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primera sesión: el debate

El telón de la moción de censura se abre con seis votos en el aire y con sed de venganza

17/03/2021 - 

MURCIA. Una llamarada de fuego dialéctico se avecina sobre la Asamblea Regional en la primera sesión de la moción de censura. Todos los movimientos políticos acontecidos en la última semana, con intrigas, traiciones y actos de venganza, se traducirán este miércoles en una descarga de reproches. La crispación, salvo sorpresa, bullirá en el atril y reinará el ambiente. Hay muchas cuentas pendientes entre sus señorías tras vivir los días más intensos de la legislatura.

Lo avisaba, por ejemplo, el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan José Molina, que en redes sociales cargaba contra su ya excompañera Valle Miguélez: "Mientes, Valle, y lo sabes. Y en el debate de la moción de censura me pegaré el gustazo de decírtelo a la cara, mirándote a los ojos a ti y a tus compinches y al señor que os ha contratado". Hace una semana eran dos de los diputados que más ratos compartían en la Asamblea, su buena relación era visible en los pasillos de la Cámara; hoy no se pueden ni ver.

Diego Conesa abrirá fuego en la moción de censura. Es el diputado elegido por PSOE y Ciudadanos para abra el telón del debate. Tendrá por delante media hora, sin interrupciones, para plantear los motivos que llevaron a su partido (y a su nuevo socio, Ciudadanos) a registrar una moción de censura. El alhameño disertará ante los ojos de toda la Región, y también de España, habida cuenta de la repercusión de la política regional, que ha provocado todo un efecto mariposa con consecuencias insólitas (el último caso, la salida de Pablo Iglesias del Gobierno nacional).

A continuación tomará la palabra el presidente, el hombre de la diana de la moción. Fernando López Miras también dispondrá de media hora para defenderse de los argumentos de Ciudadanos y PSOE. Será también la primera vez que el jefe del Gobierno se dirija ya como adversario político a la que ha sido su portavoz en el Gobierno de coalición, Ana Martínez Vidal. El primer cara a cara está servido en la Asamblea, porque la última en intervenir será la líder de Ciudadanos, cuyo nombre figura como candidata a la Presidencia. Saltarán chispas, porque cuentas pendientes entre los dos tienen de sobra.

Eso sí, antes del turno de Vidal, expondrán los portavoces parlamentarios. Joaquín Segado, del PP, actuará como cortafuegos del presidente, mientras que Juan José Molina, de Cs, volverá a actuar como lo hacía en la anterior legislatura, cuando populares y naranjas no eran ser socios. También intervendrán el portavoz parlamentario del grupo Vox, Juan José Liarte, cuyo sentido del voto se guarda para el último día, y María Marín, la portavoz del Grupo Mixto (y diputada de Podemos). Será también un buen día para calibrar la oratoria de sus señorías.

Presentes estarán también los miembros del Consejo de Gobierno; entre ellos, los nombres de la polémica: Isabel Franco, como vicepresidenta del Ejecutivo, Valle Miguélez, como flamante portavoz y consejera de Empresa, así como Francisco Álvarez, nuevo titular de Empleo. Los tres rompieron su disciplina de partido, se desdijeron de la firma de la moción y anunciaron que votarán en contra. Su postura creó un cisma en la política regional y cambió el tablero de juego.

Este miércoles no será el día de la votación, y tal vez no se despeje ninguna de las incógnitas que planean sobre la moción de censura. O quién sabe si se produce una sorpresa. Hasta el momento, hay seis votos en el alambre, todavía sin aclarar. Son los tres diputados expulsados de Vox; los dos de Podemos, que si bien se decantan por apoyar la moción, no la secundarán, en cambio, si PSOE y Ciudadanos se alinean con Vox; y el del naranja Alberto Castillo, el presidente de la Cámara, que estudia abstenerse, aunque su entorno da por hecho que lo hará.

La moción necesita de una mayoría absoluta para salir adelante. Los votos más codiciados, en todo caso, serán los tres de Vox. Pero socialistas y liberales sostienen que no negocian con ellos, a pesar de que la pasada semana mantuvieron contactos informales. Aseguran que lucharán hasta el final y repiten que los 45 diputados tienen que elegir entre "dignidad" o "corrupción". Pero un simple eslogan no bastará para ganar una moción de censura. Quienes no ocultan que han hablado con Vox son los dirigentes del PP, sabedores de que si amarran a Vox desactivarán la moción. El 'pin parental' es una de las exigencias de Liarte y si hay un partido dispuesto a sacarlo adelante es el PP. A priori, parecen las cartas marcadas. Pero quién sabe si la política murciana depara un último giro. El suspense está garantizado.

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