CARTAGENA. Antonio Sánchez, presidente de la Federación de Pequeños y Medianos Comerciantes de Cartagena no las tiene todas consigo. Mientras que los bares y restaurantes de la ciudad muestran cada fin de semana un lleno en sus terrazas, no pueden decir lo mismo los comerciantes, que siguen lamentando las consecuencias de una crisis que los dejó tambaleando con el coronavirus y que parece que los apuntilla con la crisis energética.
Reconoce que el pequeño comercio "no ha conseguido remontar como los restaurantes. Ocio y compra no van de la mano. El comercio tradicional en el casco de Cartagena no solo vive de sus vecinos que no son muchos, sino de gente que vive de los alrededores", por lo que para que la gente regresa al centro "tiene que tener buena accesibilidad y aparcamientos. Será entonces cuando el ciudadano se sienta cómodo para venir a consumir en nuestros negocios".
Por tal motivo, afirma que el centro "corre el riesgo de convertirse en una zona exclusivamente destinada a los hosteleros. De cada tres comercios que se ponen en funcionamiento, dos son de hostelería. Es muy poca gente la que se arriesga en el centro, porque los gastos son enormes. El vecino, nuestro vecino, nuestro posible cliente, debe vernos como solucionador de problema y nosotros convertirnos en calidad de vida para ellos. Si al salir al centro vemos un comercio activo, nos gustará vivir aquí. Si las calles están vacías, seguramente no".
El representante de los comerciantes asegura que "el comercio está siendo amordazado. Ya teníamos de las grandes superficie y la venta por internet, ha crecido de una manera desmesurada por el covid. Los bares y restaurantes han tenido un boom y gracias a que la gente está disfrutando de otra manera su tiempo libre", por lo que quizá, lo que necesitan ellos es "tratar de convencer a los vecinos que gozar de comienzo activo junto a donde viven, les da también calidad de vida".
La incertidumbre y la forma de ver la vida también afecta al comerciante. Hay algunos que ven un futuro con expectativas y otros que están muy deprimidos, porque las ventas, el tiempo no acompañan. "Desde la asociación tratamos de concienciar de que hay futuro, pero vivimos un momento que no sabemos si el cliente va a responder al comercio tradicional o no".
Por último, también habló del fiasco que ha supuesto la plataforma digital Cartagena Market: "Hubo un tiempo que funcionó, pero ahora no lo hace. No sé qué van a hacer los responsables si lo van a reactivar o no. Si hubiera funcionado nos habría sido útil, pero para una cosa así hay que trabajar mucho y darle mucho cariño".