MURCIA. La tecnología del futuro ya está entre nosotros. Aunque alejada de la pomposidad de los coches voladores y la teletransportación, lo cierto es que solo las funcionalidades del smartphone que lleva cada individuo en su bolsillo ha supuesto un antes y un después en la manera de relacionarse. Ni la cartera resulta ya tan valiosa. Sin embargo, dado que siempre hay lugar para la mejora, la murciana TK Analytics ha desarrollado lo que buscan que sea el siguiente paso: un chip biónico que se implanta en la mano.
Colocado entre el pulgar y el índice, esta pequeña herramienta de tecnología NFC permite a su portador realizar diversas acciones, desde abrir puertas a pagar en los comercios tan solo con acercar la mano. En cualquier caso, estas funcionalidades añadidas solo complementan su principal valor, el de almacenar información.
Al fin y al cabo, más allá de poder identificarse cómodamente, portar encima la totalidad de los datos médicos puede resultar especialmente importante en alguna emergencia, así como un apoyo para evitar problemas con el flujo de datos entre distintas administraciones:
"Ya puedes salir de casa sin la tarjeta para pagar, y si tienes instalada una Smart Lock, también puedes volver a entrar sin necesidad de llaves", explica Rafael Sempere, Chief Digital Officer de TK Analytics, a Murcia Plaza.
Este chip de biovidrio, de 2,1 milímetros de grosor por 14 de largo, lleva en desarrollo desde finales de 2020. Ahora, con la fase de pruebas ya en marcha, esperan poder tenerlo para finales de 2023.
Respecto a su coste, la compañía murciana remarca su compromiso con "la democratización de la tecnología", por lo que resalta que intentarán convertirlo en un producto accesible para toda la población, por lo que barajan precios que no superen lo invertido en un teléfono móvil. De hecho, ya barajan la posibilidad de crear varios modelos con diferentes funcionalidades para reducir los costes.
Con una vida útil de 50 años, en TK Analytics han requerido de la contribución de expertos en neurocirugía, que se han encargado de desarrollar todo lo relacionado con la implantación. En específico, esta se realiza sin la necesidad de ninguna cirugía, sino que con tan solo una aguja -como si fuera un piercing- puede colocarse de manera que quede "completamente imperceptible", explica Sempere.