BARCELONA (EP). El PSC, con el exministro de Sanidad Salvador Illa a la cabeza, ha logrado rentabilizar el llamado 'efecto Illa' y convertirse en la fuerza más votada en las elecciones catalanas de este domingo. No obstante, con el 95% de los votos escrutados, los socialistas catalanes se han quedado empatados a escaños con ERC, con 33 asientos en un Parlament en el que las fuerzas independentistas vuelven a sumar mayoría absoluta, y la formación de un nuevo gobierno catalán se presenta complicada por los vetos cruzados.
El PSC ha cosechado en las elecciones de este domingo 14 de febrero algo menos del 23% de los apoyos, cumpliéndose así las predicciones de la mayoría de las encuestas y también sus expectativas. De hecho, contaban con la posibilidad de que volviera a repetirse la situación que ya vivieron en 1999 y 2003, cuando fueron primeros en votos pero no en escaños, por los efectos del sistema electoral, que proporcionalmente reparte más asientos en Girona, Lleida y Tarragona.
La decisión del PSC de cambiar de cabeza de cartel a un mes y medio de las elecciones, tras la decisión del líder de la formación y ahora ministro, Miquel Iceta, de dar un paso atrás en favor de Illa, supuso un revulsivo en la campaña electoral. Sin embargo, finalmente no ha sido lo suficientemente fuerte para dar un vuelco al tablero político que facilite un Gobierno encabezado por los socialistas, ante la resistencia que han demostrado tener las fuerzas independentistas.
Los partidos de centro derecha se han hundido en las elecciones celebradas este domingo en Cataluña puesto que han aglutinado en torno al 18% de los votos, doce puntos porcentuales menos que en los comicios de 2017, y en esta ocasión el partido de Santiago Abascal ha ganado la pugna y se entrenará en el Parlament con 11 escaños, dos más de los que suman Ciudadanos (6) y el PP (3).
Con el 90,83% de los votos escrutados, Vox, que se presenta por primera vez a las catalanas, irrumpe en la Cámara catalana con 11 escaños, lo que supone un respaldo del 7,85% de las papeletas, con lo que logra arrebatar al partido de Inés Arrimadas el liderazgo que ostentaba hasta la fecha en el constitucionalismo del centro derecha.
Ciudadanos, que en 2017 ganó las elecciones con un 25,25% de respaldo y 36 diputados, se ha estrellado en esta cita electoral, donde ha cosechado un apoyo de un 6,09%, lo que se traduce en seis escaños, cinco menos que los que han ido a manos de Vox.
Nueve diputados menos tendrá el PP de Pablo Casado, que ha perdido un escaño respecto a los últimos comicios, quedándose con tres y con un respaldo 3,99% de los votos, lejos de poder conseguir uno de los sus grandes objetivos, conformar grupo parlamentario propio.
Vox ha conseguido representación en los cuatro territorios catalanes, mientras que Ciudadanos tendrá representación por Barcelona y Tarragona, y el PP sólo por la capital catalana.