El Cine Central de Cartagena, entre el olvido, el abandono y la demora

CARTAGENA. El Cine Central de Cartagena cumple 139 años de vida, la edad de un edificio que lo convierte en el más antiguo de la Región de Murcia que se conserva dedicado a la proyección de películas. Su época de esplendor pasó y las administraciones se prometieron recuperarlo para que este edificio situado en la Plaza de la Merced o Plaza del Lago, como la conocen los cartageneros, volviera a convertirse en un referente cultural. El objetivo era adaptar sus espacios singulares a las nuevas tendencias del momento, revitalizando un edificio que guarda en su interior un estilo neo barroco y art decó, para llenarlo de la vida cultural y social que por momentos lo convirtieron en el gran referente del momento.

Desde hace tres años, cuando la Comunidad Autónoma adquirió la propiedad arrebatándosela en la puja en el último momento al Ayuntamiento de Cartagena por algo más de 500.000 euros, el Cine Central solo ha visto merodear por sus salas a los técnicos que valoraron el estado de la obra. Nada más, en este periodo se han sucedido actos de buena voluntad, pero solo eso. Noelia Arroyo, ahora vicealcaldesa de Cartagena y en 2016, cuando se adquirió el inmueble, consejera de Cultura, inició unos trámites que se han dilatado tanto en el tiempo que ahora, a punto de cumplirse 36 meses desde la adquisición, el Cine Central está, prácticamente, donde lo cogieron: en punto muerto.

Hace un año se propuso un concurso de ideas para ver decidir qué uso se le da. Desde la Comunidad Autónoma advierten que para el primer mes de 2020 será convocado, para decidir qué se hace y cómo se articula la actividad cultural en el centro, un pequeño paso que hace prever que la conclusión de las obras no estará lista hasta dentro de al menos tres años.

Desde el Ayuntamiento de Cartagena han sido muy críticos en otros momentos por la lentitud generada en este tiempo. Ahora, con Noelia Arroyo como vicealcaldesa, la relación con la Comunidad es más fluida, aunque los tiempos siguen sin ser controlados por la administración local, que solo puede presionar para que se incrementen las dotaciones presupuestarias para el proyecto, además de proponer alternativas y usos para el cine.

Arroyo aclaraba a Murcia Plaza que el cine central está dentro de su programa de gobierno tal y como se refleja en el mismo: “Colaboraremos con la Administración regional para que el Central se convierta en un centro cultural que haga compatible las artes escénicas y el séptimo arte, y modernizaremos y mejoraremos las infraestructuras culturales municipales”, pero añade que todo tiene sus plazos y que ahora toca la redacción del concurso de ideas.

El presupuesto para este cometido de obra y rehabilitación rondaría los 5 millones de euros, de ahí que el dinero a invertir se presupueste en diferentes anualidades, añadía la vicealcaldesa.

Tras el concurso de ideas llegará la aceptación de la mejor propuesta, la licitación de la obra con su consiguiente aprobación y, finalmente, la puesta en marcha de la candidatura elegida. No menos de tres años para ver la luz de un proyecto que empieza a hastiar a algunos colectivos culturales que reclaman desde hace mucho tiempo un espacio municipal para poner en marcha la infinidad de propuestas escénicas que hierven en la ciudad.

Nuevas movilizaciones

El pasado mes de abril fueron la Federación de Asociaciones de Vecinos, el Festival Internacional de Cine y la Plataforma de Artes Escénicas las que se plantaron frente a la facha del cine para reclamar soluciones urgentes, que no han obtenido aún respuesta desde las administraciones. Es por eso por lo que desde la Plataforma de Artes Escénicas reclaman de nuevo agilidad. Cristina Roca, secretaria de la Plataforma de Artes Escénicas, explicaba a esta redacción que Cartagena debe ser “de las pocas ciudades que no tiene un teatro municipal. Cartagena, por población y demanda cultural, necesita una instalación de estas características”, un lastre que impide que un buen puñado de compañías de teatro “se tengan que buscar otros lugares alternativos para exponer sus obras”, añade.

Dice que están al tanto del proyecto de ideas pero “se alarga demasiado”, por eso, en la próxima reunión de la junta directiva de su Plataforma se pondrá de nuevo el asunto sobre la mesa y no descarta movilizaciones, de nuevo, a la puerta del cine. “Vamos a retomar esta situación, exponerla en el próximo encuentro y haremos una manifestación. Debemos meterles prisa -a los políticos- y desde la plataforma vamos a pedir que se ponga sobre la mesa un calendario de plazos”, añade Roca, quien explica que son muchos agentes culturales los que están implicados. “Necesitamos un espacio multidisciplinar para exposiciones, actuaciones, camerinos y oficinas para algunas de las asociaciones culturales de la ciudad”.

Explica, por otro lado, que cinco años atrás se les ofreció la posibilidad de usar la Casa de la Cultura, que no reúne las mínimas condiciones para acceso al escenario de carga y descarga y espacio sobre el mismo. “No se le ha dado uso ni tampoco se ha arreglado, parece que no se tenga interés”.

Decía Rousseau que ‘La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce’. Esa es la única esperanza que les queda a vecinos y agentes culturales para volver a abrir las puertas de un cine histórico, condenado al olvido.