Socorristas en la piscina. Fotos: Cedidas
MURCIA. El verano es para muchos sinónimo de descanso y desconexión. Sin embargo, detrás de una imagen idílica de sol y agua están los profesionales que velan por nuestra seguridad en playas y piscinas: los socorristas. Vigilan a los más pequeños, responden rápidamente ante cualquier emergencia y nos avisan y nos mantienen alertas de posibles amenazas.
Para afrontar la época de peligro en nuestras playas los socorristas participan en el Plan Copa (Plan de vigilancia y rescate en playas y salvamento en la mar de la Región de Murcia). Están repartidos en ocho municipios de la Región y trabajan de forma incansable junto con más de 300 efectivos entre los que se incluyen sanitarios, operadores de emergencias o personal de coordinación.
Su labor no se limita solo a rescatar dentro del agua, sino que va mucho más allá: administran primeros auxilios, previenen accidentes y responden rápidamente ante emergencias. De hecho, este verano no está siendo precisamente fácil para ellos, ya que se ha registrado uno de los peores meses de julio de los últimos años, con cinco ahogados que perdieron la vida.
Por ello actuar lo más rápido posible es esencial en esta profesión en la que cada segundo es decisivo. “La rapidez con la que actuemos puede salvar una vida, en algunas ocasiones depende de nosotros que alguien sobreviva. Mucha gente no se da cuenta, pero tenemos una responsabilidad muy grande”, explica Ana, socorrista en la piscina de la Universidad de Murcia.
“Vi a un niño saltar a la piscina, pero no sacó la cabeza del agua así que muy rápido me lancé a por él. No sabía nadar y sus padres se habían despistado mirando el móvil. Fueron tan solo unos solo segundos, pero si hubiera tardado más podría haber acabado en una desgracia”, lamenta Vicente, socorrista en la piscina Municipal de Ojós.
Prevenir este tipo de accidentes es precisamente una de las labores más importantes de los socorristas. Por ello Vicente insiste en que deben estar siempre atentos a todas las personas que entran al agua y "saber si hay alguien que tiene alguna enfermedad o problemas de salud, eso nos da una pista de quienes tienen mayor riesgo ahogarse".
En el caso de las piscinas esta labor es más sencilla, sin embargo para los socorristas de playa es prácticamente imposible estar pendiente de tanta gente. Lo esencial es "no perder de vista a los niños y pasear continuamente para vigilar a las personas que están en la parte más profunda", explica Pablo, socorrista y bombero.
"Uno de los incidentes que tuve fue hombre mayor que tenía problemas de movilidad y vi que le costaba mucho salir del agua. Al hablar con su familia después me contaron su enfermedad, pero si lo hubiera sabido antes, habría estado más atento a él para que no ocurriera ninguna emergencia", admite Vicente.
Por ello desde la Federación De Salvamento Y Socorrismo De La Región De Murcia inciden en que lo más importante es prestarle atención a niños y personas mayores, ya que son los que más puedan necesitar ayuda/riesgo tienen de ahogarse.
La mayoría de socorristas son estudiantes que optan por este trabajo para ahorrar en verano. Sin embargo, muchos de ellos descubren que es algo vocacional y que quieren ayudar a los demás. "Quiero ayudar a la gente, saber que he hecho todo lo posible por que esté bien. Es algo que me nace", relata Pablo.
Para él, lo mejor de este trabajo es la satisfacción personal: "Tan solo hago mi trabajo sin esperar nada a cambio, pero recibes mucho cariño y gratitud por ayudar a la gente", confiesa.