El presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, la letrada-secretaria general de la Cámara, Encarna Fernández de Simón, y la expresidenta del Parlamento autonómico (2015-2015), Rosa Peñalver. Foto: A. R. M.MURCIA. Alberto Castillo y Rosa Peñalver se profesan respeto muto. Se tienen afecto y se les nota. Pero eso no les impide discrepar sobre sus opiniones. Y menos ante un foro plagado de estudiantes universitarios que escuchaban atentamente el repaso histórico que el actual presidente de la Asamblea Regional y su antecesora plasmaron en el Museo Arqueológico, a propósito del 'Congreso 40 años del Estatuto de Autonomía', organizado por la Cátedra de Políticas Públicas de la Universidad de Murcia. "Creo que se hicieron bien las cosas en aquel momento. Aquel Estatuto que nos dimos era lo mejor que se podía hacer en ese periodo histórico", opinó Peñalver, convencida, no obstante, de que el texto magno es "un traje que requiere de un repaso para ponerlo al día y adaptarlo". Castillo, por su parte, lamentó "llevar la contraria a los padres de la patria" pero, a su juicio, las negociaciones que alumbraron la Autonomía "se hicieron mal": "Regalamos Albacete, que era nuestra provincia, a Castilla-La Mancha. Y cuarenta años después sigo sin conocer una explicación certera y coherente sobre por qué regalamos Albacete sin conseguir nada a cambio", manifestó Castillo.
El debate estaba servido. En un mesa titulada La Autonomía según los presidentes de la Asamblea Regional, la letrada - secretaria general de la Cámara, Encarna Fernández de Simón, moderó el coloquio, con preguntas sobre cómo han transcurrido los cuarenta años, si todavía existe margen para ganar en competencias autonómicas y los retos del futuro. Entre los presentes se encontraba la que fuera presidenta de la Comunidad, María Antonia Martínez, la mujer que rompió el gran techo de cristal de las comunidades españolas, al convertirse en 1993 en la primera presidenta autonómica, "un logro que intentó apropiarse luego Esperanza Aguirre", apostilló Peñalver, quien también -como así precisó Castillo- echó abajo otro gran techo de cristal al ser nombrada la primera presidenta del Parlamento murciano. "Eran dos agujeros de cristal, pero ojalá no sigamos siendo las únicas", deseó Peñalver, en referencia a que desde entonces los principales cargos del Ejecutivo y del Legislativo siguen copados todavía por hombres.
El foro, no obstante, no trató sobre igualdad, sino que trazó un recorrido histórico sobre estos cuarenta años de Autonomía, no exento de valoraciones personales propias de quienes han tenido responsabilidades públicas tan significativas. Peñalver tomó primero la palabra. Esgrimió que la descentralización "no era la panacea" pero sí "iba a ayudar mucho" a la Región de Murcia. En su opinión, ha sido buena y necesaria, en contra de "la caricatura que algunos, de forma irresponsable, quieren hacer ver". La Autonomía se trata de la esencia de nuestro Estado, razonó, porque representa como nadie el principio de solidaridad territorial. "Y en absoluto va contra la unidad de España". Asimismo, explicó que aquel salto nos hizo mayores de edad, al dejar de depender de Madrid. "Nos convertimos en responsables de nuestro futuro".
Peñalver también destacó que en aquellos azarosos años "había ilusión y voluntad" y por eso se hizo lo mejor que se podía hacer, "acercando posturas muy diferentes". Sin embargo, aquel texto hay que ponerlo hoy al día. "Requiere de un repaso. Hay que actualizarlo", enfatizó. En su criterio, y puesto que "no somos iguales a los manchegos, ni a los extremeños ni a los andaluces", se deben recoger las tradiciones de la Región de Murcia, su patrimonio, su diversidad. "Debe contener los diferentes modelos de familia y nuestras diferentes maneras de amar", apuntó. Debe también contemplar los modelos de sostenibilidad. Igualmente debe incluir los nuevos derechos, como el derecho al sol, a la muerte digna, a la vivienda, entre otros tantísimos. Incluso que el presidente pueda convocar elecciones anticipadas, así como debe mencionar a Cartagena como capital legislativa y el habla panocho del murciano. Por supuesto, debe abarcar el agua y la "salvaguarda del Trasvase Tajo-Segura". Sin olvidar la reforma del sistema de financiación autonómica. Y, por último (y no menos importante), el Mar Menor como patrimonio ambiental. Todo ello, remachó, haría que se duplicara el número actual de artículos, que ronda los 50. "Porque cuando hablamos del Estatuto hablamos de nosotros".
