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salud se pone en guardia

El confinamiento planea sobre Lorca y Mazarrón, con Murcia en el punto de mira

28/07/2020 - 

MURCIA. La amenaza del confinamiento se cierne sobre Lorca y Mazarrón. El incremento de los positivos en las dos localidades, muy próximas a Totana, preocupan a los epidemiólogos murcianos y el Gobierno regional ya ha advertido con claridad: si la situación no mejorara entre las próximas 48 y 72 horas, se adoptarán medidas restrictivas como las que decidieron para Totana el pasado jueves. Es decir: el confinamiento y el retroceso a la fase 1 de la desescalada. Esta advertencia llega después de conocerse que Lorca recuenta -oficialmente- 16 casos activos y que Mazarrón suma 19 infectados, según los datos de la Consejería de Salud.

La situación de otro municipio también preocupa especialmente. Es la capital del Segura, Murcia, donde se han detectado dos zonas críticas: la pedanía murciana de Beniaján y el barrio de San Andrés, un lugar clave para las comunicaciones de la localidad, ya que allí se encuentra la estación de autobuses. Por el momento, no hay cifras pormenorizadas de los positivos en ambos territorios, pero Salud sí ha detallado que Murcia acumula 70 casos activos. Por el momento, la Consejería ha activado el nivel naranja del centro de salud de San Andrés, lo que conlleva que el personal de Atención Primaria reorganice su atención sanitaria ("50% covid y 50% atención telefónica y presencial según criterio facultativo", explica Salud).

Fue el propio consejero de Salud, Manuel Villegas, quien anunció, en rueda de prensa, que el confinamiento estaba encima de la mesa. Lo dijo refiriéndose tanto a Lorca y Mazarrón como a las dos zonas de Murcia. "Vamos a esperar 72 horas y si la evolución no es satisfactoria, pues a lo mejor tenemos que tomar una medida como la que se hizo en Totana", advertía Manuel Villegas. Sin embargo, cuatro horas después de pronunciar sus palabras y tras correr por la pólvora la noticia de que Murcia era una de las tres ciudades señaladas por la Comunidad, la Consejería se apresuraba a emitir un comunicado, corrigiendo a su propio consejero, y afirmando que "no barajaba confinar Murcia".

Lo cierto, aunque el Gobierno asegure que no está en sus planes el confinamiento de Murcia, es que la situación de la capital de la Comunidad preocupa y ocupa el centro de las miras de las autoridades regionales. Fue en la zona de discotecas de Atalayas donde se originó el primer brote nocturno, que obligó a Salud a cerrar cuatro locales y, después, a tomar la drástica orden de prohibir el ocio nocturno en el interior de los establecimientos. El foco en Atalayas, por cierto, tuvo su origen remoto en otra pedanía murciana, El Raal, ya que uno de los casos relacionados con la planta hortofrutícola Fruveco asistió a una discoteca y transmitió el virus, como así reveló el diario La Verdad citando fuentes de Epidemiología. El otro brote de la noche, Totana, surgió precisamente después de que uno de los DJ de Murcia y un grupo de acompañantes se dirigiera, días después, a un pub totanero, Dubai, también clausurado por Salud.

Los brotes de Atalayas y Totana suman 190 casos

Hasta la fecha, los dos brotes nocturnos de la Región acumulan 190 infectados: 108 en Totana y 82 por Atayalas. El ritmo de nuevos positivos, que se disparó la pasada semana, ya se ha ralentizado, pues apenas se han registrado tres positivos en Totana y siete en Murcia con respeto al anterior día. Hay además otro foco preocupante: los positivos entre las 454 personas que llegaron de manera irregular este fin de semana a las costas de la Región. Hasta el momento se han detectado 14 positivos. Los inmigrantes han tenido que ser aislados por prevención. Con todo, si se suman los contagiados de los dos brotes y el foco de los inmigrantes, no suponen la mitad de todos los casos activos de la Región, pues, según el último balance, el número de afectados asciende ya a 459.

El escenario ha cambiado radicalmente en la Región, que tuvo controlado durante los últimos meses la incidencia del coronavirus. La pandemia redujo sus daños desde abril, cuando la curva dibujó su techo: lunes santo, 6 de abril, se saldó con diez fallecidos y más de mil enfermos. Los contagios fueron decayendo en mayo y, sobre todo, en junio. Y precisamente julio empezaba con buen pie: el día 7 -San Fermín- había 69 contagiados. Ahora, veinte días después, los casos activos se han multiplicado por seis.

"El contagio comunitario ya se da en toda la Región", reconocía Villegas, que volvía a hacer hincapié en la importancia de las medidas de seguridad. "Si alguien está contagiado y se cumplen medidas de seguridad no va a contagiar a nadie", remarcaba. Sin embargo, el consejero admitía que, dado que los contagios se están produciendo, algo falla: "No se está haciendo bien las cosas: o no utilizamos bien las mascarillas o no nos lavamos adecuadamente las manos".

Pero el consejero puso, además, el acento en otra cuestión acuciante: el 20% de los casos activos son personas mayores, los más vulnerables. "Si estamos con alguien que no es de nuestro entorno familiar y no cumplimos las medidas de seguridad podemos contagiarnos y contagiar nuestro entorno familiar, que es lo que está pasando", recalcó, antes de insistir en la triple recomendación: uso de mascarilla, lavado de manos y distancia de metro y medio. "Tenemos que saber con quién nos quitamos la mascarilla y qué supone para nuestras familias", apuntaba, apostillando que los contagios "se están dando más en sitios cerrados y con poca ventilación". Y en caso de encontrarse con una situación de riesgo -un contacto con un positivo, Villegas reiteró la importancia del aislamiento y la obligación de llamar al médico para pedir cita y someterse a una prueba diagnóstica. "Tengan o no síntomas", subrayó. No en vano, el 60 por ciento de los contagios se producen con personas sin síntomas o síntomas muy leves. Toda precaución es poca.

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