La Región ha dado grandes pasos en igualdad: María Antonia Martínez fue la primera presidenta de una comunidad y la Asamblea Regional presenta la cifra más elevada de diputadas de su historia. Pero queda camino por recorrer: la ciudad de Murcia no ha tenido nunca una alcaldesa
MURCIA. "Lamentablemente, las políticas murcianas seguimos siendo objeto de juicios machistas". Lo cuenta Margarita Guerrero, que fue concejala de Cambiemos Murcia entre 2015 y 2019 y que en una ocasión recibió los insultos de un director local de Cáritas que la mandó "a casa a fregar". El machismo no es ajeno a la política. "Con facilidad escuchamos comentarios sobre la imagen o el vestuario", asegura Guerrero, quien, además, en su caso por ser "mujer, joven y migrante", siempre ha sentido que tenía que "demostrar sistemática seriedad tanto en las formas como en el fondo" para que sus aportaciones fueran tenidas en cuenta. "En las reuniones", describe a Murcia Plaza, "tenía que hacer frente a comentarios paternalistas e interrupciones constantes".
El 8M, Día Internacional de la Mujer, es también una jornada para la reflexión de la política, el principal motor para cambiar el mundo. La sociedad empuja con sus reclamaciones, pero al final son los dirigentes quienes tienen la última palabra para convertir las reivindicaciones en leyes y medidas que cambian las comunidades. ¿Y cuál es la realidad de la mujer en la política de la Región? El panorama murciano es diverso y por tanto el diagnóstico y el tratamiento son variopintos: desde quienes consideran que la igualdad avanza a ritmo lento pero imparable, como así cree Guerrero, hasta quienes aseveran que "jamás" han sido discriminadas por ser mujer, como así sostiene la edil lorquina de Vox Carmen Menduiña. Entre estas dos posiciones también destacan que la mujer se encuentra en un momento álgido en la Región, como mantiene Valle Miguélez. La visión del feminismo es plural.
El Parlamento murciano afronta la legislatura con el mayor número de diputadas en la historia de la Región. Las 21 parlamentarias rozan la mayoría absoluta y representan el 46% de los escaños de la Cámara. Pero durante mucho tiempo la realidad fue muy distinta: hasta 2003, el Hemiciclo nunca había superado la barrera de las diez diputadas. En la segunda legislatura (1987-1991), la voz de la mujer se quedó sin representación en la Cámara: los 45 diputados eran varones. No obstante, en aquellos años de exigua presencia femenina, Murcia pudo presumir de romper antes que nadie un techo de cristal en política: en 1993, la socialista María Antonia Martínez se convertía en la primera presidenta de una comunidad autónoma. Veinte años después, en 2015, la también socialista Rosa Peñalver se erigía en la primera presidenta de la Asamblea Regional. Ahora, el órgano de la Mesa, sin embargo, está constituido por cuatro hombres y una mujer.
María Antonia Martínez, que antes había sido consejera de Hacienda, fue la primera jefa del Ejecutivo regional... y también la última. Desde 1982, San Esteban ha contado con siete presidentes, seis de ellos varones. En las pasadas elecciones, sólo un partido de los principales aspirantes presentó una candidata: lo hizo Ciudadanos, con Isabel Franco como cabeza de lista. Actualmente, el Gobierno regional, el primero de coalición, está formado por cinco consejeros y cinco consejeras, con la propia Franco al frente de la Vicepresidencia y con Ana Martínez Vidal en la Portavocía.
El balance de los 45 municipios de la Región se sitúa en 16 alcaldesas frente a 29 regidores. Algunas de ellas gobiernan ciudades importantes como Cartagena, con Ana Belén Castejón al frente, y Molina de Segura, con Esther Clavero. Recientemente Teresa García tomó posesión como la primera mujer al frente del ayuntamiento de Calasparra en 42 años de democracia, en sustitución de José Vélez.
Sin embargo, municipios como Murcia y Lorca nunca han tenido a una mujer como primera edil del Consistorio. En 2018, el Ayuntamiento murciano inauguraba una sala que rendía homenaje a los 261 alcaldes y corregidores que ha tenido la ciudad desde 1364 hasta 2015. Los 261 nombres tallados en una inscripción son todos masculinos. No ocurre así en Cartagena, donde Pilar Barreiro fue elegida alcaldesa en 1995 y ejerció el cargo durante veinte años, hasta 2015.
Las mujeres han dado dos pasos recientes en su camino hacia los puestos de máxima relevancia institucional. En noviembre, la alcaldesa de Bullas, la socialista María Dolores Muñoz, era designada la primera presidenta de la Federación de Municipios en sus cuarenta años de existencia. Poco después, la dirigente del PP Yolanda Muñoz era nombrada presidenta de la Autoridad Portuaria. También era la primera vez que una mujer ocupaba el cargo.
