MURCIA. Muchas son las incertidumbres que planean sobre la economía regional. Pese a ello, el tejido empresarial se resiste a hincar la rodilla y mantiene la lucha contracorriente, un esfuerzo que permite que el PIB de la Comunidad murciana mantenga un crecimiento previsto por encima del 4% en este 2022. Para lograr estos buenos resultados, dos sectores destacan por encima del resto como protagonistas en el camino de la recuperación: la construcción y los servicios.
Y es que, según los datos de Hispalink Murcia -compuesto por la Cátedra de Competitividad del Colegio de Economistas y la Universidad de Murcia- el sector del ladrillo se impulsará hasta un 8,5% en la Región durante este año, lo que la convertiría en la actividad más favorecida en este periodo, tanto en el componente de actividad residencial como en el de obra pública. De esta forma, se pretende superar ampliamente los niveles de actividad existentes en 2019.
De hecho, calculan que se mantendrá un incremento medio anual del 9,1% hasta 2024, una tendencia positiva que alcanzará su punto álgido en 2023, cuando se estima que subirá la actividad un 11,9%. Sin embargo, estos buenos resultados quedan por detrás de la media nacional, que alcanza el 9,6% en 2022.
También con cifras positivas se presenta el sector servicios, uno de los más castigados durante la pandemia y que ya muestra un crecimiento estimado del 5% en la Región, ligeramente superior al esperado para su homólogo nacional. En específico, los subsectores comercial y turístico mantendrá su recuperación y contribuirán notablemente al crecimiento del sector.
Ya con unos resultados más modestos se encuentra el sector primario, pues las incertidumbres que les rondan son de especial relevancia, por lo que el incremento vaticinado no supera el 3% del valor agregado bruto (VAB) para este año "a la espera de una información más completa", según sostienen desde Hispalink. No obstante, sí se espera una mayor subida de cara al 2023, cuando las estimaciones rozan el 5%.
Por su parte, el elevado crecimiento en los costes de producción derivado de la crisis energética está lastrando la actividad industrial de la Región, por lo que no se espera que crezca más de un 2,5% en 2022, aunque para el ejercicio siguiente las expectativas son aumentar esta cifra en más de dos puntos.
En cuanto a las proyecciones sobre el empleo regional en el año actual y durante los dos próximos ejercicios, estas muestran un aumento del 3,5%, 2,9% y 2,1%, respectivamente, que resulta compatible con la mejora sostenida de la productividad laboral. En cifras, esta dinámica del empleo se traduce en la creación de 22.100, 19.400 y 14.000 puestos de trabajo en los próximos tres años.
Respecto a la evolución del empleo regional para 2022 y 2023 se prevé un aumento del empleo del 3,2% y del 2,4%, respectivamente, ligeramente inferior al previsto para el conjunto nacional y liderado por el sector de la construcción.
En 2022 se prevé que el mayor ritmo de creación de empleo se concentre en los sectores de la construcción (7,5%) y servicios (3,1%), muy superior al estimado para los sectores agrario (2,5%) e industrial (2,1%).
Aunque las previsiones aún se mantienen positivas y vaticinan un buen crecimiento para los próximos años, el factor humano que se encuentra detrás de los números de la economía regional está sufriendo el desgaste psicológico que supone afrontar una situación de adversidad que parece no querer acabar.