Las Cañadas, las antiguas carreteras del ganado que hoy están en peligro de desaparición

MURCIA. Permítanme comenzar con estos versos:

Cañada, vena y arteria de Iberia.
Fundamental tu existencia, para hacernos la vida mejor, desde antaño.
Cañada, viste el trasiego de ganados,
desde el alba hasta el crepúsculo del anochecer.
Corrales y abrevaderos, se dibujaban por tus terrenos.
Pronto ampliaste tu familia, con cordeles y veredas, tus hijos.
Hijos que te ayudaban en las tareas diarias.
Mestas celebradas junto a tí, con sus discusiones variopintas.
Te otorgaron, el privilegio real por tu colaboración, con los hispanos y sus cabañas.
Cañada, como viene siendo habitual en esta época, eres un estorbo.
Pisoteada y menospreciada, estamos a punto de eliminarte, quedando tu existencia,
solo en el recuerdo de algunos melancólicos.
Cañada perdón.

Las cañadas, veredas y cordeles en la actualidad conocidas como vías pecuarias, están en serio peligro de desaparición, por utilizar su terreno para otros menesteres, aunque recordemos que son de propiedad pública. Las mismas, fueron herencia del Rey Sabio y vertebraban la trashumancia y el movimiento de ganados, convirtiendose en gran motor económico de la época. 

El antiguo reino de Murcia, hoy parte de él nuestra región, no sería menos, teniendo epicentro esta red en las inmediaciones de la parte norte del puerto de La Cadena, donde confluian las vías procedentes de Andalucía, Aragón, Cartagena y Castilla. En este lugar se celebraban las mestas, entendiendo por estas las reuniones de los ganaderos para cerrar los tratos. El Honrado Concejo de la Mesta fue el organismo que reguló hasta el siglo XIX, todo lo relacionado con el ganado y la trashumancia.  

Hay que recalcar que, hoy día, la administración regional es la encargada de la protección y salvaguarda de este legado, tal y como se hizo en 1905, cuando se deslindó casi toda la cañada real que partía desde El Palmar y finalizaba en Orihuela. Detalla meticulosamente su recorrido el barón de Pujol de Planés, visitador provincial de ganadería y cañadas en aquellos años, mencionando todos sus abrevaderos, linderos, descansadores, azagadores, manantiales etc…, incluso como se llegaba, al abrevadero del río Segura a su paso por la Huerta.

Agradecer a las entidades ciudadanas, empresas y administración, la recuperación de un tramo de vía pastoril en La Alberca de las Torres y, cómo no, apoyar firmemente las demandas de otros colectivos civiles que estan inmersos en la solicitud de restauración de una parte de cañada real sita entre Torreagüera y Beniajan.

Se espera que en un futuro la administración pública comience a deslindar y recuperar, en la medida de lo posible, parte de las vías pecuarias. La Unesco a través de la declaración de la trashumancia como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ha aportado su granito de arena para ello.

Recordemos que estas son las autopistas, autovías y carreteras nacionales del transporte animal de antaño.

* Raúl Jiménez y Lorca es cronista de Torreagüera