Después arrancó Castillo, quien advirtió, cómplice, de que discrepaba con Peñalver. "Los cimientos sobre los que se creó la Autonomía no eran los adecuados", desembuchó. "La Región perdió un tren histórico del que difícilmente va a poder subirse ya". Adujo que Murcia tenía argumentos de sobra para poner encima de mesa otra ordenación territorial. "No entramos como comunidad histórica, que lo éramos, sino que entramos por la puerta de atrás", reflexionó. "Nos pusieron en el mismo plano que La Rioja. Y nosotros, ni soñando, somos La Rioja". En su parecer, "nadie ha sabido explicar por qué dimos Albacete a Castilla-La Mancha", pues "el Reino de Murcia no se puso en valor en la construcción de las autonomías". Su tono transmitió la sensación de haber perdido una oportunidad histórica; no en vano, lamentó: "Negociamos mal. Fuimos tan generosos que hasta regalamos Albacete. Y nos convirtieron en una única provincia pequeña".
Castillo sí concedió que compartía la observación de Peñalver de que el autogobierno que logró la Región fue bueno. "Conseguimos autovías. Conseguimos una sanidad propia. Dejamos de tener que ir a rogarle a Madrid con la boina y la cesta al cuello". El presidente de la Cámara regional también reivindicó que la Asamblea es el poder del pueblo, con capacidad para decidir quién es el presidente del Gobierno. Del mimo modo, coincidió con su antecesora en que hay que modernizar el Estatuto, pero "sin olvidar a la madre, que es la Constitución Española". Asimismo, opinó que la actual reforma "deber ser cambiada por los 45 diputados de la Región, no por Madrid", en referencia al fallido intento de actualizar el Estatuto, que tras llegar al Congreso de los Diputados regresó a la Asamblea por petición del Parlamento murciano. "¿Qué es eso que de que Madrid nos lo quiere cambiar? ¿Qué pinta Bildu en nuestro Estatuto? ¿Qué pinta Esquerra? El Estatuto se cambia en la Región", disertó.
Fernández de Simón, que conoce bien el funcionamiento de un Parlamento autonómico, planteó la siguiente pregunta: ¿Hay suficiente margen competencial actualmente? Peñalver abogó por elevar el 'techo competencial': "Nos falta valentía para ir más allá en la descentralización", exhortó, si bien matizó que es difícil ante la gran pluralidad actual. Admitió que hay momentos en los que resulta "más difícil" alcanzar acuerdos que en otros periodos históricos. "No quiero hacer sentir mal al presidente, pero tiene hoy un embolao muy difícil de gestionar", bromeó, en alusión al complejo escenario parlamentario actual. De hecho, Peñalver se mostró pesimista sobre una reforma del Estatuto, porque hay grupos que rechazarían muchos de los postulados. "Nos encontramos con un Parlamento con más grupos que nunca, lo que genera muchas dificultades".
Castillo, por su parte, "volvió a discrepar". Argumentó que los ciudadanos de la Región son más españoles que murcianos y lamentó que falta una identidad regional. "Hasta el punto de que todos los partidos nacionalistas o regionalistas han fracasado". El presidente de la Cámara también quiso reflejar las dificultades que ha soportado esta legislatura, que empezó con la peor DANA de la historia, prosiguió con la pandemia -"La Asamblea no se paró nunca, no se suspendieron los plenos", subrayó- y deparó un punto de inflexión decisivo como fue la moción de censura, "un antes y un después, del que prefiero no hablar". Sin olvidar la guerra iniciada en febrero por "el loco" de Putin "a las puertas de Europa". "Nos ha pasado de todo", zanjó Castillo. El presidente, con todo, sí quiso recalcar que la Asamblea ha logrado acuerdos, como la Ley de Recuperación y Protección del Mar menor (aprobada por PP, Cs y PSOE) o la reciente toma en consideración de la Ley de Emergencias.
¿Y cuáles son los retos del futuro? Peñalver se mostró partidaria de entrar "en una dinámica de cambio". El cambio del modelo productivo es una prioridad, "sin hacer una revolución pero con pasos decididos" y máxime con el cambio climático como realidad ineludible. Además arguyó que no basta con decir que estamos infrafinanciados, sino que también se debe gestionar bien, y pidió apostar por un turismo "potente" y de calidad. Y, por último, reclamó dejar a un lado las luchas políticas por la laguna: "Es muy doloroso lo que pasa con el Mar Menor. Nos hemos cansado ya del 'y tú más'". Por su parte, Castillo recogió el guante y expuso que las hemerotecas en los años 70 ya avisaban de que el Mar Menor se estaba muriendo. "Es un crimen. Y lo estamos matando entre todos desde hace años". Puso como ejemplo la resurrección de la albufera de Valencia, que "era una cloaca" y se recuperó gracias a que se involucraron todas las administraciones. "Es la mano que nos falta". Y, junto con el Mar Menor, las otras dos grandes necesidades de la Región: el agua -"Es irrenunciable"- y las infraestructuras -"Es una odisea que el AVE vaya a recorrer toda España en vez de ir en línea recta hacia la capital". Palabra de presidentes de la Asamblea Regional.
