MURCIA. Del mismo modo que con los peces, la empresa grande se come a la chica. Ya hemos podido comprobar qué ha pasado con los bancos en los últimos años. No obstante, algunos negocios de moda murcianos aseguran no tener intención de dejarse comer por el gigante asiático y confiar hasta el final la producción local para su negocio: "no somos gente que vayamos a poder tener un sueldazo, pero sobrevivimos".
Así lo afirman desde Las Culpass, una de las empresas diseñadoras de ropa que ha decidido mantener su fábrica lo más cercana posible a la ubicación de su tienda. En concreto, elaboran sus prendas dentro de la Región a través de su taller propio y de otras fábricas con las que colabora, como El Costurerico.
Esto se debe a la concienciación con la creación de empleo local que hay detrás de Las Culpass, de manera que renuncian a maximizar los beneficios para producir en Murcia: "Es un pilar del proyecto. Sabemos que las cosas tienen un precio. Nosotras empezamos a hacer esto porque queríamos crear una marca aquí y producirla aquí".
De esta forma, las emprendedoras detrás de la marca apuestan por reactivar la economía de la zona mediante una apuesta por el trabajo cercano. Además, insisten en que "cada vez hay gente más concienciada con este tipo de producción", por lo que aspiran a mantenerse como una alternativa a la "moda rápida" que generan las grandes marcas en fábricas del sudeste asiático.
"no somos gente que vayamos a poder tener un sueldazo, pero sobrevivimos"
Por su parte, el Costurerico es un taller murciano que tiene como objetivo la inserción laboral de personas con dificultades para acceder a un puesto de trabajo. Asimismo, este atelier forma parte del compromiso del Proyecto Abraham para la reutilización de tejidos, por lo que tienen una política de reaprovechamiento de los residuos textiles. De esta forma, nos encontramos ante un taller local, inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.
También desde Pequeña Moma participan en la labor social de este taller como muestra de los valores éticos de la empresa, que también ha producido con personas con discapacidad intelectual a través de Prolam.
Además, esta empresa familiar tiene como política intentar seguir trabajando con otras empresas familiares que "si pueden ser de España mejor, y de la Región, muchísimo mejor". Así pues, destaca la confección de camisetas en Santomera o las esparteñas de Caravaca.
En cualquier caso, lo cierto es que el tejido industrial murciano en lo relativo al sector textil resulta bastante pobre desde que las fábricas fueron cerrando progresivamente con la apertura del mercado asiático. Al fin y al cabo, los salarios más reducidos de esa zona provocan una gran bajada en los precios que tiende a repercutir en los beneficios de las empresas que deciden invertir en ese territorio.
Así pues, incluso las empresas que ofrecen materias primas en la Región tienden a ser comercializadoras de productos fabricados en Asia. Esto significa que el botón que antes se creaba en territorio murciano ahora debe comprarse 'Made in China'.
De esta forma, se está creando una dependencia cada vez mayor de las exportaciones de oriente, pues incluso las prendas fabricadas en España incluyen necesariamente componentes extranjeros. Por ejemplo, aunque los pantalones sean hechos en territorio nacional la cremallera tiene que viajar 8.000km.
Debido a esta falta de tejido industrial una de las marcas murcianas más reconocidas, TZ, ha acabado abandonando la producción regional. Sin embargo, aún se resiste a caer de lleno en las garras del gigante asiático y mantiene abiertas tres fábricas dentro de la península.
No obstante, sí es cierto que esta empresa murciana ha comenzado a deslocalizar parte de su producción, aunque aseguran que se trata de "algo puntual para seguir siendo competitivos".
En cualquier caso, lo que queda patente es la necesidad de bajar los márgenes de beneficio para poder rivalizar con la competencia en caso de querer apostar por la fabricación local. Dicho de otra forma, como producir en España es más caro porque los salarios son más altos las empresas deben reducir los ingresos que obtienen por cada venta para no subir los precios muy por encima de lo que indica el mercado.
Aunque el cliente español de los últimos años no destaque por su apoyo al comercio de moda local, lo cierto es que las tendencias están comenzando a cambiar. En especial, destaca la influencia que tuvo el fin del confinamiento en los murcianos, pues acudieron a las calles con la empatía por las nubes tras los aplausos de las ocho y eso se tradujo en un incremento de cariño por lo cercano.
Sin embargo, "en España no ha llegado el día en que la producción local o la responsabilidad en la fabricación sean factores decisorios. No es como países escandinavos o Alemania, donde la gente te puede comprar perfectamente por sostenibilidad", afirman desde Lofs Shoes, otra empresa que produce dentro del territorio regional.
"Yo ya presumo cuando llevo algo fabricado en España"
Desde Pequeña Moma se muestran más optimistas y aseguran que su experiencia demuestra que el cliente prefiere la cercanía propia del negocio local. Asimismo, clarifica que la falta de concienciación en el mercado de la moda corresponde a la ausencia de tradición: "en la alimentación sí que tenemos la costumbre de acudir al pequeño comercio".
En ese sentido también se pronuncian Las Culpass, pues fantasean ante la posibilidad de que la ropa regional llegue a ser una tendencia en sí misma: "Yo ya presumo cuando llevo algo fabricado en España, como con unos vaqueros que llevo hechos en Albacete". Sin embargo, reconoce que "el gigante de la moda rápida lo pone muy difícil".