ha dado un paso al frente y ha decidido ampliar las figuras de protección para que todo el recinto quede protegido como patrimonio local. Para ello el Consistorio va a someter a información pública durante un mes el avance del proyecto de modificación del Plan General que afecta al catálogo de bienes protegidos relativa a la Real Fábrica del Salitre/Pólvora de Murcia.
Esta misma semana, el Ayuntamiento ha dado un paso al frente y ha decidido ampliar las figuras de protección para que todo el recinto quede asegurado como patrimonio local
"Con el acuerdo se cataloga, dentro de la ficha de la Fábrica del Salitre, además de la chimenea y la ermita que ya lo estaban, el resto de inmuebles que aún existen y que pertenecían a la citada fábrica. Hasta ahora la ficha referente a la Real Fábrica de la Pólvora del catálogo del Pecham sólo protegía con grado 2 su edificio principal", informan fuentes municipales.
Ahora se busca completar la ficha del Catálogo del Plan Conjunto Histórico de Murcia, denominada ‘Fábrica de Pólvora' para delimitar el conjunto, que pasará a denominarse ‘Real Fábrica de Salitres de Murcia' y ampliar el inmueble catalogado en dicha ficha mediante la inclusión de la totalidad de la edificación.
Además al plan se añade el resto de las construcciones que en origen pertenecían a la Fábrica y que aún quedan por catalogar como son la Acequia Aljufía, el brazal de la Acequia de Caravija, las construcciones hidráulicas ligadas a dichas acequias, el Paseo central que tiene su origen en la entrada del edificio principal de la Real Fábrica de Salitres de Murcia y el jardín adyacente.
También se crearán "cuatro nuevas fichas para el catálogo del PGMO con las medidas necesarias para la protección y rehabilitación de los espacios, construcciones y elementos pertenecientes a la Real Fábrica de Salitres de Murcia, no situados dentro del Plan Especial Conjunto Histórico de Murcia, como son la Biblioteca Taller de afino de salitre (antigua sede oficina municipal de estadística), el taller de afino (actual sede Club Taurino), el Paseo Central del Jardín del Salitre y la Chimenea de Agramizas", añaden desde el Consistorio.
Tras estos nuevos movimientos municipales, el futuro de los edificios y terrenos de la Fábrica de la Pólvora que pertenecen a Olivo y sobre todo el uso que de ellos se hará queda en un compás de espera mientras su propietario, que ahora tendrá que mover ficha, no parece haber dicho su última palabra.