MURCIA. Hay empresas que la crisis provocada por el Covid-19 ha perjudicado seriamente y otras que han convertido la tragedia en oportunidad, apostando por reconvertir su producción o añadir a su catálogo productos que en plena pandemia se hacen imprescindibles en muchos negocios.
Mamparas, máquinas de ozono, dispensadores de gel hidroalcohólico automáticos o mascarilla de alta protección están entre los imprescindibles para evitar la propagación del virus que cualquier comercio o empresa debe incorporar para abrir sus puertas al público y recuperar una relativa normalidad.
Entre esos productos está el ideado por Pedro Pablo Carrillo, gerente de Decodesk, que ha desarrollado un innovador concepto de mampara para restauración tras analizar los estudios sobre los fluidos que origina la respiración, el estornudo o la tos. Como explica Carrillo, "la ergonomía de este diseño puede ser muy efectiva para frenar el Covid-19 a diferencia de otras mamparas convencionales”.
El concepto es muy sencillo. La mampara, en forma de U, se utiliza como una pieza más de menaje y se coloca sobre cualquier superficie, frente al cliente. Es individual, ligera y después de su uso se higieniza fácilmente y se apila sin ocupar espacio unos dentro de otros. Lo más importante, como subraya Carrillo, es que "no requiere casi de inversión, que es de lo que más se quejan en el sector".
A pesar de que los restaurantes son reacios al uso de mamparas por desfavorecer la experiencia gastronómica plena, "y estamos conformes", asegura Carrillo, hay una gastronomía de necesidad o emergencia, como trabajadores desplazados, cafeterías, polígonos o restaurantes de carretera, que podrían abrir ya con esta protección y dar un servicio esencial con una seguridad que en la actualidad no existe, con el fin de iniciar el camino hacia la normalización. Además, estas mamparas también sirven para oficinas, bibliotecas o aulas.
En la empresa Panasa, que suministra maquinaria para hostelería y establecimientos de alimentación, han apostado por incluir tres nuevos productos a su catálogo: torre dispensadora de gel autonómica, máquina de ozono y estación de higiene para grandes superficies, que oscilan entre los 200 y los 800 euros. "Hay mucho oportunismo. Nosotros queremos ofrecer la maquinaria que realmente funciona y el cliente necesita para poder abrir", explica María José Navarro, gerente de la empresa. "Para poder cumplir la normativa de Covid-19 hay que tener gel en todos los sitios y el que hemos incorporado es de gran capacidad y no hay que tocarlo, por lo que la seguridad es mayor".
Una de las instalaciones que más van a proliferar en esta época son las maquinas de ozono que higienizan los espacios y liberan el ambiente de virus y bacterias. Será como el aire acondicionado: imprescindible. El ozono generado por los aparatos es un oxidante que disuelve la suciedad y los gérmenes, después se descompone espontáneamente en oxígeno normal, siendo el único desinfectante y descontaminante que no contribuye a la contaminación química del ambiente.
Pero, como apunta Navarro, no sirve cualquiera. "Hay una normativa y no se puede desinfectar de cualquier manera. No todos tienen la misma capacidad y, como el aire acondicionado, depende de los metros cuadrados que debas desinfectar". Por eso, advierte, si no se calcula bien el espacio, puede no servir de nada. "No vale ponerlo para que no me sancionen y ya está. Hay que concienciarse para adquirir el aparato adecuado. No es una cuestión solo de comprar el más barato".
Por ejemplo, explica que para una superficie de 50 metros cuadrados hace falta un aparato que produzca 10.000 miligramos de ozono a la hora, y en 25 minutos está desinfectado. "Si tienes más metros cuadrados, necesitas uno de más capacidad". Para esta empresaria si los establecimientos, en especial los restaurantes, no trasmiten que están higienizando bien, la gente tardará más en volver, y "no estoy viendo ese mensaje por ningún sitio", lamenta.
También la empresa New Sistem es uno de esos ejemplos de estar en el sitio y en momento oportuno para revolucionar el sector. La firma ubicada en las Torres de Cotillas, que se dedica a fabricar aparatos médico estéticos, no habría pensado hace poco más de un mes que estaría elaborando sin parar dispositivos para desinfectar centros de trabajo con el ozono como materia prima, principalmente negocios, tiendas y superficies más o menos pequeñas que requieren un instrumento capaz de mantener limpio el área de trabajo con rapidez y eficacia.
"Estamos desbordados", dice Pedro Fernández, responsable de New Sistem y a quien se le encendió la bombilla cuando observó cómo se estaba fomentando la limpieza con este gas. "No paramos de recibir llamadas de empresas de todo tipo, da igual el sector, preguntando o pidiendo alguno de estos aparatos que estamos elaborando".
Desde hace 20 días el trabajo está centrado prácticamente en el montaje del que ellos denominan el Ozone Plus. Tienen una producción de 500 aparatos al mes y los pedidos no paran. "Zapaterías, peluquerías, tiendas de ropa, etc... Superficies de 800 metros o tiendas de 40 metros, todos necesitan limpieza exhaustiva. Los negocios se ven en la necesidad de contar con las mejores medidas de higiene, y este tipo de dispositivos son muy efectivos", recalca Fernández.
Ya se han puesto en contacto con diferentes empresas con las que crear sinergias que ayuden a fabricar un dispositivo más efectivo y eficiente, a sabiendas de que no van a dejar de crecer a corto plazo. El precio de los dispositivos oscila entre los 500 y los 1.500 euros.
Afirman, desde New Sistem, que algunos estudios demuestran que el ozono elimina más del 99 % de las bacterias presentes en el aire y superficies porque al saturar el ambiente tratado llega a los puntos más ocultos, además, es un desinfectante natural y ecológico al 100% porque se convierte en oxígeno puro después de su uso.
Fernando Andreu lleva 26 años al frente de la empresa Marticor, que trabaja en el sector textil fabricando uniformes, ropa laboral y Equipos de Protección Individual (EPI). Al comienzo de la pandemia, y ante el desabastecimiento de mascarillas, recibieron encargos de parte de varios hospitales para fabricarlas. "No es que nos hayamos reconvertido pero sí hemos introducido la fabricación de mascarillas", señala Andreu. Además de ser proveedores del Servicio Murciano de Salud, también están vendiendo a empresas principalmente para uso laboral.
"Desde hace 15 días hasta ahora, todo lo que se vende está relacionado con la pandemia. A la semana, fácilmente podemos llegar a las 3.000 mascarillas". Disponen de cuatro tipos entre 4 y 5 euros la unidad: quirúrgicas, mascarilla textil reutilizable, FFP2 y mascarillas para grupos de alto riesgo. La situación, no obstante, tiene un lado amargo. "La pandemia ha obligado al cierre de muchos negocios y va a suponer un problema muy serio. Preferiría no vender tantas mascarillas y que todo siguiera como antes".