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Cuando los murcianos tuvieron esclavos: la revista 'Náyades' profundiza en una realidad histórica 

27/02/2021 - 

MURCIA. Hubo un tiempo, aunque lejano, en el que tener un esclavo negro en la Región constituía un símbolo de poder. Así se cuenta en un nuevo número de la revista Náyades, la publicación que fue creada en 2019 por el arqueólogo, historiador e investigador Ricardo Montes y que está dedicada a las costumbres, tradiciones e historias de Murcia. Así, en esta nueva entrega, que ha salido este mes de febrero, se documenta a través de diferentes artículos que "a lo largo de los siglos XVI, XVII y parte del XVIII existieron en la Región miles de esclavas y en menor medida de esclavos". Además de Montes, participan en la publicación José Pascual Martínez, Jesús Navarro Egea, Vicente Montojo Montojo, Francisco José Carpena Chinchilla, Francisco José Franco Fernández y Javier Gómez Bueno.

En este ejemplar de la revista Náyades se constata que "en 1581 estaban censados 910 esclavos en todo nuestro territorio, aunque creemos que se aleja mucho la cifra de la realidad. En Mula se bautizaron a 433 entre 1500 y 1648; en Cartagena lo fueron 1.099 entre 1640 y 1789; en la ciudad de Murcia pasaron por la pila bautismal a 450 esclavos entre 1568 y 1600; y casi 700 esclavos se contabilizaban en Lorca en 1571".

Entre los datos que aportan estos investigadores se encuentran que "los de color negro eran para presumir, un signo de estatus", mientras que "las esclavas eran utilizadas en labores de la casa y como concubinas, para 'calentar' la cama al propietario, dando a luz casi cada año". Eso sí, "los hijos eran bautizados como buenos cristianos que eran sus propietarios". Los nombres más comunes utilizados eran Juan, Francisco, Juana, Catalina y María, y en menor medida Ana, Isabel y Lorenza. Algunos mantuvieron su nombre originario: Yuzaf, Soliman, Algai, Amete, Jaza o Lambra. No obstante, salvo raras excepciones, no quedaron reflejadas partidas de defunción. La preferencia por el sexo femenino queda patente en el hecho de que "el precio de una esclava superó en todo momento al precio de un esclavo. Otras variantes eran la edad y la procedencia".

El origen de los esclavos en la Región de Murcia fue de lo más diverso y las fuentes no siempre lo especificaban, aunque "hay alusiones a Berbería, Angola, moro de Fez, Túnez, moreno (negro, su comercio estaba en manos de mercaderes portugueses desde 1479), lora (mulata) o membrillo".  Añaden estos historiadores que "no existió un mercado de esclavos en Murcia", siendo los principales enclaves de venta Lisboa, Orán, Sevilla, Valencia e Ibiza. Ricardo Montes hasta aporta los nombres de algunos comerciantes que se dedicaron a esta labor en la Región, como fueron Luis de Guzmán, ligado a Albudeite y Murcia, así como Gaspar de Salazar, de Lorca." También hubo murcianos como esclavos en el norte de África, siendo rescatados, en ocasiones, por alguna orden religiosa", apuntan.

Esclavas en un caserío a las afueras de Blanca.

El cronista oficial de Las Torres de Cotillas y Albudeite, y presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de la Región, señala en su artículo, donde analiza los registros en veinticinco localidades de la Región, que los curas y sacristanes tuvieron esclavas, así como regidores, militares, comerciantes, terratenientes e hidalgos. Igualmente, documenta que algunos esclavos fueron juzgados por el Tribunal de la Inquisición de Murcia y que no existen alusiones a la existencia entre ellos de guanches o amerindios. "Solo tenemos una referencia, cuando el vecino de Murcia Rodrigo de Andújar compraba en abril de 1472 a la esclava canaria Isabel, de 30 años, en Sevilla".

Otro de los datos que se aporta en la publicación -editada por la Asociación Cultural Qutiyyas y patrocinada por el Ayuntamiento de Las Torres de Cotillas- es que en el siglo XVI ya se dictaron normativas para "adaptar" a los esclavos granadinos. Así, el párroco debía tener una relación completa donde se recogiese su procedencia, filiación, antecedentes religiosos y nivel de instrucción catequética. La responsabilidad recaía sobre sus propietarios, debiendo estos enseñarles el padrenuestro, avemaría, credo y los mandamientos; estando atentos a que oyeran misa los domingos y festivos, y que frecuentasen el sacramento de la penitencia.  A los que "no murieren como cristianos, háganlos llevar fuera del pueblo y enterrar en sepultura esterquilina", se establecía . 

En España la esclavitud quedó abolida oficialmente en 1837, si bien ya era difícil ver esclavos conforme avanzaba el siglo XVIII. En 1766 el sultán de Marruecos, Mohamed III (1710-1790), enviaba a España a Abul Abbas Ahmar b. El Madhi AlGazzal, quien compró la libertad de cientos de musulmanes. Pasó por la Región de Murcia del 19 de noviembre al 6 de diciembre, rescatando unos 200 esclavos, especialmente en Cartagena. Le sirvió de interprete fray Bartolomé Girón de la Concepción y acompañaba la expedición el famoso Jorge Juan (1713-1773), jefe de la escuadra de la Armada Real.

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