La partida del 10-N: Ciudadanos se juega la estabilidad de la coalición del Gobierno regional
La partida del 10-N: Ciudadanos se juega la estabilidad de la coalición del Gobierno regional
MURCIA. Una mañana, Podemos saltó por los aires en la Región de Murcia. Sucedió el 27 de septiembre, tan sólo unas horas después de que el partido de Ínigo Errejón, Más País, decidiera concurrir a las elecciones generales del 10 de noviembre. Óscar Urralburu convocaba a primera hora una rueda de prensa para anunciar su salida de la dirección morada y hacía público que se enrolaba en la formación de Errejón. “No puedo hacer una campaña contra Errejón”, esgrimía Urralburu. "El partido que quisimos construir ya no existe", lamentaba, poniendo punto final a una etapa de cuatros años al frente de Podemos en la Región. No se marchó solo: le acompañaron María Giménez, número dos la ejecutiva, y un grupo de afines. Los dos dirigentes también renunciaron a sus actas de diputados en la Asamblea Regional.
Sin secretario general, Podemos quedaba descabezado y descolgado a falta de una semana para que comenzara la precampaña. La reacción del partido, no obstante, fue rápida. La formación morada se puso en manos de una gestora en la misma mañana y el diputado nacional Javier Sánchez Serna se ponía al frente de la campaña. No había tiempo que perder, y menos con el 10-N a la vuelta de la esquina. Sánchez Serna, que mantenía discrepancias abiertas con Urralburu, acusaba al exlíder regional de "montar un partido y una estructura paralela mientras cobraba de Podemos".
La partida del 10-N: Ciudadanos se juega la estabilidad de la coalición del Gobierno regional
La relación de Urralburu y Sánchez Serna se había deteriorado mucho en los últimos meses. Sánchez Serna, de perfil 'pablista', y Óscar Urralburu, 'errejonista', se habían lanzado incluso reproches públicos en los medios de comunicación. "Sánchez Serna lleva pidiendo mi cabeza desde Vistalegre II", señalaba Urralburu en el diario La Opinión después de que el diputado cuestionara en un artículo la campaña de Podemos en las autonómicas.
Lejos quedaban los tiempos en los que ambos celebraban juntos los éxitos de Podemos, uno como diputado en las Cortes nacionales y otro como cabeza visible en la Asamblea Regional. Podemos alcanzó su techo en las elecciones generales de 2015, cuando recibió el apoyo de 110.000 murcianos. Ese mismo año ya había conseguido seis escaños en la Asamblea Regional. Sin embargo, cuatro años después, Podemos se hundía en las elecciones autonómicas, al obtener 36.163 sufragios, aunque la formación morada resistía en las generales con 79.600 sufragios, manteniendo un diputado en el Congreso.
Ahora, Serna y Urralburu encabezan dos partidos distintos que pugnan por el mismo electorado. Y lo hacen en un escenario, la Región de Murcia, que no es el más amplio precisamente para el espectro del centro izquierda. Tradicionalmente los partidos conservadores han acaparado el 60% de los sufragios murcianos mientras que la izquierda se ha quedado con el 40% de los votos.
Más País y Unidas Podemos "compiten en el mismo espacio", opina el sociólogo y profesor de la Universidad de Murcia, Juan José García Escribano. "Pueden verse perjudicados entre ambos, aunque dependerán de cómo se distingan", analiza el politólogo, convencido de que "es imposible que haya sitio para los dos" en la circunscripción murciana. "O sale elegido Sánchez Serna o lo es Urralburu, pero los dos es imposible", insiste.
Las dos formaciones se enfrentan a un rival aún mayor en el espacio del voto progresista: el PSOE, que vive electoralmente sus mejores años en la Región después de décadas a la sombra del PP. Los socialistas ya aglutinaron gran parte del voto de izquierdas al conseguir su histórica victoria en las generales del 28 de abril –el primer triunfo socialista desde 1991 en la Región-. Un PSOE fuerte perjudica a sus competidores, que lo tienen más difícil para recabar apoyos.
Y el PSOE, añade Escribano, puede mejorar sus resultados por dos motivos: "Primero por la formación de gobiernos de derechas, a pesar de que el PSOE haya ganado las elecciones; esto puede motivar al electorado a acudir a las urnas", señala, citando el caso de la Región de Murcia, donde el PSOE se convirtió en la primera fuerza, pero fue el PP quien formó gobierno de la mano de Ciudadanos. "El segundo motivo es Vox, que reactiva a la izquierda. Si Vox sigue subiendo, se puede encontrar un movimiento en su contra, que capitalizaría el PSOE", expone el sociólogo.
Unidas Podemos, que es una coalición, cuenta con el respaldo de Izquierda Unida. Es una de sus bazas para el 10-N. La histórica formación de izquierdas sigue atrayendo a un número de votantes, que si bien no es elevado, sí es fiel. Esther Herguedas, veterana dirigente de IU y exconcejala en el Ayuntamiento de Murcia, es la número dos en la candidatura de Unidas Podemos.
Más País, que concurre con Equo, prioriza el mensaje de que son "la fórmula" para desbloquear el país. Su posición ante la investidura es la gran diferencia con Podemos. Y Urralburu así lo traslada en sus intervenciones. El cabeza de lista se juega su futuro político en estos comicios. Después de ejercer toda una legislatura como portavoz parlamentario de Podemos, Urralburu se expone a quedarse fuera de las instituciones. Ninguna encuesta le da presencia en el Congreso de los Diputados.
Desde Más País sostienen que no están preocupados por la fragmentación del voto progresista. Al contrario: creen que se puede ampliar el bloque de izquierdas. "Lo que nos preocupa", afirma Urralburu a Murcia Plaza, "es la soberana irresponsabilidad de que se le regalara una segunda oportunidad a la ultraderecha en España y en nuestra Región para ganar el Gobierno de España, como tienen ya secuestrado el de la Región". Ante esta situación, agrega, "decidimos dar el paso para ensanchar el bloque progresista, para que el próximo 10-N nadie se quede en casa y exista una opción progresista útil y responsable, capaz de poner los problemas de la gente y de España en primer lugar".
La campaña ha traído paz. Unidas Podemos y Más País mantienen una tregua hasta las urnas. No se atacan en campaña. Una prueba de ello es la visita de Pablo Iglesias a Murcia, donde inició su gira de precampaña. El secretario general ignoró a Urralburu en su acto en el Auditorio Víctor Villegas, dando por cerrada la crisis interna. Otro ejemplo se produjo en el debate electoral de los candidatos murcianos, celebrado en el Real Casino de Murcia: Antonio Urbina, exdiputado autonómico y número diez en la lista, y Óscar Urralburu no se interpelaron con dureza. "Tenemos las mismas posibilidades de ser elegidos el 10 de noviembre", exponía Urbina. De hecho, ante las preguntas de esta Redacción, desde Unidas Podemos prefieren no valorar a Más País ni a otros partidos. "Nosotros salimos a ampliar nuestro número de votantes, como siempre hemos hecho", indicaron a Murcia Plaza.