CARTAGENA. Historia e historias; una profesión en vías de extinción; y el alma de un pueblo pesquero cuya historia está ligada a un señorial faro, testigo de innumerables acontecimientos desde que se iluminó por primera vez en 1865. De todo esto da cuenta el documental Los últimos fareros, el primer largometraje de PlanOut Producciones, que ha sido dirigido por la cartagenera Jeanette Conesa con Cabo de Palos como principal escenario. Tras finalizar el rodaje en los plazos previstos, la película se encuentra actualmente en la fase de posproducción, que se está llevando a cabo en México, donde han encontrado facilidades debido a los contactos que la directora de la cinta tiene dentro la industria cinematográfica de este país.
También desde el otro lado del charco se está en conversaciones con plataformas de streaming para el lanzamiento del documental, que además tiene previsto iniciar un recorrido por distintos festivales. Los productores del filme, que esperan poder contar con un mayor apoyo de las administraciones -de momento, sólo han obtenido una ayuda del Ayuntamiento de Cartagena-, calculan que el estreno en la Región tendrá lugar a finales de septiembre o en octubre. Les gustaría que fuera en los cines de Cabo de Palos.
"Queremos mostrar al mundo todo lo que contamos en esta película", comenta a Murcia Plaza Sergio González, CEO de PlanOut, quien considera que Los últimos fareros gustará a aquellos que estén interesados por la historia, que sean amantes de los faros o que sencillamente disfruten conociendo mejor un pueblo tan especial y con tanto encanto como es Cabo de Palos. Porque en este documental, además de narrar la historia que ha rodeado a uno de los faros más majestuosos de España, se ofrecen los testimonios de sus últimos "torreros", como es el caso de José Luis Gandolfo, hijo y nieto de fareros, y quien además nació en esta misma edificación que más tarde le fue asignada como lugar de trabajo. También habla Jesús Álvarez, el actual farero que no tendrá sustituto cuando dentro de unos años se jubile.
Por este documental también desfilan conocidos habitantes del pueblo, como son algunos miembros de la familia De la Orden, un vecino conocido como El Pirracas o Rogelio García Galindo, un escritor al que es habitual ver vendiendo sus libros en el paseo de La Barra; así como los historiadores José Luis Domínguez, Paco Velasco o Paco Franco, entre otros. Además, son muchos los escenario de Cabo de Palos que aparecen en la película, que no ha querido dejar de mostrar el oficio de los pescadores, así como los espectaculares amaneceres y atardeceres desde sus playas y calas.
Cuenta Sergio González que son numerosas las historias y anécdotas que se cuentan en la película. A él le gusta especialmente una que relatan pescadores de la zona sobre el trágico naufragio en esas aguas del trasatlántico italiano a vapor Sirius, en 1906, en el que fallecieron cerca de trescientos pasajeros y al que se recuerda con una placa en la explanada del faro. "Muchos aseguran que no se trató de un accidente, sino de un atraco urdido por el capitán y parte de la tripulación, ya que se encontraron las cajas fuertes abiertas, sin haber sido forzadas, y cabinas de la primera clase desvalijadas. El capitán llevaba cuarenta años haciendo esa ruta y conocía perfectamente la zona".
También es muy curiosa otra historia que se rescata en Los últimos fareros y que tiene que ver con la batalla naval más importante de la Guerra Civil entre nacionales y republicanos, que tuvo lugar en la costa de Cabo de Palos en 1938, con el trágico saldó de 700 muertos y alrededor de un centenar de desaparecidos. Recuerda Sergio González que al acabar la Guerra Civil una productora americana se desplazó al pueblo cartagenero para rodar una película sobre este hecho bélico, titulada El hundimiento del Baleares. Franco, que al parecer era muy cinéfilo, estuvo encantado con la idea... hasta que un día antes del estreno visionó el filme y no debió gustarle lo que vio, porque mandó secuestrar todas las copias de los cines en los que se iba a proyectar.
De todas estas historias ha sido testigo el faro y sus fareros, una profesión llamada a extinguirse. No en vano, las costas españolas cuentan actualmente con 187 faros, de los que tan solo unos 30 están habitados. El de Cabo de Palos -considerado como un 'faro de descanso' al que se llegaba después de haber pasado por otros muchos llamados 'de castigo- todavía es uno de ellos.
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