MURCIA. El pequeño comercio soportará las restricciones de aforo. En primer lugar, porque no le queda más remedio, pero además resulta que la despoblación de los territorios del interior de la Región en verano sumada a la precariedad que arrastran por la pandemia provoca que no haya suficientes clientes como para crear atasco en las tiendas. En otras palabras, lo que está muerto no puede morir.
Y es que la situación de estos negocios de barrio no ha levantado cabeza desde que comenzaran los cierres provocados por el primer confinamiento, pues 17 meses seguidos de limitaciones son más de lo que han podido soportar muchos de estos establecimientos. Si a eso añadimos la 'operación verano' que deja desierta las ciudades del interior, resolvemos la ecuación para descubrir que faltan clientes.
Así pues, encontramos con que la negativa situación económica de los locales 'de toda la vida' deriva en la falta de preocupaciones relacionadas con las restricciones de aforo.
Por otro lado, los puestos cercanos a la costa sí se verán más afectados, pues necesitan poder funcionar a plenas capacidades durante julio y agosto, los meses en los que sacan una mayor rentabilidad. En consecuencia, las tiendas de zonas comerciales como El Zoco de La Manga del Mar Menor temen perder el empuje que les concede el verano.
En cualquier caso, los propietarios de los negocios insisten en que estas medidas no resultan un gran problema para ellos, pues ante la falta de espacio los clientes no se muestran reacios a aguardar en la puerta hasta que llegue su turno de ser atendidos.
"La gente se espera fuera, si lo tienen que hacer lo harán. No dudo eso, pero el problema es que ahora mismo no hay clientes que esperen", lamenta la presidenta de la Federación de Comercio de la Región de Murcia, Carmen Piñero.
De esta forma, se desmarcan de la posición de la hostelería, que sí ha cargado contra las nuevas restricciones acusando al Gobierno de querer "culpar a la restauración". Al fin y al cabo, a los murcianos no les resulta igual de agradable esperar para entrar a un bar.
De todos modos, Piñero ha reivindicado el modelo de negocio del pequeño establecimiento asegurando que :"El comercio tiene unas características fundamentales que le diferencian de la tienda online y que hacen que la gente vaya porque quieren tener esa experiencia".
Por este motivo, aseguran que los protagonistas de su recuperación tienen que ser los clientes y, aunque temen que "será un proceso largo", los negocios que sobrevivan tendrán que hacerlo siempre de la mano de la ciudadanía.