A lo largo de la historia no hay un punto de inflexión, pero todas coinciden en que la presencia de la mujer en política empieza a ser significativa en el siglo XXI. "La lucha de las propias mujeres ha sido clave", valora la diputada regional de Podemos, María Marín. "Partiendo de situaciones de desventaja, han conseguido vidas independientes, superando los estereotipos de la sociedad patriarcal", expone. Aun así, "seguimos siendo víctimas de micromachismos", advierte Marín. "Son micromachismos que buscan perpetuar la distribución injusta de oportunidades para las mujeres o sobrevalorar las aportaciones que hacen los hombres frente a las mujeres o focalizar la atención en meras cuestiones físicas y no profesionales siguen estando a la orden del día".
Una posición muy diferente mantiene Vox. "La mujer tiene la misma situación que la de cualquier político", afirma Carmen Menduiña, concejala de Lorca. Defiende que nunca se le ha dado un trato distinto por ser mujer en su partido. "Vox no nos mide por género, sino por capacidad, valía y mérito". En Lorca, su equipo está formado por tres mujeres y un hombre. Maribel Rodríguez es la coordinadora local. "No permito que se nos quiera vender como débiles y sumisas, porque no lo somos. Somos reconocidas y cumplimos por nuestro trabajo", añade. Menduiña sostiene que su formación está consiguiendo que las mujeres "no se dejen utilizar ni victimizar por el hecho de ser mujer", recalca que defienden la igualdad real entre ambos sexos y opina que los escollos que quedan por solucionar son "los producidos por la política social comunista de odio, que sigue enfrentando a hombres y mujeres".
La diputada regional de Ciudadanos Valle Miguélez estima que se ha pasado de juzgar a las mujeres a transitar hacia otro extremo: "Hay quien entiende el feminismo a través de un prisma, de una visión paternalista", apunta. "Yo defiendo un feminismo alejado de la tutela del varón, pero no para caer en la tutela de otras mujeres que pretenden hablar en mi nombre", razona, concluyendo que su partido aboga por un feminismo no excluyente y basado en la solidaridad entre mujeres. "El feminismo es causa de todos", dice, matizando que la mujer está perfectamente integrada en política. "Si no damos ejemplo, ¿cómo vamos a luchar por la igualdad plena y efectiva?" Miguélez agrega que, aunque "se ha avanzado bastante", se debe seguir luchando por la igualdad de oportunidades.
Todavía falta por hacer en política, discrepa Margarita Guerrero. "Las listas cremallera son necesarias"; es decir, una candidatura donde los hombres y mujeres se colocan en puestos alternos, para evitar que los primeros nombres estén copados por varones. Para Guerrero, otra asignatura pendiente se encuentra en el reparto de los cargos de los Gobiernos: "Políticas sociales, juventud, educación o cultura se asocian a ‘roles femeninos’ mientras que los hombres ocupan cargos relacionados con la industria, fomento o hacienda que tienen una mayor importancia para el imaginario colectivo".
"Las tan denostadas cuotas han permitido que avancemos en política", subraya Gloria Alarcón, diputada regional del PSOE. La Ley de Igualdad de Rodríguez Zapatero obliga a los partidos a presentar candidaturas con una cuota mínima del 40% de un sexo. "Han posibilitado la presencia de muchas mujeres que no lo estarían por sus partidos", señala Alarcón, recalcando que el PSOE apuesta por las listas cremallera. En su opinión, las mujeres no han terminado de situarse en los órganos de decisión más importantes y esa carencia es culpa, a su juicio, de muchos partidos políticos.
La diputada murciana del PP Miriam Guardiola difiere de Alarcón acerca de la implicación de los partidos: "Desde mi grupo político me siento especialmente satisfecha de que confíen en las mujeres para altos puestos de dirección y responsabilidad". Pero los juicios machistas siempre existirán mientras no "se eduque en igualdad y corresponsabilidad", reflexiona Guardiola. "Y seguirán existiendo mientras no erradiquemos todos los estereotipos y micromachismos que todavía imperan en nuestra sociedad". Quedan todavía muchas batallas que librar, añade, enumerando: "Lograr una conciliación familiar y laboral efectiva, luchar contra la brecha salarial, luchar contra el techo de cristal y la plena igualdad efectiva en todos los ámbitos, así como erradicar por completo la tan temida violencia de género".
Una barrera que lastra la inserción en la política es el cuidado de familiares. Por eso, indica Alarcón, "es necesario que se construyan más escuelas infantiles de 0-3 años y centros de atención a personas dependientes, de manera que los cuidados estén atendidos públicamente". La solución, para la socialista, pasa por expandir las políticas de igualdad en todos los ámbitos, "de modo que las discriminaciones vayan desapareciendo y el talento de las mujeres sea visible". Como zanja Marín, hay que pasar de la igualdad legal a la igualdad real. Esa es la gran tarea que tienen por delante todos los los dirigentes: remar desde la política hacia la igualdad plena.