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clausura del festival internacional de cine de Cartagena

El FICC se despide a lo grande: Alfonso Albacete y Yolanda Ramos conquistan al público en una emotiva gala

1/12/2019 - 

CARTAGENA. Cartagena fue fiel a la cita que cada año tiene con su Festival Internacional de Cine. Y es que, por cuadragésima octava ocasión, volvió a ponerse punto y seguido al FICC con una gala que se celebró la noche del sábado, sin alardes ni excentricidades, y que estuvo cargada de emoción.

Media hora antes de que diese comienzo la gala de clausura, la entrada del auditorio El Batel estaba engalanada como así lo requería la categoría del evento. Los periodistas y fotógrafos no se permitían diez segundos de quietud. El photocall, como viene ocurriendo cada certamen, era el lugar donde se concentraban los rostros más conocidos, tanto candidatos como galardonados, así como los asistentes.

El público iba ocupando sus butacas con la alegría propia de las grandes ocasiones (mientras que la organización del evento se encargaba de recordar que se daría comienzo a la gala con puntualidad). Durante los diez minutos previos al apagado de luces, entre el ruido, se podían distinguir los nombres de las personalidades que iban entrando en la sala. No olvidemos que a Cartagena le encanta el cine, pero también situarse en el mapa cultural internacional. Y el FICC es, cada año más, una de las mejores oportunidades para ello.

     

Natalia Herrero, de nuevo, fue la encargada de dirigir el evento. Y lo inició con los debidos agradecimientos, reconocimientos y dando paso a un vídeo ilusionante. En él, Sandro Miller, reputado fotógrafo que inauguró su propia exposición el primer día del festival, aparecía entrevistando al inigualable y genuino John Malkovich. Utilizando un plátano como micrófono improvisado, ambos dedicaban unas bonitas palabras a Cartagena y al FICC. Y es que John Malkovich da vida a ocho personajes de David Lynch (protagonistas de sus películas más aclamadas) en la exposición -que permanecerá en la ciudad hasta el 22 de diciembre en la ciudad- y cortrometraje -Psychogenic Fugue- del exitoso fotógrafo. David Lynch, como Hayao Miyazaki, han puesto color, viveza y originalidad este año al festival. Y así estuvieron presentes durante toda la gala.

Tras los pertinentes vídeos, se dio el pistoletazo de salida a la entrega de premios. Todos los asistentes aclamaron cada nombre que subía al escenario. Los discursos contenían no sólo agradecimiento, sino también los mejores deseos de prosperidad y desarrollo al festival. Muchos fueron los trabajos premiados, desde una película documental -El Infierno- en una cárcel de Sierra Leona en el que se denuncia el trato y la ausencia de juicio previo al encarcelamiento; hasta un corto de ciencia ficción -Polvotrón 500- cuya directora, Silvia Conesa, que con simpática naturalidad anunció que, dados los nervios y su avanzado estado de gestación, podía “pasar de todo”.

La nota emotiva de la gala la puso Dalam Arbaoi, alumno del IES Ruiz de Alda, que ganó el premio del VI Concurso Jóvenes Aficcionados. Su corto -con idéntico nombre al de su protagonista y director, Dalam-, que desprende una ácida crítica, coherente y medida, a ciertos convencionalismos del islam, se ganó el enfado de sus padres -musulmanes-. El joven, extrovertido y maduro, recalcó que el público debe intentar ver su cinta “desde una perspectiva crítica y reflexiva”, y no “ofensiva”, como así lo habían hecho sus padres. Visiblemente emocionado, admitió que, si bien no habían acudido a la gala, se lo dedicaba a ellos. 

   

A él hizo mención Yolanda Ramos cuando recogió su galardón, sentenciando que “en la cultura, como en la muerte, somos todos iguales”. Avalada por una magistral interpretación en el cortometraje Benidorm 2017 -se hizo con el Premio Submarino Peral a la Mejor Interpretación- lo recibió, como ella misma confesó, “bastante nerviosa”. También aprovechó su discurso para alabar la ciudad de Cartagena y reivindicar que el FICC “es mucho más importante de lo que creemos”.

El Premio FICC48, una distinción honorífica a los cineastas más prolíficos de origen murciano, recayó en el magnífico Alfonso Albacete. Como él mismo comentó, soñaba con algún reconocimiento, más si cabe de su tierra, desde que imaginaba sus metrajes siendo un niño en Santiago de la Ribera. Si subió a recoger su premio aupado por los aplausos del público, éste se los ganó y multiplicó cuando admitió que en su cine intenta contar la vida tal y como la ve él, “sin distinciones de raza o sexo”. Lo hizo precedido de un vídeo de Cayetana Guillén Cuervo en el que ésta aseguraba que Alfonso es uno de los directores más importantes del panorama nacional, y pionero en una forma de hacer cine. Su contundente frase final servirá de caldo de cultivo para las ediciones venideras del festival: “Larga vida al cine”.

 La sorprendente actuación del grupo Poolshake, que interpretó la canción Sick&Tired -banda sonora del festival en la presente edición-, precedió a la última película del FICC, Especiales. Sus directores, Olivier Nakache y Éric Toledano, conocidos por su impresionante y aclamada película Intocable, llevaron a buen puerto una compleja, bella, intimista y profunda película que trata el delicado tema del autismo desde una perspectiva edificante, intensa y muy lograda. 

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