MURCIA. Fue al comienzo del año 2022 cuando el incremento en los precios de la construcción provocó un nuevo problema en la obra pública de la Región, que vio como las licitaciones comenzaban a quedar desiertas porque su ejecución ya no era rentable para las constructoras. Ahora, más de dos años después, esta complicación sigue sin diluirse.
Y es que, según los datos de la Plataforma de licitación del sector público del Ministerio de Hacienda analizados por la Federación Regional de Empresarios de la Construcción de Murcia (FRECOM), durante el año 2023 se quedaron desiertas en la Región un total de 35 obras, que sumaban un presupuesto de casi 13 millones de euros que quedó sin ejecutar.
De esta forma, se reduce en tan solo un 8% el número de obras afectadas por esta problemática, pues en 2022 fueron 37 las licitaciones que quedaron desiertas en la Región, aunque en aquella ocasión el dinero no movilizado fue muy superior.
Más positivos resultan los datos de este 2024, pues hasta el mes de abril se han localizado seis obras sin ejecutar en la Comunidad murciana, lo que suma un importe total de 2,2 millones de euros. De esta forma, si se mantuviera una tendencia similar durante todo el año se alcanzarían las 18 licitaciones desiertas con un presupuesto de 6,6 millones de euros, lo que equivaldría a reducir a la mitad los datos del 2022.
De acuerdo con la patronal del sector, esta situación aún se mantiene por las trabajas que encuentran las empresas como son la falta de mano de obra cualificada, precio de los materiales y presupuestos insuficientes.
"Uno de los principales retos de la construcción es la escasez de profesionales cualificados, junto a la falta de relevo generacional, lo que está haciendo que se vea incluso comprometida la viabilidad de la ejecución de proyectos", indica Antonio Domene, presidente de la Cámara de Contratistas de Obra Pública de la Región, a preguntas de Murcia Plaza. Por tanto, pide agilizar los trámites de los visados de trabajo para extranjero, así como fomentar la búsqueda de empleados para el sector.
No obstante, el incremento en el precio de los materiales y el desajuste de los presupuestos con el precio final de la obra, lo que provocó que empezaran a sucederse las licitaciones desiertas en un principio, es una problemática que tampoco ha terminado de solucionarse en la Región.
"Los costes de materiales, aunque se han estabilizado, siguen siendo una incertidumbre en un escenario a corto o medio plazo. Además, la redacción de los proyectos licitados suele hacerse entre dos y tres años anteriores a su licitación, lo que hace que algunos procedimientos se vuelvan inviables en el momento de llevarlos a cabo", incide Domene.
Actualmente no existen mecanismos efectivos que garanticen que se pueda corregir esta desviación de precios. En la actualidad se están sufriendo incrementos de entre un 5% y un 10% del total del presupuesto desde la licitación de una obra hasta su ejecución. "Este incremento condena a aquellas licitaciones que ya de inicio cuentan con un presupuesto ajustado, reduciendo el número de empresas concurrentes".
En cualquier caso, las constructoras de la Región cuentan a su favor con el incremento en el presupuesto que están experimentado las licitaciones de obra pública. Al fin y al cabo, con 113,7 millones destinados a este fin durante el primer trimestre, la inversión supera en un 22,8% los resultados mostrados durante el mismo periodo del 2023, cuando se alcanzaron los 92,6 millones de euros, de acuerdo con los datos de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan).